Zoro se convirtió en un gato.

¡¿ERES UN GATO?!

Cuando el pequeño renito entró en el consultorio de nuevo vio como el capitán y el espadachín se habían quedado dormidos, es verdad que mientras iba a la cocina habían pasado algunas cosas y tuvo que explicarles muy por encima la situación a los demás, pero no creía haberse demorado tanto como para que los dos estuvieran tan profundos; suspiró resignado, se acercó a la mesa que tenía, aparto con cuidado todas las plantas, hierbas y frutas que estaban allí, tomó un paño limpio y lo llenó con hielos, le hizo un pequeño nudo y con cuidado se acercó a la cama, mientras caminaba podía notar como el ronroneo de Zoro estaba activo, eso podría significar que la presencia de Luffy lo tranquilizaba y mientras estuviera en ese estado no representaría un peligro para él. Con cuidado y tratando de no moverlos tomó su forma heavy point para poner con cuidado el paño con lo hielo en la frente del mayor, al sentir el frío sobre su frente el espadachín suspiro con alivio.

- Zoro...prometo que pronto sabré como cuidarte -dijo el renito sintiéndose preocupado por el mayor.

- Mmm...Chopper...-un somnoliento capitán llamó al doctor.

- Luffy ¿algo pasó? -preguntó el doctor alarmado.

- No sé si sea importante...pero -el capitán señalo como la cola del espadachín estaba rodeando su muñeca – No ha querido soltarme desde que se acostó -dijo mientras sonreía.

- Oh...bueno, puede ser porque para Zoro eres alguien especial...tal vez te ve como parte de su manada, pero creo que le pediré ayuda a Robin, seguramente ella tendrá algo entre todos sus libros que podamos usar, ya que toda la información que tengo proviene solo del mito de la fruta Deva...-dijo el renito volviendo a su brain point.

- ¿Deva? -preguntó Luffy ladeando su cabeza confundido.

- Ah, verdad, ese es el nombre de la fruta que le disté a Zoro, pensé que todo se trataba solo de un mito, ya que como dije antes no hay ninguna investigación científica sobre ella...

- Ah, la fresa-manzana apestosa -dijo Luffy riendo.

- Sí...-suspiró el doctor- Luffy...necesitaré que te quedes con Zoro, por lo menos hasta que tenga más información sobre la fruta, por ahora iré a hablar con Robin para que me preste algunos de sus libros...-el doctor se quedó pensando por un minuto – Si la fiebre sube búscame de inmediato, pero creo que por ahora con el hielo mejorará, cambia el paño cuando veas que ya no quedan hielos en él, por favor -le indicó, a pesar de su atolondrada actitud el capitán asintió de forma seria.

- Está bien, yo cuidaré de Zoro, tú ve a investigar, gracias Chopper -dijo el moreno sonriéndole.

- No creas que dándome las gracias obtendrás algo de mí, bastardo -dijo el renito mientras hacía un baile feliz antes de salir del consultorio.

- Zoro, se ve mejor -dijo suavemente el capitán – Mmm...pero yo aún tengo sueño – miró al lado de su primer oficial y decidió que había suficiente espacio para los dos si se acostaba encima de este, con cuidado se subió a la cama y se acomodó felizmente sobre el mayor, notó que este se removía un poco pero no lo suficiente como para despertarse, después de todo ya estaba acostumbrado a que el menor se subiera sobre él para tomar la siesta.

En otra parte de la nave estaba el pequeño doctor que esperaba impacientemente la llegada de las dos mujeres junto al cocinero, el ciborg y el tirador en la cocina, el rubio estaba preparando el almuerzo que tomarían en cuanto las dos mujeres llegaran, mientras que Usopp hablaba con el renito sobre toda la nueva situación, este ya les había contado un poco sobre la transformación de Zoro y las razones de esta, pero para los dos hombres era algo increíble, el ciborg estaba un poco más familiarizado con todas estas cosas raras ya que en su ciudad llegaban personas de todas partes con múltiples historias y ya antes había escuchado sobre las frutas que pueden dotarte de poderes y formas especiales pero que no son permanentes como las Akuma No Mi.