Capitulo 36

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La sensación de humedad me hizo despertar, pequeños besos fueron repartidos en la parte trasera de mi cuello. Suspiré acordándome de la noche pasada, y recordando que aún me encontraba desnuda.

Me giré poniendo mis manos sobre el pecho de Ross quién sonreía.

- Buenos días preciosa - presionó sus labios sobre mi frente y sonreí-.

- Buenos días - me acerqué más a él-.

Sus ojos escanearon mi rostro y después levantó la sábana para besar cada uno de mis senos.

- Si señor, buenos días para mis preferidas - dijo riendo, volví a taparme con las sábanas y lo empujé ligeramente-.

- Eres un idiota Ross - rodé los ojos cuando me tiró contra él-.

- Lo de anoche fue increíble -susurró pasando su dedo pulgar por mi labio inferior-.

- Tengo una idea para la noche de hoy -murmuré alejándome de él y mirando al techo. Ross giró sobre su costado, recostándose sobre su hombro, su mano se posó sobre mi vientre-.

-¿Si? -preguntó llevando su mano hasta mi seno-. ¿Qué cosa se te ocurre princesa? - acarició desde mi seno hasta mi ombligo y luego el mismo camino hasta mi otro seno formando una V-.

- Yo.. estaba pensando que - mi voz se cortó cuando repitió aquella V muchas veces-. Yo puedo mmm -cerré los ojos cuando sus labios comenzaron a besar el costado de mi rostro-.

Su mano comenzó a bajar hasta posarse sobre mi entrepierna. Comenzó haciendo círculos sobre la piel de mi triángulo.

-¿Por qué no me cuentas lo que tienes planeado princesa? - su mano separó mis muslos y acarició esa zona-.

Mi mente estaba completamente nublada pero me obligué a hablar.

- Te va a gustar - logré decir y me tensé cuando su dedo pasó suavemente por mi intimidad-.

-¿En serio? Eso es bueno - su voz era ronca y lenta mientras me acariciaba.-Te estas mojando - sus labios siguieron besando el costado de mi rostro-.

- No estas dejando que piense bien - me quejé tratando de cerrar las piernas pero él no lo permitió-.

Mi aliento se atascó en mi garganta cuando introdujo su dedo en mi. Apreté mis ojos cerrados cuando comenzó a moverse allí. Sentía su respiración caliente en mi sien, sus labios besaban la zona como si de mis labios se tratase, mi pecho subía y bajaba con demasiada fuerza, gemidos tras gemidos eran expulsados por mis labios combinandose con los gruñidos de Ross.

- Ves que bueno es mi amor - casi grité cuando introdujo su segundo dedo-.

- Ross - mordí mis labios mientras no podía dejar de gemir-.

- Shh, relájate muñeca - sus dedos se movían en círculos aumentando poco a poco la velocidad-.

Mis gemidos aumentaron y comencé a retorcerme bajo su toque.

Traté de concentrarme para poder hablar pero era completamente imposible.

Sus dedos eran un sueño, acariciando mis paredes y saliendo y entrando generando una fricción increíble.

Ross estaba jadeando con fuerzas y con su mano libre alcanzó mi pezón izquierdo.

- Venga bebé, córrete - se inclinó tomando mis labios entre sus dientes y sus dedos se clavaron más profundo-.

- Dios - mis ojos se cerraron con fuerza cuando el orgasmo me alcanzó, todo ocurrió demasiado rápido. Deje caer mi cabeza con fuerzas sobre mi almohada mientras Ross retiraba sus dedos-.

Treinta RAURA [ADAPTADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora