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DESDE QUE SE FORMALIZÓ OFICIALMENTE que estaban saliendo juntos, siendo felicitados con gran alegría por cierta fémina de cabellos rubios y ojos verdes, decidieron dar uno de los pasos más importantes en las relaciones sentimentales; compartir techo y cama. Con ello venían los gastos en común, las pláticas para comprar lo necesario de los dos, los ahorros en conjunto... una increíble lista que a más de uno pondría la cabeza patas arriba, mareandose. La suerte que tenían, es que se coordinaban bien, así que las discusiones o los acuerdos eran casi escasos.Tanto Leon como Luis eran maduros, por lo que su sentido de la responsabilidad estaba ahí. Y se agradecía.
Una de las cosas que amaban hacer desde su mudanza, era acurrucarse el uno con el otro en la cama, compartiendo el calor corporal en las temporadas de más frío ─e incluso lo seguían haciendo aunque el calor fuera insoportable─. Las muestras de afecto eran como una regla impuesta en silencio para ellos, más que contentos y satisfechos con acatarla.
Sin embargo, donde más mimos se recibía era cuando uno de los dos muchachos tenía una pesadilla.
Y al que siempre le tocaba era a Leon.
El pobre agente aunque lo negara en voz alta, tenía los residuos de un trauma en su cuerpo. Compresible si uno echaba un vistazo hacia atrás en la vida del rubio, contemplando horror y solo horror desde cierta edad hasta la actualidad.
Aquella noche, Kennedy despertó de un sobre salto, su respiración agitada impedía dejar paso con facilidad al aire en los pulmones, poniéndolo más inquieto. Sin saber dónde estaba, aún con la viva imagen del infierno que su mente produjo en unas horas en las que debía estar relajado, quiso gritar el nombre de su compañero.
─── ¿Leon?
La suave voz adormilada y ronca del español, acentuando aún más su acento español, salió con preocupación. Se esforzó por distinguir algo entre tanta penumbra, acostumbrándose a la oscuridad de la habitación hasta al menos divisar una fina figura sentada sobre el colchón.
Pero el aludido no escuchaba nada.
Las sombras parecían haberse tragado todos sus sentidos, atormentandolo. Gotas saladas e incoloras se dejaron resbalar por sus mejillas, acompañando un sollozo ahogado. Aquello alteró tanto a Serra que lo despertó de una, sentándose también y abrazando a su pareja de forma protectora.
─── Shh, Leon... Tranquilo.
Le musitó con cariño, dando círculos con las yemas de los dedos sobre la piel expuesta del brazo ajeno.
─── Te vi morir.─── Susurró casi sin voz.─── Vi desaparecer el brillo de tus ojos...
Otro sollozo. El pecho le dolía una barbaridad, como si una estaca se hubiera clavado en el órgano que movía la vida de su cuerpo.
─── Estabas sin vida en mis brazos...
Estalló a gimoteos, dejando salir su lado más vulnerable. Luis sintió una punzada en el pecho al verlo de esa forma. Las pesadillas que solía tener Scott se basaban en lo vivido en Raccoon City, en el ejército (proyecto especial del gobierno) o incluso aquella misión de España, mas esta era la primera vez que algo tan personal se cruzaba en medio.
Miedo a perderme. Fue la conclusión rápida del ex trabajador de Umbrella.
No era psicólogo, pero reconocía que cuando uno soñaba con algo, normalmente eran cosas que le preocupaban. Así de cabron podía ser nuestro cerebro.
─── Tranquilo, estoy aquí, estoy vivo.─── Después de pronunciar esas palabras con seguridad, le dio un delicado beso en la cabeza.─── Ven, vamos a descansar.
Acto seguido, lo arrastró con cuidado, colocándolo encima de él mientras se tumbaba. Leon apoyó la cabeza en el pecho de Navarro, cerrando los ojos con fuerza mientras se aferraba al cuerpo de este como si tuviera el temor de que en cualquier momento desaparecería.
─── Estás a salvo, mi amor, estoy a salvo.
Le acarició el cabello con todo el cariño del mundo que contenía para su querido. Le repetiría todas las veces que hicieran falta que estaba bien, hasta que se relajara y se fiara de que era verdad, que su mente no le jugaba una mala pasada en un cuarto a solas.
Comenzó a reparar en que el americano respiraba con más calma, dejando de soltar soniditos tristes. Eso le alivió un poco.
─── Sabes lo mucho que te amo, ¿verdad?─── Le dijo.
Scott tardó unos segundos en responder.
─── Lo sé, Luis.─── Sonrió, escuchando los latidos del corazón adverso.
Se estaba quedando dormido otra vez gracias al gran trabajo de Luis, pues no solo las palabras le servían, sino las acciones le demostraban el apoyo que recibía.
─── Gracias.
El español soltó una liviana carcajada sin malas intenciones, musitandole un "te amo" de nuevo, esta vez en su lengua materna.
─── Realmente eres un sol.─── Anunció Leon.
─── ¿Y tú no?─── Le removió el flequillo para verlo mejor.─── Tú eres el sol, y yo soy la tierra... Giro a tu alrededor como un perro persiguiendo su cola.
Esa frase animó el estado del agente.
─── Eres todo un caso, Luis.
─── Lo sé.─── Habló orgulloso.
Con una tierna sonrisa, Leon se centró en volver a dormir y dejar atrás el mal trago de hace unos minutos. No podía permitir que las pesadillas le hicieran un día o noche de mierda, no deberían de tomar el control de su vida. Además, sabiendo que estaba en brazos de su amor, podía respirar con sosiego.
Logró conciliar el sueño sin tener ningún problema hasta que el sol se puso.
Pero pese a eso, Luis siguió acariciando y mimando a Kennedy, permaneciendo despierto la noche entera solo por si lo necesitaba de nuevo.
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────────────────────────PUBLICADO: ㅤ⠀ ⠀10 de mayo, 2023
PALABRAS: ㅤ⠀ ⠀959
EDITADO: ㅤ⠀ ⠀x
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LLAMADOS DEL CORAZÓN ━━━━ serennedy , one-shots | RE4R
Fanfictionㅤ⠀ ⠀Incluso en mis sueños, apareces tú con aquella sonrisa tan encantadora que te caracteriza. Entonces siento una punzada de dolor mezclada con feliz melancolía, deseando que nuestro encuentro hubiera sido diferente. Tal vez, quiero pensar, que en...