Capítulo 2.

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El paisaje rumbo a la casa de sus padres era exactamente igual como lo recordaba.

Habían más edificios, pero nada del otro mundo.

Seguía sintiendo la misma sensación de familiaridad con el lugar.

Su sonrisa seguía intacta, su corazón latía acelerado, estaba nervioso, en pocas horas buscaría a Taehyung, podría verlo, anhelaba verlo.

Recostó la cabeza en su asiento y un suspiro escapó de sus labios.

—Parece el suspiro de un enamorado. —Señaló su chófer.

Jungkook sonrió. —Lo es, Francis.

—¿Verá a su novio? —Francis era el chófer de su familia, alguien de suma confianza para los Jeon, sobre todo para Jungkook.

Lo vio crecer y era su mayor confidente.

Jungkook se sentó derecho, miro sus manos y con una triste sonrisa habló. —Ya no somos novios Francis, terminamos hace casi siete años.

Francis miró momentáneamente el retrovisor. —Pero, estaban muy enamorados.

—Lo estábamos... —Jungkook apretó sus labios. —Yo aún lo estoy.

El auto se detuvo y Jungkook pudo visualizar su casa, el lugar donde creció. —¿Y que espera para ir y recuperar al amor de su vida, joven amo? —Inquirió Francis antes de bajar de el auto, lo rodeó abriéndole la puerta a Jungkook.

El pelinegro bajó del auto y palmeó el hombro de su chófer. —Tienes razón, voy a recuperarlo.

Francis sonrió. —Me alegra oír eso, joven amo.

Jungkook pareció recordar algo. —¿Jamás lo conociste, cierto? —Francis negó, la señora Jeon jamás permitió que Taehyung se acercara siquiera a sus empleados. Rápidamente Jungkook buscó el dije en su bolsillo.

Aquel dije de oro en forma de corazón que una vez le perteneció a su amado.

Lo abrió, una fotografía de él con Taehyung estaba incrustada en este, sonrió y extendió el dije hacia Francis, enseñándole la fotografía. El rostro de Francis perdió todo su color, sus ojos se abrieron de golpe ante el asombro. —¿E-es él? —Balbuceó el pobre pelirrojo.

Jungkook asintió. —Él es Kim Taehyung, Francis, mi otra mitad.

Francis sintió sus piernas temblar y podría jugar que la sangre había abandonado todo si cuerpo, no podía ser posible.

—Eso no puede ser posible.

Jungkook frunció levemente el ceño. —¿Por qué? —Se percató de la palidez del contrario. —De repente te has puesto pálido, Francis. ¿Qué sucede? ¿Acaso conoces a Taehyung?

—Joven amo, debe saber algo importante de ese chico. —El pelirrojo tragó duramente saliva. —Él es el e-

—¡HIJO!  —El gritó de la señora Jeon hizo callar a Francis de golpe.

Jungkook giró su rostro hacia la entrada de la mansión, de dónde su madre había salido a toda prisa, al llegar hasta el lo rodeó contra sus brazos estrechandolo contra sí. —Madre.

Aunque ahora estés con él || KookV.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora