Dia 0

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No recuerdo más que una fría y sola habitación, la soledad reinaba en ese momento, fácilmente reconocí estar en un hospital, posiblemente en un una sala de Emergencia o algún cuarto de gran cuidado, el silencio era enorme y las dudas empezaron a salir de mí mente

-Mamáá?!..-

Pero nadie me respondio y el miedo empezó a recorrer mi cuerpo, las preguntas de donde diablos estoy y que hago aquí, donde está mi madre donde están todos no esperaron en aparecer.

Mire toda la habitación con detenimiento esperando encontrar alguna respuesta almenos.

La puerta estaba cerrada con un gran tubo de metal entrelazado en su agarradera lo que visiblemente bloqueaba el paso haciendo bastante difícil la entrada, cosa que me extrañó.

Estaba en mi cama de abarrotes de metal, mi colchón y la típica sabana blanca de hospital, una bata de color verde agua, me quite la sabana y no lo pensé y salí de mi cama, el frío piso recorrió mi cuerpo por mis pies de inicio, fue sentirse vivo como si estuviera dormido por mucho tiempo, frente a la cama una silla con una muda de ropa doblada y puesta con delicadeza, un estante lleno de medicamentos y unas cuantas bolsas de suero eran mis únicas acompañantes en ese momento, me cambié y me leí el papel que estaba encima de la ropa.

-Ojalá seas tú. Supongo que despertaste, cuidado con el mundo allí afuera, vistete y ve a buscarme al lugar seguro, ojalá que estés bien. Recuerdas esa frase de "no le tengas miedo a los muertos. Que hacen mas daño los vivos." Olvida eso, ahora no confíes en nadie, Te amo -A.

De nuevo miles de preguntas entraron en mí, se que una persona se preocupa por mí y su nombre empieza con A, y ahora como saber si se refiere a mí?.

Me empecé s cuestionar y el dolor de cabeza me tomó llevar mis manos a la cabeza y hacer un ruido de dolor, de nuevo otra pregunta.

-porque no escucho ruidos si estoy en un hospital?-

En ese momento si odie no escuchar un gemido o algún ruido de dolor proveniente de algún lugar cercano, algún niño llorar o algo pero nada, de nuevo el silencio reinaba.

Miré por la ventana y me dí cuenta que estaba en uno de los grandes pisos de hospital y viendo hacía la parte trasera de este, vi un gran grupo de personas amontonadas y en mi cara reflejó la alegría de poder despejar mis dudas pero

-¿Y si de esto me advierte el papel?-

Lo tomé y lo metí en mi bolsillo trasero, saque el seguro de la puerta, tome el tubo metálico bastante pesado y salí de mi habitación, el pasillo entre las habitaciones estaba muy oscuro y claramente no había luz cuándo miré detenidamente vi que las paredes estaban llenas de sangre.

-¿!Pero que mierda?!

Perplejo me aleje buscando el ascensor pensando en lo que acaba de ver, toque el botón para llamarlo pero nunca llegó y pues claro no había luz, mientras empecé a bajar las escaleras pensé en esas paredes y bajé dando pasos cautelosos sin que se escucharan pasos seguros y despacio aferrandome a mi gran pedazo de metal por si alguien intentara algo conmigo, mi camino fué tranquilo, al llegar al último piso ya podía ver de nuevo el sol en mi rostro y me alegró, apresure el paso para salir de ese escalofriante lugar y justo a unos metros de esa puerta trancada de la misma manera con un tubo de metal, sentí una gran fuerza en mi espalda que me tomó por sorpresa, tapandome la boca y otras manos sujetando los brazos y dejandome inmóvil contra el piso

-¿Pero que mierda? ¡¡AYUDAAAA!!- Grite

-Callate idiota- me susurraron al oído.

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