Ojos cafes y palabras crudas

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La voz de una mujer se escucho del otro lado de la sala, se estaba burlando?

–Donde estoy?–. Pregunto pero su garganta estaba seca y las palabras salieron con esfuerzo, quien sea que lo tiene retenido aquí debió haberlo tenido por mucho tiempo.

–En la casa Edevane, que extraño pensé que usted ya lo sabia?–. Respondiste en tono burlón, parece que ese golpe realmente lo dejo confundido. –La noche pasada lo encontramos en el muelle principal totalmente inconsciente, que le sucedió?–. Volviste a preguntar aunque no era extraño que la isla rechazara a alguien, afortunadamente todo habia sucedido a altas horas de la madrugada, un Duque de tal renombre inconsciente al pisar por primera vez un muelle?, Definidamente seria un gran titulo para la prensa.

Lo mirabas desde tu escritorio, pluma en mano, una pila de cartas y documentos por leer, su cabello ondulado y café apenas se notaba desde el sillón. Con un gruñido intento moverse en un posición mas cómoda y puso su mano en su frente le pregunto –Cuanto tiempo estuve inconsciente?– .

–No creo que sea muy educado responder una pregunta con otra pregunta Duque –. Justo al decirlo tiro una mirada malhumorada a tu dirección –Pero le hare un favor por su tormentosa situación –. Respondiste con una sonrisa en tu rostro y alcanzaste a escuchar al Duque soltar un bufido molesto “Oh, definitivamente va a ser divertido sacarlo de sus casillas”
—Alrededor de 12 horas quizás? No estoy segura, lo veia tan comodo que olvide el paso del tiempo—.

–Señorita…Edevane? se esta burlando de mi no es así?–. Marker claramente molesto, se levanto recargando su mano y su peso en el descansa brazos del sillón.

–Por favor use mi nombre Duque no hay ningún problema–. Con seguridad le dijiste tu nombre que en el pasado decirlo junto con el apellido Edevane se escuchaba distante en tu voz pero ahora después de asumir el cargo y tal peso de la familia salía de tu boca con orgullo. –No piense que me estoy burlando de usted, piénselo como una bienvenida departe de la familia–. Respondiste su pregunta a pesar de la mirada acusatoria del Duque, desde que llego solo lo habías visto con los ojos cerrados, pero ahora que lo miras de frente algo en ellos te parecía intrigante, un brillo morado reflejado en sus ojos cafés, una mirada intimidante claro, pero algo detrás de ella te hacia sentir atrapada, eran… cautivantes y por seguro podrían ser una trampa hacia palabras endulzantes.

El Duque soltó un suspiro tan cansado que rompio por un momento tus pensamientos –Le… le ofrezco mis disculpas, no creo estar en mis sentidos como para aceptar su bienvenida debidamente–. Dijo sosteniendo su mirada hacia ti, intentando descifrar la razón detrás de tu malicia, el… se aseguro de eliminar su apariencia anterior como asi que no había razón para sentirse tan pequeño ante tu presencia, desvió su ojos hacia la luz del atardecer en la ventana y el sutil aire fresco, tal vez lo único que necesitaba era despertar por completo.

–No se preocupe Duque, ya tendrá tiempo para acostumbrarse a nosotros – le diste una sonrisa –Debería ir a refrescarse, tiene un poco de saliva en su mejilla, hay un baño en esa puerta junto ala pintura de ese anciano–. Señalaste con tu mano al fondo de la sala, haciendo un gesto despreocupado mientras empezabas a ojear los documentos en tu escritorio.

”Anciano!?” pensó Marker, tu vocabulario que de un momento era de una señorita casi cambio a un vagabundo que escucharía por las calles. Lentamente volteo a verte esperando tal vez una disculpa por tu “descuido” pero solo se encontró con una total indiferencia, “tal vez… estoy exagerando? Estas son las costumbres del lugar?”.

Las Joyas De La Princesa | La Serpiente y sus CadenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora