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Y justo como habían acordado. Ahí estaba el menor.

Sentado en una de las bancas, entretenido, mirando las flores que estaban a un lado suyo.

Zhang hao a tan solo unos pasos suyos lo miraba como si el pelinegro fuese un sueño.

Su aura era tan pura, traslúcida... Hanbin era una persona algo fácil de leer, -sí, como si fuese un libro-, predecible, dulce y sutil... Aquel toque de elegancia y fineza lo hacía ver más delicado y bonito de lo que era.

Hao a veces se preguntaba si de verdad alguien tan perfecto tenía los pies puesto sobre la tierra.

Porque siendo sinceros, parecía más un ángel que un humano común y corriente.

── ¡Oh! Hao hyung! ──su voz se escuchó tan suave como siempre.

Se puso de pie y con una linda sonrisa caminó hasta su amigo. Dejando sus manos sujetas tras su espalda, sólo para ponerse -brevemente- de puntillitas y dejar un fugaz beso en el rostro del mayor.

Originalmente tenía la idea de besarle la mejilla, pero no contaba con que los nervios le traicionarían y acabó besando el mentón de zhang hao.

Para su suerte este no se mostró incómodo, sólo le sonrió dulcemente y le acarició el cabello.

── Sí viniste ──dijo como si fuese un cachorro emocionado.

── Te dije que aquí estaría. ¿Por qué dejarte esperando? ──

Hanbin suspiró y bajó el rostro sonrojado.

── Gracias... ──agradeció, viendo al otro negar.── Ya podemos irnos ──

Indicó, señalando la dirección en la que debían caminar.

Zhang hao le sonrió de lado, y le tendió su mano. Haciendo que Hanbin notara lo bonita que le quedaba esa camisa blanca con algunos detalles de la misma tela en el diseño. La aceptó con un inocente sonrojo y sintió una sensación calentita en su interior, sonriendo de forma bonita, sin siquiera notarlo.

El mayor por su lado, lejos de notar el alboroto que le estaba causando al tierno chico bajito; se preguntaba porque se sentía tan nervioso.

Sólo verían una película. No es como si antes no hubiese estado solo con su amigo.

Pero debía confesar algo... Ya las cosas no eran iguales. Ellos cambiaron. Puede que los sentimientos también.

"Puede" no... Definitivamente lo hicieron. Porque no se explicaba como era que tenía un revoltijo en su estómago y por qué cada que miraba a los ojitos ajenos quería abrazarlo todo el tiempo y cuidar de él.

Quizás sólo era su instinto protector... Después de todo Hanbin era tan inocente a veces, que ingenuo podría ser su nueva manera de llamarle. Cuidarle de las malas cosas le salía por sí solo.

Pero estaba seguro de algo. Eso que estaba sintiendo iba más allá de querer cuidarlo... Era algo más sentimental... Algo más profundo involucrado.

── Te ves bonito ──soltó de la nada -aún mirando al frente-, provocándole nuevamente un sonrojo al menor.

── ¿De verdad? ──el castaño asintió.── Gracias, hao , también te ves muy guapo ──

Quizás sus mejillas estuvieron calentitas y rojas por más tiempo del que imaginaba. Pero es que no lo podía evitar. Era algo tímido, y que el mayor le dijese ese tipo de cosas lo ponía todo bobo.

Puede que se viese obvio, porque por más que se forzaba en ocultarlo algo le delataba. Le gustaba Zhang hao... Y quería decirle, sólo que estaba buscando la ocasión indicada.

No quería arriesgar demasiado. No quería perderlo, aunque no terminase siendo correspondido.

No tenerlo cerca de sentiría muy feo.

epiphany (haobin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora