Puntualidad y nervios

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Mi familia no es la mejor, eso lo tenía claro, pero aún así es familia y no se puede cambiar eso. La alarma me sacó de mis pensamientos, ya eran las 10.30 am ¡Me había quedando pensando sin noción del tiempo! Me apresuré a terminar de prepararme para ir al colegio, hoy comenzaría mi nueva vida, nuevos amigos, nuevas materias, profesores y directivos me esperaban. Almorcé lo más rápido que pude junto a mi madre y hermana menor, para salir corriendo a la parada del colectivo.

Ya en este me dispuse a imaginar cómo serian mis nuevos compañeros de clase, si las maestras serian muy estrictas, que salón me tocaría, hasta que mi madre me toco el hombro indicándome que aquí nos bajaríamos. Ya en tierra comenzamos a correr hacia el colegio; llegando a este me entraron los nervios por no causar una buena impresión, y más cuando mi cabello tuvo la idea de esponjarse por la humedad que se presentaba, por otra parte mi hermana estaba de lo más contenta. Antes de entrar me despedí de mi familia que me deseaba un feliz primer día con algunos sermones de parte de mis padres porque la pollera me quedaba un tanto corta y según yo "se me subía por la mochila".

Finalmente entre al establecimiento, un montón de adolescentes colmaba este, dejándome con un mínimo espacio personal, preste mucha atención a las últimas palabras de la vicedirectora que nos indicaba quienes serian el grupo de directivos. Una vez finalizada la presentación se nos indico ir a nuestros correspondientes cursos, yo me moría de los nervios al encontrar mi nombre en una lista de los alumnos que correspondían a ese curso. Procedí a sentarme en un asiento libre junto a una chica de cabello oscuro con las puntas decoloradas, no me prestó demasiada atención ni yo a ella para que no se notara lo nerviosa que estaba.

Transcurrió el primer modulo llegando el recreo, me senté en la banca que se encontraba fuera del curso, la mayoría hizo lo mismo. Me dispuse a observar a los demás estudiantes de cursos superiores, algunos charlaban, otros tomaban la merienda, algo que me resulto extraño porque apenas si eran las 3pm, pero bueno cada quien. Toco el timbre para volver a clases, y entonces espere que entrase primero mi compañera de alado para que pudiera sentarme en mi respectivo asiento.

No paso mucho hasta que llego la profesora que correspondía a educación tecnológica, una materia que ni me agradaba ni me disgustaba, cuando pidió que saquemos una lapicera y una hoja entendí que nunca me agradaría esa persona. Luego de unas horas de sufrimiento por aquella desagradable prueba diagnostico que nos dio la profesora infumable una voz llamo mi atención, era mi compañera de asiento. Pregunto por mi nombre y de que colegio venia, a lo cual respondí lo más normal posible por los nervios que recorrían mi cuerpo, devolví las mismas preguntas las cuales me fueron respondidas con gran felicidad. Su nombre era Morena y venia del Hogar Escuela, era lo único que pude conocer de ella ya que debíamos volver del receso.

La profesora correspondiente no asistió así que la preceptora de nombre Claudia Torres ocupo ese tiempo para explicarnos como iban a ser las clases y el resto del año escolar, también como se organizaba el colegio y ella, y que por algún inconveniente o anuncio ella se encargaría de informárnoslo a los de 1° año.

Luego de toda esa charla se hizo la hora de ir a casa, mi madre y mi hermana me esperaban del lado de enfrente al colegio. Ya en casa merendando todos juntos, se nos pregunto por nuestro día, no dije mucho debido a que solo había hablado eso poco con mi compañera de alado. Más tarde me acosté en mi cama ya con la pijama puesta lista para cenar e irme a dormir. Algo que ocurrió a medias ya que me quede pensando en el chico que era el hijo de uno de los amigos de mi papa de la cancha, y que casualmente lo vi pasar en uno de los recreos junto a otros chicos. Re analizaba que fuera él y no me estuviera confundiendo hasta que me quede dormida.

Sin rumboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora