-Sera suficiente esto?-, La voz del carguero resonó en la espesa niebla del muelle, sus ojos apenas lograban distinguir a su compañero en el pequeño barco.
-Claro que no!, Se tardaran en volvernos a mandar a esta asquerosa isla, lo mejor es aprovechar- Dijo el otro carguero mientras levantaba caja tras caja llenas de víveres y gemas preciosas.
De un momento a otro el susurrar de las olas se detuvo junto a las voces de los cargueros, el tiempo pareció detenerse y el frio de la noche se sentía mas penetrante y adormecedor en sus huesos.
-Que!?-Uno de los hombres exclamo al sentir una mano larga acariciar su pie. Volteo y camino hacia atrás casi tropezando viendo como la mano pálida y de uñas filosas hacia presión y rasguñaba en las viejas maderas del puerto.
-Que carajo es eso!? Vámonos ahora mismo!- El otro rápidamente intento subirse al barco pero la presión de unas ataduras en sus pies le impidió moverse. Al mirar hacia el pueblo vio como un grupo de personas con capuchas moradas se acercaban lentamente al puerto. Su piel palideció pues su mente comenzó a recordar todas las leyendas que se contaban acerca de esas personas.
-Uughh!- Escucho como su compañero también había sido atado por aquellas cadenas de aspecto casi invisible.
-Asqueroso pueblo eh?... No decía lo mismo esta mañana cuando recibió alimento gratis- Dijo uno de los encapuchados en un tono burlón.
-Pero no se vayan todavía por favor, tenemos que decidir quien de ustedes sera la cena de hoy~ -.
El largo camino hacia la mansión paso demasiado rápido para su gusto, definitivamente este viaje pospondría sus planes, aunque una pequeña parte sádica en el quería ver como poco a poco las joyas peleaban y caían por la mano de su prometida.
"E incluso si alguno de ellos lo era? No es nada que un triste accidente no resuelva"
El carruaje se detuvo y al levantarse para bajar, no pudo evitar lamentarse de no despedirse de Ariana.
Si claro esta misión resultaba ser fructífera, la aprobación de Ariana y su boda estaría mas cerca de lo esperado y tan solo pensarlo lograba poner una sonrisa en su rostro.-Estas loco!?- Maritella se levanto exasperada y empezó a caminar alrededor del sillón -No puedes! Esa isla esta maldita!, acaso no has escuchado lo que dicen los capitanes de la marina?!- Un escalofrió recorrió su cuerpo y sus uñas se encajaron dolorosamente en sus puños.
-Lo se...-Un silencio incomodo lleno la sala, Marker solo pudo responder eso, sabia que cualquier razón que le diera no seria suficiente. -Solo será un mes... creo que es mas que suficiente- soltó un suspiro y sus manos se posaron en su frente,-Me he vuelto mas fuerte Maritella y... si esta misión logra salir como espero, tal vez Aria--, -No!-Maritella le interrumpió antes de pudiera soltar el nombre de su prometida.
-No se cuales son tus planes, pero todo esto... tu salud, tu dignidad e incluso la imagen que le das a su majestad... crees que sera suficiente para competir con sus joyas?-
-Sabes lo que dicen en las reuniones? Piensan que la primera joya de su majestad debería ser quien lidere la nación junto a ella- Continuo Maritella.El lo sabe, desde que llego no han hecho mas que restregárselo en la cara y el recordar aquella humillación en el baile hacia hervir su sangre.
Al final Maritella sabia que no podía cambiar la decisión de su hermano pero, por lo menos pudo hacerle saber un poco de lo se dice entre la alta sociedad con los susurros a la hora del te.
Maritella respiro profundamente tratando de calmar su enojo -Mas te vale enviar una carta cada semana! Quiero saber que estas vivo!-apunto un dedo hacia Marker.
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Las Joyas De La Princesa | La Serpiente y sus Cadenas
RomantizmAquellos marginados y olvidados por los dioses han encontrado un lugar castigando a quienes rompen las reglas del mundo, pero ahora que la nación de Arzabela ha roto su pacto y con ello el bienestar de tu pueblo ahora decides tomar justicia por tus...