✰CAPÍTULO 6

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—Yongsun, ¿qué pasó con tu carta, la que estabas escribiendo hace un tiempo? Nunca me la mostraste.

Yongsun de encogió de hombros, estaba ocupada pintando en un cuaderno con dibujos de mandalas, que eran bastante difíciles y con mucho detalle para gusto de Moonbyul, pero a la pequeña le gustaban, por eso se compraba cada vez que veía uno nuevo.

Era su último hobby, y tenía guardado todos los libros que había completado con el tiempo.

Moonbyul miró la hora, siendo once con cuarenta minutos, y suspiro, sabiendo lo que vendría.

-Amor, ve terminando por hoy que hay que ir a dormir-murmuró, se acercó a ella y dejó besos en su mejilla y en su oreja.

-No quiero —dijo, sin dejar de mirar el
cuaderno— Me falta mucho para terminar, no puedo.

- Amor, sólo por hoy, por esta vez, ¿puedes dejarlo un rato, bebé? Te prometo que seguirá allí tal como lo dejaste.

Yongsun negó.

- Por mí, vamos, por favor.

Se lo pensó un poco, y sabía que si insistía de esa forma era porque le resultaba importante a la mayor, así que suspiró, cerrando el libro y guardando sus colores.

-Muchas gracias, mi amor - dijo la
pelinegra, sonriendo y besando su mejilla sonoramente, haciéndola sonreír. Se levantó para buscar un vaso con agua y la pastilla que debía darle.

Le rompía el corazón tener que hacerla dormir con medicamentos para que no sufriera con los fuegos artificiales de Año Nuevo, pero no volvería a arriesgarse a lo que había sido la única noche en la que había permitido que se mantuviera despierta.

Yongsun era bastante tolerante a los ruidos, pero si eran muy fuertes, como una lluvia torrencial con rayos y truenos, o especialmente, una noche donde un montón de idiotas se divertian explotando. cositas para ver colores y formas que duraban menos de un segundo; se alteraba,
demasiado.

Lo había comprobado una noche, donde Yongsun rogó que la dejaran despierta una vez, porque quería saber lo que era Año Nuevo, y la fiesta, y los fuegos en el cielo. Y con los pucheros la había convencido.
totalmente.

Esa noche, al marcar las doce, sentadas en balcón, Yongsun vió por primera vez los fuegos artificiales, y fue cuestión de segundos para que comenzaran las explosiones fuertes y el amontonamiento de fuegos y ruido.

Cubrió sus oídos con sus manos y sintió su cabeza dolor, creía que hasta iba a estallar, comenzó a gritar de dolor.

-¡Yongsun! ¡Amor, ya!

-¡Basta! ¡Byul haz que pare! ¡Basta! - Comenzó a gritar mientras las explosiones continuaban, y Moonbyul no podía hacer nada por ella, abrió la puerta del balcón para entrarla y fue ese segundo que se alejó de ella lo suficiente para que la menor fuera hacía la pared y comenzara a golpear su cabeza con fuerza.

-¡No, no! - Moonbyul se había casi lanzado sobre la menor para abrazarla, alejándola de la pared, y Yongsun intento continuar golpeándose contra el hombro hombro de su novia, hasta que la pelinegra la abrazó con fuerza para que no pudiera moverse de su pecho.

No pudo siquiera entrarla, no pudo hacer nada por ella, sólo sostenerla allí, en el balcón, apretándola para que no se golpeara, aguantando su llanto y sus gritos, sus ruegos llenos de dolor en búsqueda de paz y silencio, por alrededor de media hora hasta que el último ruido se detuvo.

Cuando paró, Yongsun respiraba agitada, seguía llorando y Moonbyul lloraba con ella. - Lo siento,mi amor, no volverá a pasar nunca más.

- No me... gusta... el Año Nuevo.. - murmuró mientras intentaba recobrar el aire.

A Moonbyul le dolía mucho tener que dormir a su novia con pastillas, pero le dolía más que sufriera como aquellas noche.

Así que le daba su su medicamento, la acompañaba hasta la cama y se quedaba a su lado, abrazándola, hasta que se quedara dormida. Eso hizo esa noche de nuevo, la menor cerró sus ojitos y durmió, sin escuchar ni un solo ruido proveniente de afuera.

Moonbyul, curiosa y aprovechando su inconsciencia, buscó el cuaderno de Yongsun, que estaba en su mesa de luz, buscando la carta que una vez Yongsun había escrito, la curiosidad la comía.

Paso un par de página, y encontró las cosas más tiernas del mundo.

Yongsun había dibujado todo lo que habían pasado, desde el regalo de la funda del celular, sus primeras flores, hasta el día en que Yongsun tuvo su primera crisis, y cada dibujo tenía una frase escrita del tipo "Byul me ha regalado estrellas en una funda", "Byul se ve bonita con sus flores", "Byul me abrazó hasta que dejé de llorar"

Lágrimas comenzaron a caer por su rostro y sólo pudo limpiarlas y continuar.

Encontró la carta cuando vió el texto largo, simplemente subo que era aquello.

-"Querida Moonbyul"-comentó, sintiéndose halagada.

❝Te conocí al ver tu sonrisa, y una emoción nueva que desconocía apareció en mi corazón, y no sabía cómo lo hacías, aún no lo sé.

Me acerqué a ti porque quería saber quién eras, porque sentía confianza contigo, porque me mirabas con los ojos, porque me dabas atención, porque algo me pegaba a ti.

No sabía que era, no sabía que sentía, no sabía quién eras para hacerme sentir eso.

Me enseñaste que es amor. Era amor. Todo este tiempo. Tú eres amor, y yo soy amor.

No puedo decirlo, no me salen bien las palabras, pero soy tuya y tú eres mía, el amor es más que eso incluso, el amor es elección, y yo elijo ser tuya, y sé que eliges ser mía, porque sino, te hubieras ido hace mucho.

No puedo hablar mucho, me trabo, las palabras se van, desaparecen, en el papel las puedo acomodar mejor, me ha costado días escribir esto.

Gracias por no irte nunca, espero que te quedes mucho tiempo conmigo.
Espero mucho que te quedes porque te amo. Y quiero estar contigo más que nunca, para siempre, quiero tener mi final feliz contigo.

Por eso, ¿podemos casarnos?❞

Con el ruido de los fuegos artificiales en su máximo esplendor, terminó de leer aquella carta que Yongsun había escrito muchos meses atrás, más de un año antes, Moonbyul río y sus lágrimas caían por sus mejillas, se tomó su tiempo para borrarlas y aclararse un poco, al pasar a la otra hoja, no pudo evitar soltar una carcajada.

Yongsun había trazado su mano, y había dibujado un anillo de oro con diamantes, idéntico al suyo, en su dedo.

Abajo, decía: "Byul arruinó mi sorpresa, se adelantó."

Cerró el cuaderno, sintiendo que ya había visto demasiado, sintiendo que estaba más que conforme y más que segura.

Lo dejó en su lugar y se volteó hacia la
durmiente Yongsun, seguiría así hasta la mañana siguiente, así que se acomodó a su lado, acurrucándose contra su amor, tomando su mano y acariciando el anillo de su pareja.

- Te amo, esposa - murmuró, dejó un beso en su mejilla, antes de quedarse dormida junto a ella.

      
                                  𝐅𝐈𝐍


Gracias por leer esta hermosa adaptación.
Todos los créditos a su autor original @junchi95 😊

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𝙎𝙖𝙧𝙖𝙣𝙜 ☪ &lt;𝘔𝘰𝘰𝘯𝘚𝘶𝘯&gt;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora