0 - BibleBuild

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Fue imposible.

Imposible no caer en tu persona, en como hablabas, como caminabas, incluso hasta en la forma como sonreías.

Dulce y tierno.

Siempre pensé que la única manera de salvarme era siendo amado, permitir ese cariño que atrapaba de manera fuerte y firme que no dejaba escapatoria, mucho menos una oportunidad de olvidarlo.

Porque una vez conociéndolo, repetirías lo que sentiste a cada instante.

Como ahora hacía recordando los momentos más simples, la primera vez que sentía que si seguía a tu lado, terminaría completamente perdido en tus encantos.

Tu manera de ver las cosas, tu forma de sonreírme, tu forma de ser encantador con cualquier persona en este miserable mundo, incluyéndome.

Al pasar de los meses platicar con Mile fue un tormento, quería decirle tantas cosas sobre tu persona pero aún no quería aceptar el hecho de que me estuviera gustando alguien. Sinceramente era aterrador, ¿qué si no sentías lo mismo? Aunque estaba seguro de que el primer consejo de Mile sería un "arriésgate", yo no tenía la valentía de hacerlo.

No sabía si estaría preparado en algún momento de mi vida, pero he pensado que lo que es real, pasa sin planearlo.

Es natural.

—¿Pasamos por un café? ¿Donita de chocolate? —te aferraste a mi brazo, cómodo y gustoso del momento.

Sentí el pecho extraño, una ola de sentimiento cálido me llenó. Y sabía que estaría pensando esto todo el día hasta que me durmiera pensándolo.

—Lo que quieras —decidí no regresarte el abrazo, porque no quería decidir.

No quería ceder.

—Háblame bonito —me reí acomodando mi gorra, el sol pegaba directo en la cara, pero al estar a mi lado me hacía en tu sombra.

—¿Qué dije? —le pregunté pujando tu hombro amistosamente, me miraste asombrado actuando ofendido.

—Deberías saberlo.

—Vayamos por un cafecito entonces.

Sonreíste.

—¡Bible, Naphat! —ambos volteamos a ver a Mile, quien probablemente planeaba colarse con nosotros— ¿adonde vamos?

Y ahí terminaba mi tiempo a solas contigo.