Cap 5

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*En casa de Enzo. 7:43*

Era la quinta ves que sonaba la alarma, Enzo abrió los ojos algo frustrado por volver a oír esa fastidiosa alarma, suspiro con pesades mientras agarraba su celular para apagar la alarma, pero al prenderlo y ver la hora noto que ya era tarde.

- ¡MIERDA, LA HORA, ¡NO PUEDO LLEGAR TARDE! – Dijo mientras salía de la cama de un salto, no podía permitirse llegar tarde en su primera misión.

Corrió lo más rápido que podía para poder llegar a tiempo ya que no podía volar ni usar su magia a plena luz del día seria muy sospechoso. Al llegar estaba intentando recuperarse y recargándose en sus rodillas antes de entrar, miro la hora y no estaba llegando tarde por suerte solo eran las 8:16 y las clases comenzaban unos minutos después, se relajo un poco y se puso su collar que tenia en el bolsillo ya que no le había dado tiempo de ponérselo y de inmediato empezó a sonar ~ Debe de ser mi vecino, debería preguntarle el nombre después de todo vamos hacer "compañeros de misión", si me lo encuentro se lo voy a preguntar por ahora a ir por el Andrés~

Ambos estaban caminando por el patio buscando a su objetivo, a los dos les habían dicho que cuando lo vieran sabrían que era él. Después de un rato caminando ambos se encontraron y Enzo se acercó con una sonrisa poniendo su brazo sobre los hombros del contrario empujándolo a seguir caminando, mientras Juan lo miraba algo desconcertado.

- ¡Hey! ¿Cómo te va? Note que no nos habíamos presentado y sabes después de todo somos vecinos y compañeros de misión o rivales, no sé cómo prefieras y sabes estaba pensando ¿Qué tal si buscamos a chico juntos, que te parece? Oye quería disculparme por lo que paso la primera vez que nos vimos fue muy rudo de mi parte tratarte así, es que te vi acercándote y entre un poco en pánico, pero todo bien, ¿verdad? Ahora que lo pienso esa no fue la primera vez que nos vimos recuerdas la cafetería, pensé que me estabas coqueteando y solamente seguí un poco el juego después de todo te veías algo atractivo, fue una experiencia graciosa no lo crees, pero bueno lo que te decía me llamo Enzo ¿Cómo te llamas? –

~Él habla hasta por los codos pero es algo gracioso asta agradable podría decir~ Juan cedió ante sus palabras, soltó un suspiro seguido de una sonrisa y le respondió – Me llamo Juan Felipe pero puedes decirme solo Juan- Aun no entendía porque era tan amable con el pero decidió solo dejarse llevar un poco después de todo parecía inofensivo. -Creo que seria interesante buscar a Andrés contigo asique porque no-

~ Juan Felipe, Juan, Felipe

Siguieron hablando mientras caminaban para buscar a Andrés. Después de un rato conociéndose encontraron a Andrés, pero ahora no sabían bien como acercársele.

-Que tal si nos acercamos y le decimos, Hola mi nombre es tal y el de el es tal, quieres ser nuestro amigo :D -

Enzo lo miraba incrédulo con lo que le acababa de decir Juan.

-De verdad no sabes como funciona esto, mira si hacemos lo que dijiste lo que va a pasar es que nos va a mirar disque y estos que y nos va a decir ok por pena, nos vamos a sentar con el y sus amigos en el almuerzo y va a ser muy incomoda para todos. Yo recomiendo que mejor veamos si habla con alguien para ver si tiene amigos o es un forever alone para ver cómo sería la mejor forma de acercarnos, ¿Te parece? –

Juan asintió sin decir nada. Lo vieron por un rato y ya casi era la hora de el comienzo de clases y el seguía solo, caminando por el patio.

~De verdad no tiene amigos o está en su día depresivo pero bueno no importa ya se como acercarme~- Mira ya se cómo empezar a hablarle decimos que somos nuevos y que no sabemos nada de donde esta que y le pedimos ayuda como los inadaptados que somos, mientras el nos muestra donde está el salón nosotros le iniciamos platica y listo amistad formada, lo sé, soy increíble no tienes que agradecerme por tan buen plan, es un don- dijo con una sonrisa de superioridad.

-Si, no parece un mal plan, pero hay que apurarnos que ya casi es la hora de entrar a clase. –

Se acercaron a Andrés y le tocaron el hombro para llamar su atención.

-Oye, ¿Sabes dónde queda el salón de 7B? Somos nuevos y no sabemos dónde queda. – Enzo

-Ese es mi mismo salón, si quieren los puedo acompañar-

-Me parece, me llamo Enzo y él es Juan. ¿Tú cómo te llamas? –

-Andres-

En en eso suena el timbre de inicio de clases y los tres se dirigen a su salón mientras conversan en el camino.

-Disculpa, ¿Con quién te sientas en los recreos? - Juan

-No, yo no me siento con nadie, lo que normalmente hago es solo caminar por ahí-

-Entonces, ¿Nos podemos sentar contigo? – Juan

-Claro, no veo problema-

Llegaron al salón y los tres se sentaron cerca de cada uno.

A veces cuando el profesor se distraía o no los miraba Enzo aprovechaba y le pasaba unas notitas a Andres o Juan, ya que se aburria y no se podía dormir como en el trabajo. Despues de tres horas seguidas de clases por fin era el recreo, Enzo fue el primero en salir, no quería estar más tiempo del necesario en ese salón, mientras Juan estaba esperando a que Andres guardara algunas cosas.

-Hasta que por fin sales, yo no podía pasar un segundo más sentado. Los profesores me cayeron bien, pero las clases me matan de aburrimiento, en este momento me estoy muriendo del sueño- Enzo

-La verdad a mi me gusto la ultima hora, la maestra explica muy bien y es divertida-Juan

-Eeee cuidado que te guste la maestra, un día expulsaron a alguien ya que le descubrieron escribiendo cartistas e historia de el con la maestra, alguien me conto que tenía escrito y la verdad estaba muy turbio- Andres

-Con cuidado Juan, aunque con la cara que te cargas tal ves te la ganes eee-

-No digan eso, yo solo estoy apreciando lo bien que enseña, ustedes se están inventando, yo no podría estar con una mayor, no- Enzo interrumpió a Juan.

-Ya tranqui solo era una broma pequeño-

-Si, no te esponjes- Andres

-Okey, pero cuidado con lo que dicen nos podrían meter en problemas- Juan

-Te tomas las cosas demasiado enserio, deberías relajarte más, estas muy chiquito para estar pensando de más- Enzo

-Para tu información tengo estatura promedio- Juan

-Bueno, ya dejemos de hablar de Juan y mejor comamos que se va a acabar el recreo- Andres

El día siguió igual, hasta que ya había terminado la jornada de clases y por fin se podían ir a casa.

La regla rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora