Caperucita Roja by HariFics2 (adaptación Wangxian)

capítulo dos

"—No te desvíes del camino—"

Al final Wangji consiguió convencerme de ir por el camino corto junto a él mientras intentaba —sin lograr nada — "conocerme" más allá de un simple nombre.

— ¿Tienes hermanos? –Pregunto con su brazo izquierdo tras su espalda y el derecho levantando su dedo índice cerca de su mejilla, En una posición pensativa o más bien curiosa.

– No — Era lo máximo que le decía. Un simple "no" o un muy poco inexpresivo "sí".

– ¿Alguna mascota?

— No —Esto ya está empezando a ser estúpido.

— Y... ¿Cuantos años tie... —No acabo su frase cuando de repente me tomo de la mano y me llevo a los arbustos más cercanos poniendo su mano en mi boca para que yo no gritara.

Me removí un poco dándole a entender que quitara su mano dejándome ver porque escapábamos de repente. Giré mi cuerpo viendo los arbustos tras su espalda y más allá de estos –en donde estábamos nosotros —pasaron unos hombres con capuchas color negro algo rasgadas.

— ¿Qué pasa con ellos? —susurré acercándome más para ver mejor.

— Digamos que son los que mantienen a raya a nuestra aldea. Son los cazadores. Ellos son los que conservan a la gente alejada de nosotros y a nosotros alejados de la gente.

— Entonces supongo que tú eres "un rebelde" —dije haciendo las comillas con los dedos.

Cuando pasaron del todo sin notar mi presencia suspire aliviado.

— Oye lindura, pesas un poco —dijo con ambas manos situadas en mis cinturas. Ahí me di cuenta de que estaba sobre él con mis piernas a sus costados, mirándolo de frente rosando nuestras narices, con mis manos en su pecho, con la canastilla de comida intermediando nuestros cuerpos, mientras él me veía con burla ¿Cómo habíamos terminado así? — Aunque... No está para nada mal.

Sonrío malvado.
Me levante rápidamente.

— Oye, ya te lo dije, no soy una chica, no me llames lindura —espeté con algo de molestia para que a la vez olvidara ese incomodo momento.

– Tal vez no seas una chica... —se levanto y se puso otra vez al frente mío – Pero eso no quiere decir que no seas una lindura. Tienes una cara muy inocente.

Tomó mis mejillas mientras reía.

– No soy un niño pequeño, déjame – empujé sus manos apartándolas de mi cara.

— Pareces de diez años, pero... ¿Cuantos tienes?

— ...Diecisiete...

– Wow ¿Hablas en serio?  –tenía los ojos como abiertos, pero igual sostenía la sonrisa.

– Si... Pero bueno ya vayámonos, a este paso llegare al anochecer.

– Está bien, pero tenemos que tener cuidado con esos cazadores —me tomó de la mano para salir de los arbustos.

– Oye, suéltame.

Seguimos caminando tomados de las manos, él declaro que era para disimular que no pertenecía aquí. Aunque con una caperuza roja era difícil no resaltar entre los típicos colores de la ropa hecha con cueros de animales. Unos cuantos aldeanos nos quedaban viendo mientras que otros no les daban mayor importancia a que un lobo esté tomado de la mano con otro chico, pero éste llevando una capucha de tela carmín. A lo lejos observe a uno de los cazadores, cuando sentí que iba a voltear tome a Wangji y lo besé para que se incomodara con el acto de amor público; él volteó de nuevo para darnos privacidad. Cuando aparté al orejudo me miró asombrado mientras se llevaba la mano a la boca.

– No me mires así, no es para tanto —articule con algo de pena.

— No creí que harías eso, es todo. Me sorprendí, de veras.

– Solo fue un pequeño rose, ni siquiera se le puede llamar beso —le pase por el lado para irme delante de él.

— Que frío eres.

Al llegar al final de la aldea ya se podía ver a lo lejos la casa de la abuela. Mire a un lado y ahí seguía Wangji

– ¿Por qué sigues aquí? Ya pasé la terrorífica aldea.

– Decidí ir a visitar a la abuela junto a ti, ¿Te molesta? —negué mientras seguía con mi ruta.