Irse. (Y tal vez no vuelva)

Capítulo 2

Capítulo 2.

Todos estaban en el desván pasando el rato mientras que Bobby cocinaba el almuerzo, la música de fondo hacia que el lugar se hiciera más cálido al igual que el olor a comida caliente.

—¡Capitán! — Bobby alzó la mirada encontrándose con el bombero Harrison y un hombre a su lado. —Lo buscan. — señalo al hombre a su lado.

—Buen día, capitán Nash. Soy Aarón Smith, el bombero suplente hasta que encuentre uno nuevo — saludo al mayor, entregándole una hoja con la firma del jefe Alonso.

—¿Lo siento? Yo no pedí ningún suplente y no tengo una vacante libre — Bobby miro al chico perplejo. La estación estaba en completo silencio, todos los bomberos estaban en el desván escuchando la conversación.

—¿No leyó el e-mail del jefe Alonso? El bombero Evan Buckley, renunció ayer por la tarde con efecto inmediato.

—¿¡Qué!? — el chico salto en su lugar por el fuerte grito.

—Ese idiota… —Eddie comenzó a caminar de un lado al otro murmurando improperios en Español, antes de bajar corriendo por las escaleras.

—Ah. Tiene que ser una broma — murmuró Bobby mirando como su bombero salía de la estación enojado. —Bienvenido, bombero. Stewart muéstrale el lugar, por favor. Y que escoja un casillero, voy a dejar inactivo al 118 por dos horas, quedas a cargo, evita que Harrison queme la estación, por favor — dio órdenes mientras bajaba por las escaleras, seguido de Hen y Chim.
Después de estar media hora en el tráfico por fin lograron llegar al edificio del loft de Evan. Me miraron a las caras cuando vieron que los autos de Athena y Maddie estaban allí también, al igual que el de Eddie.

—¿No deberían estar en el trabajo ustedes? —pregunto Athena con una ceja alzada, ella estaba en su día libre hoy y había planeado llegar a comer a Evan junto con Maddie.

—Buck renunció — dijo Chim. — vinimos por una explicación, después de todo el lío que nos hizo pasar con la demanda, él simplemente se va. —murmuro, Maddie lo miro seriamente, ella no estaba de acuerdo con la demanda, pero tampoco permitirían que hablara mal de su hermano.

Al llegar todos al loft de Buck, la puerta estaba abierta. Se congelaron en sus lugares cuando entraron. Los muebles estaban cubiertos por plástico, los libros y accesorios estaban en cajas. No había rastro alguno del dueño del loft.

—No está. — todos miraron cómo Eddie bajaba por las escaleras, parando a la mitad. —Se fue. — su voz salió rota.

•••

Evan miraba con tristeza el horizonte, Hawaii es un paraíso. Un paraíso seductor y lleno de vida. Se encontraba sentado en la playa con su maletas y bolsa a su lado, las olas chocaban contra la arena, había niños y adultos disfrutando del hermoso día.
Estaba tan tranquilo después de meses que no se dio cuenta que alguien se sentaba a su lado.

—¿Cachorro? — Buck desvío su mirada, su mirada se concentro en la persona a su lado. Su cabello estaba un poco más largo de lo que recordaba, tenía una barba de tres días y sus ojos lo miraban muy fijamente.

—Steve — murmuró, sus ojos se llenaron de lágrimas, sollozo mientras se dejaba abrazar por el mayor.

—Todo estará bien, cachorro. Te cuidaremos — murmuró el mayor, mirando a su pareja, que estaba a unos pasos mirándolos fijamente. Asintió, debían llevar a Evan a casa.

•••

Evan no sabía en qué momento se había quedado dormido, lo último que recordaba fue el abrazo que le daba su comandante mientras que el lloraba en sus brazos. Está no era la primera vez que era consolado por su comandante y dudaba mucho que sea la última, sinceramente.