TEAR

Prefazione

Sus manos se encontraban empapadas con el líquido rojo opaco, su cuerpo no tembló, al menos no de miedo, miró por la ventana, su mirada oscureciéndose al paso de los minutos por la ira, tuvo curiosidad en saber quién sería el responsable, salió de su habitación y caminó a paso tranquilo hacia la sala de estar, las luces de las patrullas afectando su visión y el sonido de la alarma haciendo eco, vio lo inútil que era escapar y se hizo a la idea de que era cuestión de tiempo para que la fiscalía descubriera los diecinueve sospechosos, no se inmutó cuando cinco policías tocaron a su puerta, no se resistió cuando dos de ellos lo esposaron y le hicieron la lectura de sus derechos; y definitivamente mantuvo su postura refinada cuando se adentraron al cuarto, dejando ver aquel cuerpo que colgaba de su cama sin una cabeza al que estar pegado, con la misma al otro lado sin un ojo y con la lengua justo al costado, se hizo oír un conjunto de jadeos seguido de un silencio sepulcral, el cual lo acompañó en todo el recorrido hasta el auto y de ahí hasta la sala donde seria investigado.

......

"busca al abogado jeon; y tráelo aquí pronto"

"lo siento señor, el señor jeon es demasiado escurridizo, no será fácil encontrarlo"

"no te lo estoy preguntando, si no se encuentra aquí mañana, la siguiente cabeza en rodar será la tuya". Lo miró fijo y lo vio tragar mientras asentía, lo vio desaparecer por aquella puerta vieja y solo entonces pudo relajarse, por ahora al menos.

......

"me está queriendo decir que aun con todas las pruebas que hay en su contra, ¿usted se presume inocente?" puso todo de su parte para no reírse en su cara.

 "incluso todos los testigos han declarado en su contra, lo que me está diciendo no tiene sentido".

El rubio levantó la mirada al escuchar lo dicho, frunció el ceño tal como los últimos dos días y luego dejo fluir de su boca una risa sarcástica. 

"por supuesto que esos imbéciles lo harían, pero le aseguro señor jeon, que la identidad del culpable esta en algún lugar de mi casa, ¿por qué? un hombre como yo; rico, guapo, inteligente, ¿mataría a una joven insignificante que no conoce y que no fue invitada a mi casa para perjudicar todo lo que tengo?, no sea estúpido, es abogado piense."

Mantuvieron la vista sobre el otro, uno tratando de descifrar la veracidad de lo que se le dijo y el otro no mostrando absolutamente nada. 

"bien, pero tenga en cuenta que, si me está mintiendo señor Kim, se quedará aquí lo suficiente, de eso me encargo yo". Se levantó con un porte imponente y se fue de allí en silencio.