Sentí una opresión en el pecho.
Ya había puesto demasiado resistencia. Y mis ganas de luchar por mi vida fueron debilitándose.
Mierda. Era su voz lo que me estuvo atormentando las horas siguiente.
Pedí mil veces perdón a Dios. Pedí mil veces que me dejara,que no contaminara mi alma. Se rió maliciosa y tormentosamente,jurando que nadie iría por mí;que nadie me creería. Que no me dejaría en paz,hasta que me viera marchita.
—Vamos, Gaela — Estaba encima mío , dejando mi tronco muy cerca del lago —. Me gusta más cuando estás así,quieta,dispuesta para mí.
—Para —conjuré en un aliento doloroso.
Mi cuerpo ardía. Mis músculos estaban demasiado maltratados y cansados.
«No voy a soportar tanto»pensé entre lamentos y balbuceos torpes.
—Te haré que te arrepientas de todos tus pecados.
— Me prometiste..
—Te prometí la muerte —movió muchos de los mechones que tapaban mis ojos y me acomodó el vestido blanco gastado que me obligó a usar —No estoy muy seguro de la decisión que tomaste cuando te hice la petición. Lo correcto es, dejarte en paz y aceptar que no me correspondes de la manera que quisiera. De todos modos,cómo no explico las ganas que tengo de matarte..Ehm,me veo en la necesidad a castigarte.
Sus azulados orbes se veían limpios,como si antes no insinuó que en unas horas mi familia y amigos buscarían el cuerpo de su niña a las orillas del lago.
—Ni en esta vida,ni en la otra podrás salvarte de esta.
La fuerza con la que agarró mi cabello fue dolorosa. Al tenerme de pie e inmóvil decidió terminar de adentrarse a lo más profundo del lago cristalino.
Grité,les puedo asegurar que grité hasta quedarme sin aliento.
Lo arañé sin conseguir que desistiera de la promesa que me había hecho.
Volví a pedir ayuda. En busca de sobrevivir.
—¡No! —rasguño sus brazos buscando aire.
Vuelve a sumergirme.
Rodea sus manos en mi cuello empezando a hacer presión.
La vista se me fue nublando poco a poco. El pecho comenzó a comprimirse y mis lágrimas se combinaron con las del lago.
Es el día.
Esta era mi muerte.
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Todo, menos tú [ EDICIÓN]
Diversos«Vivimos en un mundo en el que la verdad es opacada por una realidad que no existe»Dijo Albert Einstein. Si el infierno existiera, este pueblo sería la entrada. Gaela Connors regresa de la muerte, y dos años después de pensar que todo había...