Señor adulto no tan feliz

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—¡¿QUÉ HICISTE QUÉ?! —Gritó eufórica la rubia de coleta larga mientras arrojaba con fuerza una almohada en la cabeza de su esposo.

Al despertar, Geoff tuvo que explicarle todo a Bridgette, ya que ella sospechaba de su salida tan tarde del trabajo y de tener todo el día libre que le dieron en ese preciso momento, y al rubio no le gustaba guardarle secretos a su esposa, y menos con una situación donde realmente requería de su ayuda y consejo.

—¡Tenía que hacerlo, Bridge! Por los viejos tiempos. —Excusó el rubio.

—¡Viejos tiempos que también afectaron a nuestra MAS CERCANA AMIGA! —Contestó Bridge mientras arrojaba otra almohada ahora golpeándolo en la cara.

—¡Lo sé, Bridge! Pero parece que ya ha cambiado, por eso quise ayudarlo; créeme, en todos estos años que no lo vimos, luce diferente. —Justificó el rubio mientras cubría su rostro con sus propias manos para escudarse de cualquier otro "ataque de almohadas".

La bella esposa tomó un respiro, no estaba de acuerdo en ayudar a Duncan, no, no después de ver cómo afectó a Courtney en su situación amorosa, pero sabía que su esposo ya se había comprometido a ayudarlo, además de notar el gran aprecio que aún le conserva después de todos estos años, y era algo que no podía cambiar. Ante todo eso, reflexionó sobre la gran cualidad de su marido: Él es un gran amigo.

—Está bien, cariño... comprendo que es tu amigo y que te preocupa... no tengo problema con ello. —Respiro profundo. —Pero prométeme que no involucrarás a Courtney en esto, ¿entendido? Debes entender que ella aún tiene problemas con recordar lo que fue en Drama Total, la llegada de Duncan le hará mal. —Seriamente Bridgette se cruzó de brazos esperando una respuesta asertiva, seria y sin bromas.

Geoff comprendía la seriedad del asunto, puede que aún sea despistado y no piensa las cosas con detenimiento antes de realizarlas, pero tiene un gran corazón que estaría dispuesto a hacer cualquier cosa por su familia y amigos.

—Mira, cariño, aprecio mucho a Courtney, de verdad, y también aprecio mucho a Duncan, por eso jamás haría algo que complique las cosas entre ellos, pero también quiero que se den la oportunidad de verse sin la necesidad de arañarse la cara, como los adultos que son. Confío en que ellos pueden mejorar en ese aspecto. —

—Pero no pueden acercarse en este momento, Geoff. —Contestó la rubia.

—No digo que ahora, sino cuando sea el momento. Además, hay algo que tienes que entender, cariño, este problema es entre Courtney y Duncan, más no de nosotros, es a ellos los que les concierne, no tienes nada de qué preocuparte. —Argumentó el ojiazul mientras abrazaba el hombro de su esposa.

—Sólo no quiero volver a ver a mi amiga más herida de lo que estaba... o está. —Habló con tristeza su linda esposa entre tanto tomaba su mano reposada en su hombro.

—Confía en Courtney, entiendo que no confíes en Duncan, pero Courtney nos ha demostrado tantas veces como se da su valor. —Comentó sembrándole un tierno beso en su mejilla, a lo que ella respondió con una sonrisa.

—Gracias, querido, como siempre, teniendo la última palabra. —Río dulcemente.

Geoff se despide tiernamente de su esposa y se encaminó directamente a su auto y salir lo más rápido que podía para recoger a su viejo amigo de la estación de policía, no sin antes pasar por DJ primero.

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—Bien, bien, Duncan, haz cumplido tu condena por arder en llamas la "casita" de Chris Mclean, tú mas que nadie sabe que es momento de liberarte, tu buen comportamiento tuvo mucho que ver en esto... Sólo espero que no sigas cometiendo otros delitos igual o incluso peores que este. —Comentó el Guardia de Policía que recurrentemente vigilaba el cuarto de encarcelamiento de Duncan.

¡Rebobinemos todo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora