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Will se levantó aturdido y oliendo a puro pis de perro, pero afortunadamente estaba tirado en el suelo de su habitación y no en la calle donde recordaba haberse dormido.

Estaba seguro de que más tarde iba a envenenar a su perro en venganza de esto, pero ahora tenía que levantarse y darse un baño para quitarse el olor que tenía.

En el camino al baño volvió a encontrarse con Jane, pero estaba demasiado somnoliento como para quejarse o gritar, así que solo la saludó y pasó de largo para darse un baño.

Al meterse a la tina inmediatamente resbaló y se cayó de culo al piso, también tirando la cortina de paso, rajandola. No sabía qué clase de brujería le habían hecho para que sufriera tantas desgracias.

Bueno, al menos iba temprano a la escuela. (iba media hora tarde)

Se dió un largo baño pensando que estaba bien con la hora, y cuando entró a su habitación para vestirse se dió cuenta. Tenía solo diez minutos para llegar, o cerrarían el portón y se quedaría afuera.

Se vistió a tropezones, pero logró vestirse en menos de dos minutos. De hecho, se le olvidó la mochila, pero no tuvo tiempo para devolverse así que siguió corriendo para por lo menos llegar a dar las clases.

Para su mala suerte, cuando llegó el colegio ya estaba cerrado. Intentó llamar por lo menos diez veces, pero nadie salió a abrirle la maldita puerta.

–¡qué hice yooo!–gritó con frustración mientras caminaba de regreso a su casita. Por lo menos, no tenía nada importante que realizar ese día en el colegio, así que suponía que podía quedarse tranquilo. (Tenía que hacer tres exámenes ese día)

Creyó que su mala suerte había llegado a su fin, sin embargo, en el camino se encuentra con alguien tirado en el piso que parecía estar agonizando. (era Mike)

Tenía traumas con los vagabundos, pero pensó que solo podía pasar e ignorarlo y que no iría a pasar nada. Quiso hacer eso, así que pasó intentando aparentar estar tranquilo, aunque estaba notablemente temblando e intentando no hacer ruido al caminar.

El corazoncito de Will dejó de latir durante un segundo porque sintió que alguien le agarraba el tobillo. Lo primero que hizo fue gritar con horror, y luego pisar con su otro pié el brazo del supuesto vagabundo.

–Hola guapo, ¿estás solt- espera, ¿Will?–El castaño se quedó estático al ver al chico al que le había dado su número, al mismo al cual había bloqueado apenas le escribió.

–¡vaya, de verdad eres tú!–el pelinegro saltó en su lugar y se levantó, teniendo la emoción plantada en el rostro. Will se quedó más tieso que tu abuela frente a Mike, aunque después de solo unos segundos se largó a correr.

–¡aléjate de mí, acosador!–le gritó mientras corría. Para su sopresa, el pelinegro salió corriendo tras él mientras también gritaba.

–¡¿Un acosador?! ¡¿dónde?!–en pocos segundos ya estaba a su lado, mirándolo a los ojos, completamente espantado por lo que había dicho Will.

William notó que el contrario tenía los ojos enrojecidos y las pupilas dilatadas, y que también se movía torpemente. Se detuvo en seco, haciendo que el pelinegro simplemente cayera de cara al piso al querer seguir de largo.

–¡ouch! ¿por qué te detuviste?–preguntó el azabache mirándolo desde el piso mientras se frotaba la cabeza.

–¿estás drogado?–Will respondió con otra pregunta bastante directa, Mike solo lo miró con confusión, como si estuviera tratando de procesar la pregunta.

–¿ah? no- sí, no. Sí- ¡no!–terminó por decir, aunque se notaba que estaba mintiendo puesto que su estado lo delataba.

–sí, como digas, yo me voy.–se despidió rápidamente, alejándose del vagabundo que se acababa de encontrar.

𝐒𝐓𝐀𝐋𝐊𝐄𝐑.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora