Capítulo 1: El Despertar de lo Desconocido

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Era una mañana cálida con el revolotear de los pájaros resonando asomándose a mis oídos. De pronto, la alarma del despertador simplemente hizo que pegará un brinco de mi cama, cayéndome de ésta. Mi cara dio contra el piso violentamente, aunque hubiese preferido no haberme despertado.

Eran a las 6:00 p.m en punto, siendo un Lunes (odio los Lunes). Una nueva semana se abría paso, y de hecho, un nuevo año escolar por delante. Mi personalidad se basa en ser una persona alegre, siento un gran amor hacia los animales, de hecho, soy bastante sumiso, cosa que es una desventaja total en cuanto a nivel físico se refiere. En cuanto a lo social, siempre me he rodeado de buenas personas, elevando así mi autoestima, ya que vivía en una famila violenta gracias a mi padrastro.

He llegado a tener una novia, aunque siento que será la única en mi vida. Con respecto a los estudios, soy el típico estudiante con notas "promedio", al fin y al cabo, si fuese por mí sería el mejor estudiante de mi curso, pero simplemente no lo hago.

Al haberme golpeado la cara contra la dureza del piso frío y húmedo, me dispuse a levantarme sin resentimiento alguno con el despertador y me dirigí hacia el baño. Lo primero que hice fue echarme un poco de agua en la cara para lograr despertarme del todo, luego me cepillé los dientes para salir del baño aseado y limpio. ¿Y el baño? ¿Acaso la ducha es un adorno? Pues no, pero para ahorrar tiempo me bañó por la noche antes de dormir, evitando así retrasos o por menores.

Habiéndome alistado para salir, partí rumbo a lo que sería otro primer día de clases, que para los nuevos estudiantes les resulta bastante difícil "sobrevivir".

Llegando al colegio, me topé con un objeto bastante peculiar, algo que pocas veces lograba captar mis ojos de color marrones oscuros. El objeto estaba situado a un costado de la yerba del camino, más precisamente en un arbusto, logré divisarlo ya que ésta brillaba hacia mi dirección, algo raro, pero no hice mucho caso a ello. Me aseguré de que nadie más estuviese a los alrededores, y con algo de temor, hice ademán de agacharme para recoger aquel objeto brilloso. Resultó siendo un collar, y en ella rezaba lo siguiente: "EXO". -¿EXO? -hablé en voz alta sin darme cuenta-.

No hice mucho caso a la descripción que había en el collar, y me lo pusé en el cuello sin rodeo alguno, estaba apurado, siendo aún temprano para llegar a clases, pero siempre he tenido la costumbre de llegar muy temprano para escoger el asiento y el lugar que yo quisiese para ubicarme en el aula. Al llegar al colegio, sentía un aura o ambiente un tanto misterioso, tan sólo tenía esa sensación que no lograba comprender en esos momentos.

Entré a mi aula rápidamente, sin importar la gente que hubiese, siendo invisible para todos, de todas formas, eso me hacía más feliz, porque así la gente no se entrometería en mis asuntos.

Escogí un asiento que fuese recorfontante y cómodo, logrando encontrar uno que fuese con mis exigencias dadas. Algo que me había asustado un poco es que al agarrar el asiento, sentía que era muy liviana, menos pesado de lo normal, pero me dije a mí mismo que quizás era el resultado de haber entrenado bastante y haber marcado bien mis músculos y abdominales.

Al haberme sentado, saqué mi celular y mis auriculares para escuchar música, después de todo, amo la música.

El reloj marcaba a las 06:50 p.m y aún nadie llegaba al aula, cosa que es rara, ya que el primer día de clases solía llenarse de una manera que a cualquier persona le asustaría. Para mi sorpresa, la directora del colegio no recibió a los alumnos con su típico discurso de primer día de clases, algo peculiar de ella.

Habían pasado 2 horas desde que llegué al colegio, y ya era del descanso o receso, cosa que amaba, ya que me limitaba a escuchar música para relajarme. Una compañera de clases se acercó a mí y me invitó a salir después del colegio diciéndome lo siguiente: -Oye Nicolás, ¿quieres salir con nosotras terminadas las clases de hoy? -preguntaba algo tímida y temerosa, la chica se llamaba "Caroline", y la verdad me agradaba bastante-.

-Está bien, por mí no hay problema. -al haber terminado de responder la regalé una sonrisa de oreja a oreja, cosa que provocó un sonrojo bastante notorio en su rostro-.

-E-e-e-n-tonces nos vemos a las 12:15 a.m. ¿de acuerdo?

-Sabes que no tengo problema en ello, Caro. -yo la llamaba de una manera especial, ya que me caía muy bien, pero nunca llegó a gustarme, sino más bien una compañera llamada "Ib"-.

Las amigas de Caroline le interrogaron a la pobrecilla con una lluvia de preguntas, pero ésta se limitó a no responder nada, ya que quería tranquilizar su tono rojizo de alguna manera. Luego de esa conversación, me dirigí hacia Ib, saludándola con total caballerosidad y amabilidad (yo era el hombre caballero que debería de abundar hoy en día, pero no es así).

Ib era algo pequeña de estatura, en cambio yo parecía un poste de luz, es decir, era bastante alto. Los ojos grandes y redondeados de color rojo fuego de Ib era como estar en un campo lleno de flores, siendo su mirada el alivio para mi corazón.

-Buenos días Ib, ¿cómo amaneciste? -saludándola felizmente-.

-¡Buenos días mi Nico! Amanecí bien, no te preocupes, y gracias por preguntar jeje-. -ésta se abalanzó hacia mí con una fuerza que terminaría de dejarnos a los dos juntos echados en el suelo, siendo Ib la que estaba encima mío-.

Las miradas de todo el curso no se hicieron esperar, pero para empeorar las cosas, me aparté lentamente de Ib, propinándole un beso en la frente, y de paso acariciándole todo el rostro y jugando con su cabellera de color negro oscuro. El sonrojo de ésta no se hizo esperar, pero lograba notar una sonrisa pícara de parte de ella, llegando a saber que estaba feliz por mi acción.

-Oye Ib, ¿quieres que te invité a salir hoy? -la cara de felicidad que puso era tal que nunca había visto una sonrisa de esta magnitud-.

-¡Sí! ¡Sí! -estando aún en el suelo, me abrazó de nuevo, pero sin soltarme en esta ocasión, casi asfixiándome-.

-Ib... Me... estás asfixiando. -como pude logré decir tales palabras-.

-¿Eh? ¡Lo siento! Perdón mi Nico. -su cara de preocupación era excesiva, aunque me gustaba bastante que fuese así-.

-Tranquila, ya estoy bien, no te preocupes. -decía esto con un tono muy dulce y encantador-.

Luego de las escenas tan vergonzosas que pude haber experimentado en toda mi vida (al menos me hizo muy feliz con respecto a Ib, se terminó el receso). Las clases eran aburridas como siempre, con el tema de la "retroalimentación", que me tenían hasta la coronilla. La tan ansiada hora llegó: las 12:00 a.m, siendo así la salida. Como quedé con Caroline a las 12:15 a.m, partí rumbo a la entrada del colegio, y ahí estaba ella, esperándome con sus amigas. Sin que me diera cuenta, Ib se había colado en nuestra salida en grupo, preguntándole asombrado le dije: -Ib, ¿qué haces aquí? -Pues, ¿qué crees que estoy haciendo? Es obvio que te estoy vigilando para que no cometas ningún délito con alguna mujer, "casanovas". -dicho todo esto, se adelantó de Caro y de las demás chicas, quedando a unos metros de ellos-.

Está acción de parte de Ib me había molestado un poco, pero... ¿qué podía hacer?

Era la chica que me gustaba y amaba con toda mi alma y era mi... ¿novia? Me quedé en mis pensamientos unos momentos, cuando de pronto sentí que mis labios estaban bastantes cálidos, y sí, Ib me había besado sin que me diera cuenta, pero la pequeña seguía besándome con tanta pasión y ternura que me dejaba llevar fácilmente en esos momentos. Luego del cálido y apasionado beso, le dije lo siguiente a Ib: -Te Amo, i love you-. -la pobrecilla se quedó en estado de shock por unos segundos, pero al volver a la normalidad, me besó nuevamente, y entre los besos me decía: -Te Amo, te amo mi altote. ¿Qué haría sin ti? Eres mi todo, eres todo lo que tengo-.

La escena se había tornado bastante incómoda para Caroline y sus amigas, a lo cual pedí disculpas y seguimos nuestro camino. Al cabo de unos diez minutos, llegamos a destino, y era un parque de atracciones.


Fin del Capítulo 1


EXO - Planeta DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora