Gulf es un chico de 17 años que está sufriendo los dolores de cabeza más grandes de su vida. Tener una madre que se cree adolescente y no lo respeta en lo más mínimo, ambos siempre pelean y discuten por los amantes que su madre lleva a casa.
Su últi...
Gulf estaba durmiendo tranquilamente, hasta que sintio su puerta tocar y no le tomo atención y siguio durmiendo.
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Mew entro a su habitación y se sentó a su lado.
—Realmente eres hermoso —habla Mew acariciando el cabello de Gulf.
—Ummm… —empezó a moverse Gulf.
—Mi cielo, arriba, tu mamá te quiere abajo.
—¿Mi cielo? —Gulf abre los ojos y ve a Mew sentado a su lado—. ¿¡Qué haces aquí?!
—Shh… No grites o te dolerá la cabeza, anoche estabas muy ebrio.
—¡No es tu problema! —grita Gulf—. ¡Sal de mi habitación!
—Esa no es forma de tratarme —dice Mew.
—Oh, perdón, padrastro —dice Gulf con burla.
—¿Padrastro? Ja, cuando te hacía gemir no me llamabas así, más bien era “Mi vida”
—¡Sal de mi habitación! Eso jamás pasó —manifestó molesto Gulf—. ¡Largo!
—No trates de negar lo que paso, me encantó hacerte gemir, hacerte disfrutar y sobre todo erizar tu piel.
—¡Largo!
Gulf se levanta solo con bóxer y camina al baño, Mew se levanta y lo sostiene por detrás.
—¡Suéltame!
—No grites más o tu mamá vendría —manifestó Mew mordiendo levemente la oreja derecha de Gulf.
—Que venga entonces y le contamos lo que paso anoche —desafía Gulf.
—Me da igual mi cielo, yo con tu mamá solo tenemos algo liberal, ella sabe perfectamente que a mí no me debe celar ni decir nada, esto solo es un juego, no creas que la tendré para algo formal o para casarme a futuro, no mi cielo, mi estándar es otro —miro a Gulf de pies a cabeza.
—No te pedí explicaciones, solo quiero que salgas de mi habitación y olvides el sexo que tuvimos anoche.
—Jamás, ya eres prácticamente mío, y yo soy 100% responsable de mis actos.
—Ja, no me hagas reír, ¿a mí si me pondrás el anillo? No seas ridículo, a mi madre también te la follas y no quieres nada formal, no seas un falsante, sigue los juegos de esa loca, a mí me dejas en paz.
Gulf trata de soltarse y se le es imposible por como Mew lo abrazaba.
—Mew, suéltame, no me hagas perder la paciencia.
—¿O qué? —pregunta Mew.
—Llamaré a mamá y le diré que intentaste violarme ahora —amenazaba Gulf.
