02. Nostalgia

2 1 0
                                    

Hyunjin: 16 años.

Nuevo día, nueva partida, no?
Llevamos un sinfín de cuestionamientos a lo largo de nuestra vida, contar las veces que me creía muerto en medio del mueble acolchado bastante deshecho con una aguja atravesando mi piel, estaríamos toda la noche aquí y aún más si podría decirse.

He pensado entrar a la universidad, toda la gente cercana o "medianamente conocida" cree que no voy a lograrlo, o siquiera llegar vivo para hacerlo.
Mi vida siempre ha estado rodeada del polvo blanco, rosa, pastillas de múltiples colores, cigarros, plantas, hongos, todo aquello como si estuviera comprando dulces.

Mis padres nunca se presentaron, al parecer llevaban una vida mucho más mierda que la mía y no dudaron en venderme a uno de los dealers más peligrosos de la ciudad como pago de sus deudas, desgraciadamente no recuerdo sus caras ni mucho menos sus voces, lamentable.

Lo poco que recuerdo de este hombre el cual era el jefe, me acogió en su hogar dando fruto a sus enseñanzas en la química para crear sustancias, uno que otro cumplido por mi gran inteligencia en matemáticas y su cara de orgullo cuando por fin tuve la edad suficiente para probar mi lealtad a él clavando una de sus agujas oxidadas en mi piel, dándome el paso libre para no preocuparme por un techo, comida, gastos comunes y todo lo que tenga que ver con dinero mientras le fuera totalmente fiel porque sabía lo que valía.
Desde entonces no puedo parar en mis cortos dieciséis años.

Terminando mi rutina un día, veo como esas dos niñas pasan un charco de lodo. Era mi cumpleaños y a estas chicas las conocía de algún lado.

Un auto iba acercándose a toda velocidad mientras aún saltaban en ese charco con sus botas resistentes al agua, la camioneta no bajaba la velocidad y en ese mismo instante pude comprobar que no iba a hacerlo aunque se acercaba cada vez más, mi cuerpo actuó automáticamente dirigido sobre sus cuerpos tirando de ellas con brusquedad hacia el otro extremo de la calle. Quedando nuevamente inconsciente escuchando sus gritos, llantos y un poco de sirenas.

¿Qué es eso? Una voz masculina se acerca y reposa su sombra en mi campo visual, mi vista es nítida y la cabeza dando vuelta llenando de preguntas mi cabeza.

¿Acaso estoy muerto?

¿Será que por fin lo he hecho? A esta edad los adolecentes siempre ven la muerte como la mejor salida, al menos es mi caso, algo extremista, lo sé.

Por primera vez logro mirar ese techo blanquecino en el que se encuentra un foco luz cálida, sintiendo una capa de vendaje cubrir mi torso, no puedo mover mis piernas y parte de mi brazo derecho. Se supone que el estar muerto no debe doler una mierda, había hecho un acto heróico como para estar deseando haber caído de un edificio de ochenta pisos.

- Bien, joven, puede tranquilizarse ahora que está despierto, agradecería que no intente quitarse cualquier implemento y podrá llegar al fin de su recuperación. - Declara una enfermera, al parecer, sus años encima no me permiten distinguir si es funcionaria de la salud o una simple anciana que intenta predicarme el espíritu santo.

- Usted me ve cara de que puedo moverme e intentar siquiera escapar?- De nuevo ese dolor punzante en mi cabeza, puedo escuchar mi corazón bombear toda la sangre al resto de mi cuerpo y no existe manera en la que mueva un dedo de este horrible lugar con olor a medicamentos.

Tengo curiosidad en cómo es que estoy vivo si realmente esa camioneta se veía bastante moderna, no hasta que entra un doctor de mediana edad presentándose como Lee Dohyun, dictaminando mi estado actual y dándome uno que otro regaño por los exámenes con resultados elevados en drogas. Oh, si supiera que eso no servirá de nada.





Hyunjin: 20 años.

Hace cuatro años atrás en mis apenas dieciséis años fue todo lo que cambió mi vida.
Termino por recordar muy poco de ello, no tenía ni la más mínima idea de lo que cambiaría, efectivamente ese accidente es el efecto mariposa en mi vida luego del abandono repentino de mis progenitores.

Quisiera mantener algunos recuerdos felices en mi cabeza, pero el accidente parece ser uno de los mejores entre todos ellos, no me malinterpreten, pude reírme una que otra vez con amigos de la escuela aunque todo eso conlleva una gran barrera entre lo que eran ellos y lo que era yo.

No siempre estuve solo pero aprendí a estarlo porque la vida me lo ha planteado así, tuve que aprender múltiples cosas peligrosas por culpa del mundo y también otras de menor riesgo, sin embargo, jamás desearía ni a mi peor enemigo que todo esto le pasara a alguien más, no podrían soportarlo como yo lo hice y tampoco creo en la existencia de otra persona que pueda vivir lo que yo viví.

Si el universo me puso este camino, el destino puede tener algo preparado, la vida será dura siempre y no esperaba encontrar esa sonrisa disfrazada de superioridad bañada en lujuria.





Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 19, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

drugzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora