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Empezar a socializar a tu lado fue mejor de lo que pensé, en especial porque eras como mi representante y yo en realidad no tenía que conversar con otras personas. Me sentía como un mimado pero daba igual, personas a las cuales había mirado antes en el plantel ahora me saludaban gustosos, pienso que fue tu esencia que como a mi, igual los atrapó.

Tenía un tiempo pensando en tu vida, ¿quién eras detrás de esa sonrisa? ¿Cómo sería tu familia?

—Bible —Mile tocó mi hombro, al instante pensé que de nuevo, me había quedado soñando despierto— ¿quieres hablar de algo? —preguntó sonriendo.

Sí quiero.

—No —deje de mirarlo, el hizo un puchero queriendo más información.

—Solo tienes un amigo, y ese amigo soy yo —dijo orgulloso— no hay persona que te conozca mejor, así que dime en quien piensas.

—Tarea de clase de neg- — me calló poniendo un dedo sobre mis labios.

—Ni lo intentes, no hay tarea de esa clase.

—¿Por qué te importa tanto? ¿Me darás la solución si te cuento? —pregunté riendo, el asintió de manera obvia— bien, solo si prometes no gritar.

—Lo prometo. —me dio su meñique y yo le di el mío para juntarlos.

—No es que piense en esa persona sabes, simplemente me gusta el tipo de confianza que da, es cómodo estar con alguien así.

Explique con detalles lo que me parecías, aunque pienso que fue algo extra para que solo fueras alguien sin tanta importancia.

—¡Si! —gritó, toque mi frente con la mano— ¡sabía, lo sabía! Pensé, no puede ser alguien normal porque si no ni siquiera me hubieras dado tantos detalles. Pero como eres un bobo que expresa quien le gusta, lo dijiste —la sonrisa que tenía era amplia y de alguien que había dado en el blanco.

Carajo.

—¿Qué? No puede gustarme, es una tontería —aleje sus manos que intentaban abrazarme de la emoción— te dije que quería enfocarme en mis estudios.

Alertas rojas brillaron dentro de mi cabeza.

Peligro, peligro.

—Pues déjame decirte que las palabras que escogiste, suenan de alguien que le está empezando a gustar alguien más.

—No dejare que metas esas ideas a mi cabeza tonto —recogí mis cosas para irme a casa finalmente.

6:04 de la tarde.

—Bieeen, el tiempo hablara por ti, no te despidas de mi porque iré a tu casa —alce una ceja.

—Yo no te invite —respondí.

—¿Y? Tu mamá dice que es mi casa también —no me negué y caminé junto a el.

La tarde pasó mejor de lo que podría haber pasado en un martes, comimos y realmente no hablamos de nada, simplemente disfrutamos del silencio del uno al otro, sin incluir que Mile al llegar se quedó dormido una hora. Se despidió de mi alrededor de las nueve de la noche, su papá pasó por el y llegue a mi cama cansado.

No me gustaba pensarme a mi en una forma diferente como la de estar enamorado, me daba miedo y no quería sentirme atraído por ti.

Era peligroso apostar los sentimientos así de fácil, verme en el espejo sería ver a alguien antiguo que no viviría más, habría otra persona ahí.

Un yo que había caído rendido a ti, y eso no lo sentía querer permitir.

0 - BibleBuild Donde viven las historias. Descúbrelo ahora