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En 2022 luego de que la pandemia finalizará, hasta un poco después de 2023, la manera de comunicarse y relacionarse para la humanidad tuvo un cambio revolucionario. Con el nuevo auge por los aparatos tecnológicos y las inteligencias artificiales, el conocimiento del mundo, antes limitado, ahora se desbordaba de los cables como una manguera pinchada. Y eso trajo consigo muchas consecuencias. Ni buenas, ni malas. Solo consecuencias.

Y como cambiamos la manera de comunicarnos, inevitablemente nuestras maneras de amar lo hizo. Pero para esas personas como Gavin Reed, que apenas descubría como hacerlo, se quedó en el tiempo...

Las personas que amó cambiaron. Como dije anteriormente, ni bien ni mal, porque las cosas simplemente cambian. Y Gavin se quedó con esas palabras que nunca dijo atoradas en el pecho. Nunca pudo adaptarse o entendió. Entonces eso se volvió pesado. ¿Dónde estaba aquel amor?, ese que le prometieron. Aquella persona que completaría su alma, le erizaría la piel y le haría descubrir que el amor no es solo una sensación, que las cosquillas le hicieran olvidar el tiempo y el mundo. Pero esa persona jamás llego, incluso si la espero. Y la buscó en aplicaciones llena de personas: de todos los países, sexualidades, géneros. Sus amigos le decían que estaba buscando mal, pero él solo ponía ojos en blanco. ¿Dónde se suponía que debía buscarlo? ¿Debajo de las piedras? Todos parecían tener a alguien y él estaba tan solo. ¿Debía dejar su país, sus estudios e ir a dónde ese chico le invito? ¿Un viaje por Canadá con Joy? No. ¿Debía cambiar su personalidad y darle la razón a ella? ¿Debía ser más de ella que de él? No.

¡Eres un idiota, Gavin! ¡Es imposible estar contigo, adiós!

PORTAZO.

¡Mejor ve a terapia, cabrón! ¿Qué culpa tengo yo que tus padres jamás te hayan demostrado amor y por eso no sepas hacerlo? Al menos intenta hacerlo, idiota.

PORTAZO.

—¿En serio? ¿Vas a elegir quedarte en Detroit de en vez de venir conmigo? ¿Realmente crees que estudiar va a servir de algo en ese lugar? Entonces ya no podemos estar juntos.

Gavin suspiró. Como si su vida se fuese en ese suspiro. Los portazos eran una mierda, ¿No puedes ser un poco más suave? ¿Solo un poco? Bueno, ¿Qué más da? Gavin nunca se disculparía por elegirse a él. ¿Ese era el amor? ¿Dejarse de lado, olvidarse de uno? Escucho que se trataba de renuncias, inversiones y ganancias. Inviertes un poco de ti cada día. Pero a Gavin le había costado tanto tenerse, poder discernirse de su familia y escapar a Detroit para estudiar. Escapar, porque se las arreglo para que nunca más lo encontraran.

—Ya encontrarás a tu alma gemela, solo... espera un poco más.

Qué ironía. Gavin recordó escuchar eso de una amiga en un bar después de clases en la universidad. Ahora, después de tantos años de haberse graduado, de perder el contacto con ella, las almas gemelas ya no eran solo un sueño o una de esas historias clichés de las pantallas grandes.

Hoy, en 2038, era posible.

Fue un proyecto internacional, de hecho. Aunque ya se había popularizado en otros continentes antes, como en Asía. Era simple: conversabas con tu alma gemela por chat, y luego te enviaban a tu alma gemela en un gran paquete. Sí, te enviaban. Porque esta era un androide. Creado a la imagen y semejanza de lo que tú construyes como tu otra mitad.

Cuando las relaciones humanas se volvieron caóticas e incontrolables y una de las bases centrales para el capitalismo cambió: la familia, las internacionales decidieron producir este proyecto, con el fin de vender más y tener un registro más especifico de la población solitaria, sin planificación futura de hijos. Para ellos, de futuros trabajadores.

A Gavin le habían ofrecido un alma gemela. La notificación le había llegado por correo electrónico, decía algo así como que ingresará al siguiente link para conocer a su pareja destinada. Gavin se rio de eso y borró el mensaje. No bastaba con tener a todos sus compañeros de trabajo insistiendo con eso, sino que ahora el gobierno estaba interesado en su culo. Solo de imaginarse a alguien más diciéndole: "te amo" le daba arqueadas, ¿Qué le hacía pensar que le gustaría escucharlo de un androide? Jesús. El amor cambia a las personas, ¡Y Gavin no quería cambiar!, ¡No, gracias!

A otro idiota con ese cuento...

Coger se sentía bien, sí. Pero eso no quería decir que iba a comprarse un juguete sexual con tamaño y forma humana. Porque para Gavin, eso era ese producto. No era humano, no tenía sentimientos, ¿Cómo podría amar? No es como si él supiera mucho de eso, pero mierda. Definitivamente no.

¿Y qué si su amiga Tina Chen había comenzado a hablar con su alma gemela? ¿Y qué si todos a su alrededor ahora tienen almas gemelas? ¿Incluso si hasta...? Esperen, ¿¿El viejo de Hank tiene una??

De igual manera ¡No!

¡Absolutamente no!

"Hola", Gavin envió.

...

"Hola, Gavin. ¿Cómo estás?".

PHCK.


Para aprender a quererteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora