✰ CAPÍTULO 1

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El día en el que Moonbyul conoció a Yongsun, la menor no la había mirado, ni escuchado, ni siquiera un segundo, por más que la mayor la había saludado con suavidad, Yongsun no se encontraba conectada al mundo ese día.

- Oh, ella es mi hermana. - Había dicho, ella tenía otro hermano además de Yongsun, Jin, pero no se encontraba en la casa en ese momento—Tiene autismo, no te va a hacer caso.

Ese día, Moonbyul tenía dieciséis años, y Yongsun tenía catorce, su estado aún estaba en un autismo severo, estaba en su mundo la mayoría del tiempo, y la única persona que reconocía completamente era a su padre, y otras veces a Irene y a Jin, aunque también los ignoraba de vez en cuando.

Algo que Irene le explicó después es que Yongsun era adoptada, tenía el apellido de otra familia y había sido abandonada una y otra vez, primero por sus padres biológicos y después por sus otros hogares, nadie sabía cómo tratarla y Yongsun cada vez se había vuelto más cerrada en sí misma, cada vez confiaba menos en las personas y cada vez su autismo empeoraba un poco más.

Con el paso del tiempo, y con las visitas a la casa de su mejor amiga, Moonbyul empezó a observar a Yongsun con mayor y mayor curiosidad.

Debía de admitir que la menor era muy tierna.

Tenía el cabello castaño, y lo llevaba un poco más abajo de los hombros, era difícil cortarlo porque no le gustaba, así que solo esperaban a que ella no lo aguantara y dijera que lo quería distinto.

Le gustaban las estrellas, tenía posters de constelaciones por su dormitorio, junto con libros de astronomía. Le gustaban las cosas con brillos, porque para ella parecían estrellas también.

Su color favorito era el rosa y solía coleccionar cosas de ese color, y su programa favorito era "Rayo de Luna" que pasaban en un canal de ciencias, también le gustaban algunas películas de ciencia ficción pero que no tuvieran violencia, Yongsun odiaba la violencia.

Casi nunca hablaba, incluso cuando parecía hablar sola, no hacía ni un ruido, era prácticamente muda.

Moonbyul había conocido a Yongsun en muchos aspectos, sin que Irene le dijera nada, y sin que Yongsun la hubiera notado a su lado siquiera una vez.

Irene no era de pasar mucho tiempo con Yongsun, no la odiaba, no le caía mal, no era mala con ella, es sólo que nunca había logrado conectar con la menor del todo, así que intentaba pasar poco tiempo, y enfocarse en otras cosas, solía evitarla también, principalmente en los momentos donde sentía no tener paciencia para nadie o cuando se molestaba.

Y fue un día donde Irene estaba especialmente molesta, porque su celular nuevo había desaparecido, Moonbyul estaba con ella y negaba haberlo escondido en forma de broma, en que Moonbyul conoció a Yongsun finalmente.

Fue cerca de dos años después de que Moonbyul conociera a Yongsun, la mayor tenía dieciocho y la menor dieciséis.

Mientras Irene  buscaba por toda la casa con cara de que iba a matar a alguien, a Moonbyul se le ocurrió la brillante respuesta a los diez minutos de empezar el drama por el celular perdido, y comenzó a buscar a la menor por toda la casa, hasta encontrarla, en su cuarto con el celular de Irene entre sus manitos.

Vió con una sonrisa como jugaba con la funda de este, era de color rosa claro, tenía agua y brillitos flotando dentro de esta, Irene era una idiota si creía que Yongsun no se quedaría con la funda y el celular incluido.

Con algo de nervios, se agachó frente a ella, para hablarle por primera vez.

—Yongsun, eso no es tuyo - Los deditos de la menor se detuvieron, supo que la había escuchado, estiró sus manos hacia el teléfono y lo tomó con suavidad, sin hacer fuerza, sólo apoyando sus dedos sobre este, no sabía cómo reaccionaría la pequeña al contacto físico—¿Me lo das? Irene lo está buscando.

Yongsun comprendió y dejó que tomara el teléfono, pero después se dió cuenta que lo quería y que no podía dejarlo, se estaba entreteniendo demasiado, un sonido quejoso como un pequeño llanto escapó de ella al frustrarse, sin poder dejarlo ni quedárselo.

- Muy bien, Yongsun, muy bien - Dijo la mayor, y con un leve tirón se llevó el móvil, una vez que ya no estuvo en sus manos Yongsun se sintió mejor y en un reflejo alzó la vista hacia ella.

Por primera vez en su vida, Moonbyul y Yongsun se miraron a los ojos, los ojitos de la menor eran marrón chocolate, los de la mayor eran cafés claros.

Moonbyul vió a Yongsun sonreír, sus ojitos se hicieron dos líneas y sus manos se agitaron de felicidad.

La mayor no pudo evitar sonreír con ella, totalmente encantada de esa primera vez que Yongsun conectaba con ella.

Yongsun sintió su rostro más caliente al verla hacer aquel gesto, no sabía porqué, era esa sonrisa con encías, la nariz arrugada y esos ojitos que le provocaron emociones que le gustaron, llevó sus manos hacia sus mejillas con fuerza para apagar ese calor, al golpearse sintió dolor pero estaba acostumbrada a regularse con eso, así que se sintió más aliviada, pero quien no entendió aquello fue Moonbyul que su sonrisa se borró.

- Yongsun, no te golpees así — Llevó sus manos a las de la menor, acariciándolas suavemente, sus ojitos de Yongsun la volvieron a mirar pero se sintió extraña, como si la mirara con miedo, así que se separó de ella, llevándose el celular de su amiga, al voltear de nuevo hacia ella antes de salir del cuarto, Yongsun ya había vuelto a su mundo.

Fue hasta el cuarto de Irene, donde ella seguía molesta y no le hablaba a nadie mientras miraba el suelo cruzada de brazos.

- Toma - Dijo Moonbyul extendiendo el celular hacia ella. - Si lo tenías tú, idiota, te odio. ¿Todo el puto día-

-Lo tenía Yongsun, no me jodas. ¿No se te ocurrió que tú fúndanle iba a gustarle demasiado y se lo llevaría?

-¿Qué tiene mi funda? - Irene la miró, viendo el líquido y los brillos algo desacomodados aún por resiente toqueteo.

- Es rosa, a Yongsun le gusta mucho el rosa, tiene brillos y a ella le gustan las estrellas, y además se puede quedar horas jugando con el agua que tiene, estaba haciendo eso cuando la encontré.

Irene se quedó mirándola un momento, y se preguntó de dónde sabía tanto de su hermana, muchas veces Yongsun era un misterio para los demás y no podrían comprenderla por más que intentaran, estaba algo sorprendida.

— Bueno, tienes razón — le dijo finalmente,
miró la carcasa y suspiró -Toma - La quitó rápidamente - Dásela a Yongsun.

- ¿Yo?

- Sí, tú - Dijo Irene, se ve que seguía estando enojada, Moonbyul rodó los ojos con fastidio, tomó la funda y fue por segunda vez al cuarto de la menor.

Yongsun seguía ahí, ordenando sus cositas de color rosa en la estantería, tenía muchísimas cosas diferentes, le gustaban las cosas pequeñas porque podía juntar muchas, tenía desde tapas de botellas, dinosaurios de juguetes, accesorios como anillo aros y útiles escolares y un par de flores rosas también, pero solía tirarlas a la basura cuando se marchitaban y cambiaban a color marrón.

- Yongsun.

La menor no reaccionó a su voz, así que Moonbyul se acercó a ella de todas formas, colocándose a un lado, mostrándole la funda de celular que tanto le había gustado, poniéndola a la altura de sus ojos, haciendo que Yongsun la viera enseguida.

La vió sonreír de nuevo y tomó la funda entre sus manos, y por un momento se quedó esperando ahí, esperando que la mirara, pero no lo hizo.

Sonrió con algo de pena, en verdad le encantaría conectar con ella, pero no era muy fácil.

- De nada, Sun - Dijo Moonbyul, al retirarse.

- Gra-cias.

En verdad no esperaba que hubiera una contestación, y tuvo que detenerse un segundo para mirarla sin creer que había escuchado su voz después de tanto tiempo de sólo silencio.

Con una sonrisa, conforme, demasiado feliz por algo que no debía ser para tanto, se fue a su casa sintiendo como si hubiera ganado un premio.

𝙎𝙖𝙧𝙖𝙣𝙜 ☪ <𝘔𝘰𝘰𝘯𝘚𝘶𝘯>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora