Dinero, éxito y fama, son cosas que muy pocos tienen, sin embargo, muchos lo quieren. Hay quienes simplemente lo sueñan y otros que lo anhelan, lo desean de tal forma que no les importa destruir la vida de sus propios hijos para conseguirlo. Lo segundo suena muy específico, pues era el caso de mis padres, un par de ambiciosos que solo saben pensar en ellos mismos, explotándonos a mi hermana y a mi de todas las formas posible, solo para cumplir su sueño frustrado de ser un famoso dúo de pop-rock, como si fuera culpa nuestra que ellos hayan nacido sin pizca alguna de habilidades musicales.
No me malinterpreten, hacer música me encanta, poder expresar mis sentimientos entre rimas, cantar lo que no puedo hablar, mis dedos deslizándose en las cuerdas de mi guitarra soltando melodías del fondo de mi corazón, tocar la batería también me gusta, escribir canciones me apasiona, pero lo mejor era cantarlas.
No quiero agobiarlos contándoles toda la historia de una sola vez, así que iré por partes, comencemos desde el otoño de 1997, cuando encontré por primera vez la guitarra de mi padre mientras jugaba con mi hermana Lila a las escondidas. Ambas teníamos 7 años, en ese entonces mi relación con Lila era perfecta, nuestros padres nunca fueron muy cariñosos, por esa razón éramos tan pegajosas la una con la otra, abrazándonos y diciéndonos cosas lindas siempre que podíamos. Como dije anteriormente, nuestros padres no eran para nada cariñosos, sin embargo, eso cambio por completo cuando le mostré a Lila la guitarra que había encontrado, ella toco una melodía dejando a mis padres y a mí totalmente asombrados, dijo haberla visto en televisión. Mis padres saltaron de alegría adulándola, diciendo que era un milagro, comenzaron a tratarla totalmente diferente, toda su atención iba dirigida a ella, le pagaron clases de guitarra, piano, batería y bajo, la pusieron en un altar provocando que se alejara lentamente de mí. No estaba celosa de mi hermana, ni la envidiaba, al contrario, estaba feliz de ver todo el amor que estaba recibiendo por parte de mis padres, pero no voy a negarlo, la extrañaba como el infierno.
Al pasar los años la alegría de mis padres iba en ascenso, como las posibilidades de cumplir su sueño adolescente. Muchas cosas habían cambiado, ahora yo también estudiaba algunos instrumentos, claramente no tantos como Lila, pero había logrado convencer a mis padres para permitirme aprender la guitarra eléctrica, guitarra acústica y batería. Me habían dejado quedarme con los viejos instrumentos de mi querida hermana, quien ahora se había convertido en una persona totalmente irreconocible, se volvió bastante egocéntrica y algo egoísta, hasta diría que ciertamente juzgadora, solía rebajar a los demás o tratarlos mal sin razón alguna. Sin embargo, todo era maravilloso, Lila era un fenómeno, sabía tocar al menos 14 instrumentos, estaba realmente orgullosa de mi querida hermana.
Lo mejor llegó cuando en nuestro cumpleaños número 15 mis padres lograron contactar con una reconocida empresa de la industria musical, cuyo manager más exitoso había mostrado gran interés en las impresionantes habilidades de mi hermana, fue aún mayor su impresión cuando lo conocimos en persona, dijo quedar totalmente asombrado por la belleza física que Lila poseía.
—Esta chica tiene todas las características para convertirse en una verdadera estrella, su carita bonita y ese cuerpo que tiene nos hará llover audiencia masculina.
Yo escuchaba sus comentarios extremadamente incómoda, al contrario, Lila se encontraba feliz, tenía una expresión de arrogancia en su rostro, y mis padres solo veían una montaña de dinero donde su hija estaba sentada.
—Belleza, estoy totalmente ansioso de firmar contigo y lanzarte a la fama, pero hay una cosita que debo pedirte, si no me la cumples, pues no podremos volver tu sueño realidad ¿Entiendes bonita?
—Dime, yo puedo hacerlo todo.
—Adoro escuchar eso preciosa—aquel hombre sonrió inclinándose hacia delante, Lila se apoyó contra el escritorio imitando su acto. —Necesito que cantes.
