Capítulo 1

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Capítulo 1

Una jaula.

Eso es su loft.

Su vida.

Su familia.

Evan Buckley no era una persona irracional cómo muchos pensarían de él, el posiblemente sea la persona más inteligente que muchos hayan conocido solo que tenía sus razones para ser como es. Había aprendido desde muy joven a no confiar en las persona, había aprendido de muy mala manera eso.

La confianza no es algo que puedas dar tan fácilmente, cachorro.

¿Por qué no había seguido ese consejo? ¿Por qué se dejó engañar tan fácilmente por aquella sonrisa y esas dulces palabras? ¿Se había vuelto tan débil?
¿Por qué había vuelto a confiar en Maddy? Cuando ello lo había abandonado.

¿Se había sentido tan abandonado que había visto su vida con algo de fantasía?  ¿Estaba tan deseoso de ver una familia donde claramente no lo había? Aquellos deseos que había reprimido durante tanto tiempo habían vuelto a salir.

La desesperación, la soledad y la ansiedad estaban haciendo que todo se vuelva oscuro.
Todo estaba oscuro y estaba tan solo. De nuevo.
Todos sus pensamientos se cortaron debido al sonido de su celular.

Número desconocido…

—¿Cachorro?  —Buck no había escuchado esa voz en años e internamente se alegraba de haber contestado aquella llamada.

—Comandante… — Buck dejo escapar un gemido lastimero. —¿Puede ir con usted, por favor? — sabía que era una decisión precipitada, pero no aguantaba estar encerrado en ese departamento, no aguantaba las palabras de su hermana, las miradas de lástima. Quería sentirme libre de ellos…

—Tomate el siguiente vuelo de L.A. a Honolulu, creo que el próximo vuelo sale mañana por la noche, aprovecha y despídete. — el no pudo evitar asentir ante aquellas palabras, el comandante seguía siendo su figura de autoridad y nadie le quitaría eso. — Nos veremos en un par de horas, Cachorro.

—gracias…

La llamada termino.

Ahora… ¿Valía la pena decirle a los demás?

•••

Lo había pensando durante toda la noche.

Lo había pensado una y otra vez, había pensado en los pro y los contras, tanto en su corazón como el de ellos.

Y aunque le pesará en el corazón, Buck decidió que no valía la pena decirle a los demás de su partida. Realmente no tenía ganas de escuchar exigencias de parte de todos, como si no pudiera tomar decisiones por su cuenta. Pero, si, hay un pero. Había alguien sumamente importante en su vida de la cual necesitaba despedirse.

Así que, manejo hasta la escuela de Christopher. Sabía los horarios de entrada y de salida y rogaba internamente que Eddie no lo haya sacado como uno de los contactos de emergencia de Chris.

Los niños ya habían entrado cuando llego, así que, simplemente se acercó a uno de los porteros.

—¡Señor Buckley! Hace tiempo que no lo veo por acá, ¿Cómo ha estado?

—Estoy bien, gracias por preguntar. ¿Está la directora?, necesito hablar con ella.

—Si, claro. Ya conoces el camino. — lo dejo pasar.
Los nervios lo carcomían muy lentamente, se sentía enfermo. Amaba demasiado a este chico y realmente no quería dejarlo, pero simplemente no se sentía bien quedarse.
Al llegar a la rectoría. Evan toco dos veces la puerta antes de escuchar un pase.

—¡Señor Buckley! Es bueno verlo — Buck sonrió.

—Es un gusto volverla a ver, Directora —comento Buck.

—El Señor Díaz no menciono que vendría— comento la mujer, Buck hizo una mueca.

—El no sabe que estoy aquí, Directora. Vengo a pedirle un favor, en realidad. — comento el menor. La mujer lo miro seriamente, sabía que el no le haría daño a alguien, así que, podría hacerle un pequeño favor.

—Claro, dime.

—Vera… debo hacer un viaje por unos meses, posiblemente se me alargue y en estos últimos meses no he tenido la oportunidad de hablar con Christopher ¿Sería posible para mí, despedirme de él? —pregunto un tanto tímido. La mujer lo analizo antes de asentir.

—Es posible, le diré a la señorita Clark que lo traiga a la oficina. — la sonrisa de Buck tranquilamente podría iluminar toda una habitación.

—¿Los pasos mensuales se han estado pagando en termino? —pregunto Buck una vez que la directora volvió. La mujer lo vio con pesar.

—Sinceramente el señor Diaz, está atrasado dos meses — aquello hizo que el corazón de Buck latiera con fuerza. — Si, el señor Diaz no se pone al orden con sus pagos, deberemos sacar a Christopher del programa.

—lo pagaré. — dijo. Buck amaba al niño y esta escuela le hacía bien, si tenía que hacer esto, lo haría y haría aún más. — Envíeme, la cuenta bancaria de la escuela, le haré una transferencia en este momento.

—Señor Buckley…

—Directora… Amo a este niño como si fuera mí hijo, haría cualquier cosa por él. Así que, si tengo que pagar la colegiatura a escondidas de su padre lo haré. Lo haré todas las veces que sea necesario, así que, si Edmundo se vuelve a atrasar con los pagos, por favor, no dude en enviarme la factura ¿Si? — Es realmente un milagro que no tenga que preocuparse por dinero ¿Eh? Hizo muy bien en invertir cuando obtuvo su fondo fideicomiso.

—Esta bien, señor Buckley.

Buck salto de su asiento cuando escucho la puerta ser golpeada. Su corazón empezó a latir de forma acelerada.

—Señora Directora, aquí está el alumno Diaz. — Buck sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas.

—¡Bucky! — ambos se abrazo profundamente, Buck río cuando sintió a Christopher abrazarlo como si fuera un bebé koala. Sus pequeñas piernas rodeando sus caderas, colgándose de su cuello.

—¡Hola, Superman! — en ningún momento hizo amague para bajarlo y la directora le dio su espacio aunque nunca salió de la habitación.

—Pensé que te habías olvidado de mí ¿Por qué no vas a visitarme? ¿Fui malo? —aquello rompió el corazón de los adultos, su voz salió quebradas y sus mejillas estaban empapadas por las lágrimas.

—No, amor. No eres malo, eres el niño más bueno y dulce del planeta ¿Okey? — Christopher asintió. — Tu papá y yo estamos en desacuerdo ¿Si? Por eso no he ido a verte, el está enojado conmigo así que, por favor no seas malo con él. — el niño asintió. —Chris tengo que decirte algo — Buck lo abrazo con fuerza. — Me iré por un tiempo.

—¿Qué? ¿Por qué? — gimoteo el niño, aguantando las ganas de llorar al igual que Buck.

—Un amigo me llamo, necesita mi ayuda con urgencia, así que me pidió su podía ir a su casa. No me iré por mucho tiempo — mintió, sabía que no se iría por mucho tiempo, pero no le diría realmente al niño que amaba que la razón de su partida era por qué se sentía vacío y poco a poco estaba cayendo en una profunda desesperación.

—¿Vas a ayudar a personas, Bucky? — el asintió ante la pregunta. Christopher se acurrucó contra él. — ¿Volverás a mi?—murmuro contra su cuello.

Buck no pude evitar dejar escapar un pequeño sollozo.

—siempre.

Aquella noche, Buck le envío al jefe Alonso su carta de renuncia. Sus cosas ya estaban empacadas, miro por última vez su departamento.

—Adiós, L.A.

Irse. (Y tal vez no vuelva) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora