Jiang Cheng y Lan Xichen estaban sentados en el patio de la mansión Yunmeng Jiang, disfrutando de una taza de té. Era un día tranquilo y soleado, y el aire estaba lleno del aroma de las flores.
Jiang Cheng se inclinó hacia adelante y tomó la mano de Lan Xichen. "Lan Xichen", dijo, "hay algo que quiero decirte".
Lan Xichen lo miró con interés. "¿Qué es?", preguntó.
Jiang Cheng sonrió. "Estamos esperando hijos", dijo.
Los ojos de Lan Xichen se abrieron de par en par. "¿Qué?", preguntó, sin poder creerlo.
"Sí", dijo Jiang Cheng. "Lan Xichen, vamos a tener un bebé".
Lan Xichen se levantó de la mesa y rodeó a Jiang Cheng con los brazos. Lo abrazó con fuerza, sin poder contener su alegría.
"Estoy tan feliz", dijo. "Es lo mejor que nos ha pasado".
Jiang Cheng lo abrazó con fuerza. "También estoy muy feliz", dijo. "No puedo creer que vamos a ser padres".
Los dos hombres se abrazaron durante un largo rato, disfrutando de este momento especial.
Los meses pasaron rápidamente, y Jiang Cheng y Lan Xichen se prepararon para la llegada de sus hijos. La mansión Yunmeng Jiang se llenó de alegría y emoción.
Un día, Jiang Cheng despertó con un dolor agudo en el estómago. Lan Xichen se despertó al instante y lo vio retorcerse de dolor.
"¿Qué pasa?", preguntó Lan Xichen, alarmado.
"Creo que es el momento", dijo Jiang Cheng.
Lan Xichen ayudó a Jiang Cheng a vestirse y lo llevó a la cama. Luego, llamó a las parteras.
Las parteras llegaron rápidamente y se prepararon para el parto. Jiang Cheng gritó de dolor, pero Lan Xichen estaba a su lado, apoyándolo en todo momento.
Después de varias horas, Jiang Cheng dio a luz a dos bebés sanos. Eran un niño y una niña.
Las parteras los limpiaron y los envolvieron en mantas. Luego, se los llevaron a Jiang Cheng y Lan Xichen.
Jiang Cheng miró a sus hijos con amor. "Son tan hermosos", dijo.
Lan Xichen también miró a sus hijos con amor. "Son perfectos", dijo.
Jiang Cheng y Lan Xichen pasaron los siguientes días cuidando de sus hijos. Eran padres cariñosos y dedicados, y sus hijos eran felices y saludables.
Años más tarde, Jiang Cheng y Lan Xichen estaban sentados en el patio de la mansión Yunmeng Jiang, viendo a sus hijos jugar. Los niños eran ahora adolescentes, y eran altos y hermosos.
Jiang Cheng se inclinó hacia adelante y tomó la mano de Lan Xichen. "Estoy tan feliz", dijo. "Hemos creado una familia maravillosa".
Lan Xichen sonrió. "Yo también estoy feliz", dijo. "No podría pedir una familia mejor".
Los dos hombres se miraron a los ojos, y ambos sabían que estaban enamorados más que nunca.
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Azul y Morado XICHENG
FanfictionChallenge 10 días de historias xicheng. Espero las disfrutes y mueras de amor con estos pequeños relatos de nuestra pareja amada. Las imágenes usadas no me corresponden si conocen a los autores agradezco para dar los respectivos créditos. Los perso...