hyunin

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2019

Hyunjin estaba agotado, ya no sabia que hacer. Otra vez se había equivocado de carrera. Otro año perdido.

Sentado en la mesita de esa cafetería a la que iba siempre, esperaba su pedido mientras trataba de no ponerse a llorar.

Jeongin trabajaba hace ya un año en la cafetería, debería estar estudiando en la universidad por su edad pero no sabía que quería seguir, y aprovechaba ese año para juntar dinero.

El chico lindo de la mesa en la esquina, así lo había llamado Jeongin, se veía peor que nunca. Era cliente frecuente, así que Jeongin sabía que café tomaba y que postre pedía.

Jeongin se preguntaba si es que ese chico sonreía alguna vez, porque siempre se veía miserable.

Terminó de preparar el café de su cliente favorito y camino hasta su mesa. Este miraba hacia la pared y estaba apoyado sobre sus brazos. Jeongin se quedó helado en su lugar cuando lo escucho sollozar.

Hyunjin estaba llorando, no lo pido evitar. Se sentía un fracaso y no sabía que iba a decirles a sus padres, equivocarse una vez puede pasar, pero ya dos le parecía mucho. Tal vez debería dejar sus estudios y trabajar en alguna fábrica, no sabía si era porque el no era inteligente o no. No entendía porque no encontraba algo que le guste.

La cadena de pensamientos de Hyunjin se detuvo cuando apoyaron una bandeja en su mesa y sintió una mano en su hombro. Se limpio las lágrimas rápidamente y volteo.

Oh, ahí estaba el tierno camarero que siempre lo atendía.

-Hey ¿estas bien?-Jeongin negó ante su propia pregunta.-Ok, eso fue estupido, estás llorando, perdón soy idiota... ¿necesitas algo? Puedo ayudar en lo que gustes.-el chico se tropezaba con sus propias palabras.

Hyunjin lo miró sin expresión y luego comenzó a reír por todo lo que dijo el camarero en tan pocos segundos.

-No es nada importante... además es una historia larga.

-Oh, bueno... no te digo que tengo todo el tiempo del mundo porque en realidad debo volver al trabajo.

La sonrisa de Hyunjin cayó un poco, quería hablar con alguien, pero era comprensible ya que el muchacho estaba, literalmente, trabajando. Jeongin notó como la sonrisa iba desapareciendo y se desespero, no sabía el porque, pero ahora que lo había visto sonreír no quería la mueca preocupada de siempre.

-¡Pero en treinta minutos termina mi turno! Si queres y puedes, al terminar vengo hacia acá.

Hyunjin sonrió de nuevo y susurró un suave "está bien" que hizo a Jeongin sonreír.

El menor trabajó el tiempo que le quedaba, Hyunjin normalmente tomaba su café y comía su postre en sólo quince minutos, pero ese día lo estaba haciendo durar casi que el doble.

Lo poco que quedaba del café ya estaba frío cuando Jeongin volvió a sentarse, esta vez con ropa normal en vez de su uniforme.

-Bueno.-comenzó el menor.-Ya que vas a contarme una historia larga me parece justo saber tu nombre, yo me llamo Jeongin.

El menor estiró su mano en forma de presentación, Hyunjin la estrechó.

-Hyunjin.

Esa tarde, en dos horas, Hyunjin le expresó toda su frustración y miedos a Jeongin. Le explico como había pasado de estudiar medicina a abogacía, que según su familia eran carreras dignas de prestigio. Pero que no le generaban nada. Hyunjin no se veía estudiando eso por cinco años y mucho menos viviendo de eso.

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