6. Do it harder, daddy🍒

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La tarde del día siguiente Jungkook se reunió en la cafetería que estaba cerca del hotel junto con Taehyung. Ciertamente toda la situación que había ocurrido con Jimin le dejaba los nervios de punta. Y aunque estaba completamente seguro que su mejor amigo se burlaría o le diría el típico: "Te lo dije", Taehyung lo tomó de buen humor y le aconsejó que se cuestionara que era lo que realmente buscaba del chico. Pero la respuesta siempre era la misma: «No lo sé».

—Nos veremos luego, Tae.

—Te enviaré un mensaje cuando llegue a mi departamento, Jungkook —subió al taxi que hace unos segundos atrás había pedido y se fue.

Lo bueno para Jungkook era que, la cafetería al estar tan cerca de hotel, perfectamente podía irse caminando.

—¿Hm? —miró hacia el cielo, dándose cuenta que no faltaba mucho tiempo para que las gotas de lluvia comenzaran a caer—, es mejor que corra si no quiero llegar completamente empapado.

Se apresuró a llegar al hotel con pasos rápidos, después de todo tres cuadras eran suficientes para llegar a tiempo. Para su buena suerte, a penas entró a recepción, la lluvia comenzó a caer como torrencial, y la gente corrió para buscar refugio. Agradecía profundamente haber llegado a tiempo.

Justo cuando estuvo a punto de dirigirse al ascensor para subir a su habitación compartida, la recepcionista llamó su atención para que firmara unos papeles que habían dejado en el hotel a su nombre. Curioso, se acercó más no objetó nada, podía ser del staff, o algún otro proyecto que tendría más adelante.

—¿Esto es todo lo que tengo que firmar? —pregunto, devolviendo el lapicero al escritorio.

—Es correcto —afirmó la chica—. Ah, uh... Ahora que lo recuerdo hay algo más también —de un lado del escritorio sacó una sofisticada caja color oro rectangular, al frente estaba sujetada con un lazo amarillo y con una letra cursiva escrita en la tapa que aún no veía exactamente qué decía—. Esto es para usted, lo dejaron como un obsequio.

Jungkook abrió sus ojos sorprendido, y se apuntó a si mismo.

—¿Para mí? —preguntó aún dudoso, aceptando la caja que la recepcionista le tendía. Se fijó cuidadosamente, y se dio cuenta que era una caja de chocolates.

Godiva Chocolatier; Belgium 1926.

—¿Está segura que esto es para mí? —alza su mirada.

Realmente quiere cerciorarse de que no se estaba equivocando de persona. ¿Qué si luego no eran para él, y ya había acabado con la mitad de ellos? No podía haber algo más vergonzoso que eso.

—Lo mandó un cliente por teléfono. No dejó nombre, ni número. Pero si dijo que era para un cliente en específico del hotel. Habitación doscientos treinta y dos, nombre: Jungkook. Hemos recopilado los datos, y efectivamente es usted, Mr. Jeon. No nos hemos equivocado de persona.

—¿Está segura que no es para la otra persona que está en la habitación? No sé... ¿El nombre Jimin no se le hace conocido? ¿No mencionaron su nombre?

La chica sin poder evitarlo más suelta una dulce risa y se cubre sus labios para evitar que le viera de mala forma, o que pensara que se estaba burlando de él. En realidad había una situación muy graciosa detrás de todo eso, y ella lo sabía. Sabía quién era, solo que por órdenes de la persona no podía decir nada.

—Estoy completamente segura —afirmó.

—Oh, bueno... Gracias —rascó su nuca algo avergonzado y se dio media vuelta para ir hacia el ascensor.

¿Quién podría ser la persona que le mandó esa caja de chocolates? ¿Alguien que conocía muy bien, o solo eran fanáticos? Que dilema... Hace unos días se había terminado la caja de chocolates que su excompañero de banda, Yoongi, le había mandado, ¿Por que ese afán de mandarle dulces? ¿Acaso querían verlo rodando escaleras abajo? Si seguía así estaba seguro que a final de mes cargaría con al menos tres kilos encima. ¡Y tanto que le había costado bajar de peso! No era un lujo que podía darse siempre. Aunque... Un chocolate de vez en cuando no era malo.

❝𝑴𝒓. 𝑭𝒆𝒆𝒍𝒈𝒐𝒐𝒅❞ ✧ [JiKook] [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora