✡Como un Loto✡

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DREAM THREE
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I sung of chaos and eternal night, taught by the heav'nly muse to venture down the dark descent, and up to reascend

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Cuando alguien lo ha perdido todo se da cuenta que se ha desecho también del miedo. Lota se veía por primera vez a SÍ misma en el espejo, esta mañana había llenado de pintalabios rojo sus desperfectos, dejó un beso marcado en el cristal y cerró la puerta pactando un nuevo comienzo.

 Lota se veía por primera vez a SÍ misma en el espejo, esta mañana había llenado de pintalabios rojo sus desperfectos, dejó un beso marcado en el cristal y cerró la puerta pactando un nuevo comienzo

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De camino al instituto se detuvo a probar algo, un poco de proteína no le vendría mal a su cuerpo. Hacía un receso en un Café a pocas cuadras de la Preparatoria. No era una chica de gustos exquisitos, la verdad disfrutaba más de la soledad y un desayuno a medias. Pide descafeinado y algo para picar mientras deja que sus oídos se contaminen con la sinfonía del tránsito. Era un alma sencilla, necesitaba mucho ruido para entender el silencio, ella solo estaba dejándose engullir por el mundo para disfrutar apartarse de él.

En su distraída estrategia observa al otro lado del minibar un misterioso hombre, sentado de espaldas a ella en la mesa frente a la ventana. No era extraño que las almas perdidas vagaran por el lugar a estas horas de la mañana, pero ese hombre... su pelo, sus medidas, ¿lo había visto antes? No alcanzaba a ver su rostro pero... El sujeto le dio una calada al cigarrillo y giró levemente su cabeza como si supiera que estaba siendo observado, levantó un poco la mirada y conectó con los sombríos lentes de Lota...

Ella vio sus ojos verdes y una cicatriz debajo de su pómulo, aquella ligera barba, había acabado de ver a este hombre en su sueño, ¿quién era? Esa mirada, ¿era casualidad? Lo dudaba, ese sujeto le conocía, ¿por qué? Se levantó y comenzó a caminar decidida hacia él sin quitarle el ojo de encima, él solo seguía exhalando el humo del cigarrillo mientras veía hacia la calle. El sonido de la porcelana haciéndose pedazos sobre el suelo manchó el losado con la pulpa derramada de un café con leche. Lota había chocado accidentalmente con uno de los camareros...

—¡Qué haces!

—¡Lo siento! —se disculpaba con el dependiente, estaba conmocionada por el estúpido accidente, fue bastante para que descuidara su persecución, se había distraído apenas unos segundos mientras fijaba el momento en que los pedazos de la desafortunada taza se esparcían sobre el suelo, el tiempo necesario para perderse, para dudar de su juicio y cuestionar su estabilidad mental. Al mirar de nuevo hacia aquella mesa, la realidad le mostró que se hallaba vacía y solo una desolada silla miraba hacia la ventana. Se volvió hacia la puerta en un intento fallido de reafirmar su cuerda consciencia, no se observaba a nadie saliendo del Café en ese momento. Confundida u obsesionada, la realidad no miente, los espíritus no existen, los recuerdos no suelen fumar en los bares, no suelen mirarte mientras lo hacen, ¿eran las consecuencias de un impactante sueño después de tantas veladas de insomnio?

Amo La Oscuridad de mis SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora