OCEAN MEMORIES

ⓘ 𝐂𝗼𝗻𝘀𝘂𝗲𝗹𝗼 _ 𝐏t 1 .

Horas habían pasado y Floyd aún seguía en la playa, mirando fijamente el mar mientras la melancolía lo invadía, era cierto que Jade estaba muerto, pero aún así no quería aceptarlo; sentía que si lo hacía, se olvidaría completamente de él y todo se quedaría en completo silencio mientras se ahogaba con sus lágrimas silenciosas. Miró la luna resplandeciente mientras ésta se reflejaba en el agua, recordando pequeños fragmentos de su niñez junto a su hermano, le dolía... el corazón en su pecho se encogía y dolía como si miles de agujas se lo atravesaran una y otra vez al recordar tales momentos de felicidad junto a su hermano, oh... cómo le encantaría volver a aquellos momentos en donde ambos estaban juntos....

- Cómo me gustaría volver a jugar contigo tan solo una vez.... -

Dijo en un susurro mientras se daba media vuelta para volver a su dormitorio, y una vez ya estando allí, solo se dedicó a tumbarse en la cama para dormir las pocas horas que le quedaban.

A la mañana siguiente, Azul fue quien fue a despertarlo, los primeros golpes no había causado efecto para que Floyd se despertara; tocó varias veces más y al no tener respuesta, estaba a punto de irse, hasta que unos quejidos provenientes de la habitación lo alertaron, así que, pensando e imaginandose el peor de los escenarios, procedió a entrar. No quería ver, estaba nervioso y asustado por lo que encontraría, así que con temor, abrió los ojos lentamente, encontrándose con un Floyd dormido removiendose entre las sábanas con desesperación, tal parece que estaba teniendo una horrible pesadilla.

Se acercó hasta la cama y procedió a sentarse en la orilla de la cama, le destapó la cabeza y poco después empezó a sacudirlo con poca fuerza.

- Floyd, Floyd, despierta, solo es un mal sueño -

Azul trató de despertarlo, pero no lo logró a la primera, ya que en los sueños de Floyd se repetía una y otra vez el último momento en donde vió por última vez a su hermano con vida, en su sueño, él trataba de evitar que todo esto sucediera; la frustración, la tristeza y desesperación lo dominaron y comenzó a llorar. Azul, asustado al ver que su amigo lloraba, procedió a recostarse en la cama para abrazarlo, eso era lo único que podía hacer por su amigo ya que no tenía ni idea de cómo consolarlo. No pasó mucho tiempo cuando de la nada se le ocurrió cantar una nana que había escuchado por ahí; así que se aclaró la garganta y poco tiempo después comenzó a cantar en tono suave.

- Hijo del corazón... deja ya de llorar... junto a ti yo voy a estar... y nunca más te han de hacer mal... -

Acarició la cabeza ajena con suma delicadeza mientras cantaba, las ganas que tenía de llorar eran inmensas y no podía seguirlas contenido, y de un momento a otro, dejó de cantar, se le había hecho un nudo en la garganta y no podía continuar, y ahora lo único que pudo hacer fue susurrarle al oído con vagas esperanzas a la morena que estaba sufriendo tanto como él.

- Todo estará bien... -