Discord ; Fantasy K-pop AU

#8

Para sorpresa de nadie, Yang Jungwon era una persona terca. Este rasgo de su personalidad, lejos de ser considerado como una debilidad de su parte, lo consideraba una herramienta eficaz para lograr lo que quería.

Definitivamente, esta era una de esa situaciones en las que su terquedad le estaban llevando a extremos que no había considerado previamente.
Tan pronto como Ryujin accedió al duelo, le dijo que tenían que discutir los detalles, poniéndole de condición que sólo fueran ellos dos. Jungwon, sin decir una palabra, señaló a Nox, su inexistente voz siendo tan imponente que no le dio lugar a la chica de negarse.

Así que ahí estaban, dentro de la caravana de Ryujin. Nox en su cuello para estar pendiente de cualquier juego que la hechicera se atreviera a intentar.

- Mi casa es su casa, chicos - Ryujin los guió por un montón de libros y artefactos acumulados, lo cual Jungwon pudo inferir que se trataba de souvenirs de su gira, especialmente considerando que colocó una bolsa llena de gemas cerca de todo ese desorden - Lamento el ataque por la espalda, estaba probando tus reflejos, pequeño.

- Ve al grano, Shin, ¿de qué querías hablar antes del duelo? - Jungwon preguntó, ni siquiera molestándose en separarse de la puerta - Me sorprende que aceptaras, no puedes haberme subestimado tanto como para no saber que ya descifré tu magia.

- Contaba con eso - Ella sonrió ampliamente, despolvando un poco un sofá grande que había en medio del desorden y sentándose totalmente explayada con orgullo - En realidad pensé que aceptar el duelo era una gran oportunidad para proponerte un trato.

- ¿Trato?

- Eres Yang Jungwon, el estudiante estrella del Príncipe Sol. Me tomó un momento darme cuenta, pero después de que me hicieras darme una cachetada; gracias por eso, por cierto, - Jungwon se encogió de hombros, ella sólo atinó a reír sin gracia - Fue obvio.

- Te lo mereces después de llamarme feto.

- Lo siento - No sonaba sincero, pero Jungwon lo tomaba - En todo caso, he estado huyendo de ti y los de tu clase por años para que mi negocio no acabe abruptamente, pues aunque sea reprochable mentirle a los pueblerinos, es lo que paga mis deudas.

Ryujin dio dos pequeños golpeteos al sofá como una invitación no-verbal para que Jungwon tomara asiento. El menor miró fijamente el gesto, pero se quedó en su lugar si nada hubiera pasado.

- Ajá.

- Únete a mí, por mis próximos shows - Al fin terminó, Jungwon tuvo tanto tiempo de pensar sus palabras que ni siquiera le tomaron por sorpresa - Te harás rico en segundos.

Una risa seca escapó de los labios del hechicero. No era su intención sonar tan maleducado, pero después de todo le parecía una jugada bastante deplorable.
No había tenido interés en mentirle a nadie en años, probablemente porque siempre fue una persona bastante acomodada en cuestiones económicas (y siendo el pupilo del príncipe de Drovalon no es que ayudara al caso contrario), pero también por su propio código moral.

Jungwon tenía un nombre. Quizás no el de una celebridad que aparece cada cierto tiempo para entretener un pueblo y quedarse con sus joyas para partir a lugares recónditos de los que nunca había oído hablar, pero sí el de un brujo que imponía respeto ante la gente conocedora de magia; y eso, para él, significaba mucho más que incluso una gema de fuego (aunque estaba seguro de que poseer una sería algo interesante, considerando que su belleza era un reflejo fiel a sus habilidades mágicas) (sí, lo había estudiado)

- Sigues subestimándome.

- Sí, debí suponer que la riqueza física no te llena. Típico brujo superpoderoso de Algeville.