Capítulo único

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No pretendas no conocerme

¿Por qué me inicié en esto? Buena pregunta, literalmente me quedé sola en este mundo en el peor momento. Mis padres, un accidente. Mis tíos y familiares cercanos estaban y siguen lejos. Nadie quiso apoyar, ni compadecerse de una chica de 22 años. No tengo hermanos mayores ni menores. Abuelos, nunca los conocí, muertos todos. Llevaba una carrera que me apasiona, informática, pero me resultaba algo complicada y por ello me retrasé en algunos ciclos y prácticamente estaba a tres cuartos de la misma sin contar la titulación.


Heredé la casa de mis padres, un departamento pequeño en un distrito no muy comercial, caso contrario lo vendería. No hubo una herencia monetaria considerable, salvo unos pequeños ahorros que servirían para completar un ciclo y cuanto mucho dos años de servicios si aprendía a racionar la comida. Era hora de trabajar.

Al tener nula experiencia los trabajos que conseguí eran cuanto menos cansinos. Empleos con turnos rotativos que muchas veces no tenían en cuenta mi horario de estudios. Laburos con horarios tan ridículos, imposibles de completar y tener que llevar a la par la universidad pese a que en sus publicidades para captar empleados resaltaban la flexibilidad como uno de sus valores.

¿Cuánto habré durado en ese vaivén? ¿Medio año? ¿Poco más? Trabajaba solo para pagar servicios y apenas quedaba para la universidad. Mi alimentación decayó. Solo comía chatarra y había días en los que estoy segura olvidaba tomar agua.

Esa noche, en el día en el que mi última renuncia se dio, volví a casa derrotada, quería morirme, estaba completamente sola, destruida. En casa solo había silencio. Un departamento pequeño de dos habitaciones se sentía como la mansión abandonada de un vampiro. Quedé seca, profundamente dormida, como hundida bajo el mar sin fuerzas ni ganas de querer nadar hacia la superficie. Me dejé llevar. Quizás mi subconsciente tuvo piedad de mí y decidió darme el mejor de los sueños.

Me llevó de vuelta a él, a mi último novio, un joven apuesto y aparentemente amable. Me llevó al mejor día que tuve con él. Toda una cita perfecta. ¿Qué no comimos ese día? ¿Qué lugares hermosos no me mostró? ¿Cuántas estrellas contamos caída la noche? ¿Por cuánto tiempo nos dejamos hipnotizar por la luna? Esos detalles que no recuerdo ya, pero que me hicieron inmensamente feliz. Fue entonces también donde me entregué a él en cuerpo y alma. Debo agregar que todo lo contado lo vivimos en un viaje con amigos, pero nos dieron la libertad de hacer lo que quisiéramos por nuestra cuenta. ¡Qué hermoso era ese cuarto de hotel, lleno de colores y temas propios de ese pueblo pequeño que visitamos! ¿Cómo negarse a dar todo de ti cuando estás tan enamorada y viviendo un sueño en la realidad? Lo quería tanto. Teníamos años juntos, estuvimos desde el colegio. ¿Por qué negarme después de tanto? Recuerdo que me repetí. Fui feliz. Y cuando dejó de ser incómodo, lo empecé a disfrutar, creo que tanto o más que él las siguientes veces pese a ser inexpertos.

Desperté llorando, lo peor de un sueño hermoso es cuando termina y te das cuenta que eso nunca pasó, mejor dicho, sí pasó, en un pasado lejano al cual no puedes volver. Es en la realidad donde todos tus recuerdos vuelven con más fuerza y recordé por qué terminamos. Le di todo de mí, sí. Lo amaba, sí. Conocía mi personalidad, sabía mis secretos, incluso los detalles más íntimos, creo que hasta podría decir cuantas pequeñas cicatrices tenía en todo mi cuerpo. Literalmente todo. ¿Y qué pasó? Al parecer, dejé de ser una chica interesante, porque su interés se transfirió a otra señorita que encontró en su universidad. ¿Cómo lo supe? En una de esas visitas a un hotel de paso, tras una sesión poco memorable ahora que lo pienso, mi amado fue a ducharse dejando su celular. Yo me quedé porque me enganché con una película que pusimos mientras lo hacíamos, entraría en un rato. De repente, su "amigo Carlos" le estaba preguntando dónde estaba, que necesitaba verlo, que extrañaba tenerlo dentro de ELLA y en suma una foto de su vagina completamente abierta. Mi queridísimo novio se había ido a bañar tras ver su celular y no lo había bloqueado correctamente al dejarlo en el velador.

No pretendas no conocerme - [ONE SHOT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora