ㅤ⠀ ⠀Incluso en mis sueños, apareces tú con aquella sonrisa tan encantadora que te caracteriza. Entonces siento una punzada de dolor mezclada con feliz melancolía, deseando que nuestro encuentro hubiera sido diferente. Tal vez, quiero pensar, que en...
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LAS SEMANAS PASARON MÁS RÁPIDO DE LO QUE los dos podían imaginar, llegando así a acumular hasta varios meses en el que Leon repetía la misma rutina sin descanso; levantarse, llevar a Luis al edificio donde estudiaba, darse una vuelta por ahí y esperarlo en la hora de salida para traerlo sano y salvo a casa. A veces se desviaban, yendo a comer a algún lugar bajo la mirada curiosa e inquisidora de las personas. Otras veces lo acompañaba a su lugar sagrado, un jardín pequeño pero hermoso que estaba en protección y cuidado del presidente ─o mejor dicho su hijo.─
Pero con el tiempo, el agente iba dándose cuenta de pequeños detalles que pasaba por alto desde un principio por su poco interés.
Luis Serra siempre salía tarde.
Siempre parecía exaltado.
Siempre parecía tener un atisbo de miedo en sus ojos que ocultaba con una enorme sonrisa.
Y siempre parecía querer evadirse del mundo, buscando un recóndito escondite para poder descansar. No quería su nuevo hogar, ni la universidad, ni un coche. Kennedy le costó encontrarle sentido, indagando en silencio, pues por muy inteligente que fuera, también era muy patán en algunas cosas. Se dejaba llevar por el enorme entusiasmo del español, que parecía indicar que todo estaba bien... si no fuera que sus ojos grises, eran los más puros en sentimiento que había visto. Aquellos orbes cristalinos le dedicaban la verdad sin pudor, una que desolaba al americano.
Él también estaba roto.
Sentía unas tremendas ganas de consolarle, ayudarle y apoyarle en todo lo posible fuera del ámbito del trabajo. Deseaba que lo viera como un amigo más, no el guardián que cubría su espalda.
Eso fue lo que lo llevó a buscarlo un día que desapareció de la faz de la tierra, teniendo a la casa blanca patas arriba de la preocupación. Aunque, siendo sinceros, Scott era el que más atacado se encontraba; por unos segundos pensó que lo secuestraron y su mundo se vino abajo. Entonces recordó aquel lugar tan bonito, donde solía frecuentar pero que también era muy oculto para todos pese a lo fácil que podía predecirse.
