Sus ojos perdieron brillo, cierto...? -preguntó la femenina a través del cristal observando a aquel que se encontraba en un rincón abrazándose a si mismo gritando solo con su silencio lo mal que está-Me preocupan ambos... Él con el miedo a volver a salir al mundo y sentir que cualquiera con quien hable lo convierta en marioneta y a ti con la éxtasis que te provocó saber que caíste en un juego al que tardaste años en ponerle fin! -comunicó su inquietud el pelinegro quien estaba recargado en el cristal de brazos cruzados-
No crees que sea maravilloso observar hasta donde llega la capacidad humana de mentir para conseguir sus objetivos egoístas!? No es divertido terminar rápidamente una partida de ajedrez... -respondió con emoción en sus palabras-
Así que realmente tenías tres tableros con las partidas en marcha? No te habías jura... -no le fue permitido terminar la frase-
Un juramento que no he roto! Estabas arrogante conmigo creyendo que por primera vez mi intuición falló! Juré jamás volverme a dejar atar a los hilos de un titiritero, no lo has dicho siempre? Qué la frase de "Manipular al manipulador es el doble de divertido" me pertenece? -un sutil destello azul apenas podía iluminar aquellos abismos sin fondo y un ligero arco pintaba su rostro-
Cuando hablas así, me causas escalofríos! -dejo escapar una risa nerviosa-
Es mi forma de desmostrarte que estoy bien aún estando en esta situación... -se refirió a las cadenas que la han mantenido sometida al frio suelo- Podrías pedirle a Mad que venga? Tengo la necesidad hablar con él -pidió amable-
Él de orbes cian obedeció a la petición de la castaña, llamó al chico que tenía un rostro triste y desanimado, él sumiso se acerco al cristal que aprisiona a la femenina, se sentó pegado al cristal dándole la espalda a la chica y nuevamente abrazando sus piernas, él segundo masculino se retiró para dejarlos solos.
Mi Niño... -llamó tiernamente la castaña-
Tengo miedo! Los manipuladores me dan miedo! Tu también lo vas a hacer!? -comentó dejando mostrar el terror que lo abruma-
Crees que te permitiría pensar y tomar tus propias decisiones por ti mismo? A ti nunca te he mentido y lo sabes, jamás voy a convertirme en el Demonio que todos esperan de mi! -respondió sinceramente a la duda que atormenta al menor- Tampoco te hubiera dicho como identificarlos, acaso te he hecho alguna cosa que te lo demuestre?
No... -escuchar aquello pudo alivianar el peso que el miedo le imponía-
Lamentablemente las personas pueden llegar a ser monstruos, pero no todos son así... No voy a aceptar que te aisles, aunque allá afuera sea un infierno, algunas cosas pueden ser un paraíso! -toco el frío vidrio con su mano en donde se encontraba el menor- Te voy a jurar que mientras mi corazón siga latiendo, voy a impedir que nada ni nadie se atreva a convertirte en un títere! No apagues tu luz por cosas sin sentido, porque sino... Quién me va a iluminar? -hizo juramento con total sinceridad esperando que sus palabras le llegarán al corazón y no se vea afectado por lo que suceda a su alrededor-
Oir fue como ponerle aceite a una lámpara para que no se apague, su terror aún permanecía, pero logró ser enjaulado, provocando que sus ojos volvieran a mostrar ese océano al azul vivo reflejando la luz de la luna, al mismo tiempo que involuntariamente se dio vuelta para encontrarse con la sonrisa de la femenina y poniendo su mano a la par de ella con diferencia que había algo que impedía el contacto directo.
No sabes cuanta falta me haces -confeso el menor con voz temblorosa, quería llorar de alegría a ver cuan importante es su existencia para la femenina-
Sabes perfectamente cuanto odio el contacto físico, pero... él tuyo de alguna manera me hace falta... -habló con vergüenza en sus palabras, rara vez demuestran el verdadero cariño que ella siente por sus seres queridos, únicamente lo hace con acciones, que esto llegue a ocurrir se puede comparar a un eclipse que sucede en determinadas ocasiones- Además, encontraste a alguien que no muestra objetivos hostiles, aprovecha que conseguiste un amigo dispuesto a estar para ti...
Entonces... Si él desde un principio te ha demostrado no ser alguien hostil, por qué no lo aceptaste tú!? -dejó mostrar su curiosidad-
-escuchar esa cuestión provocó nuevamente que sus abismos volvieran a la eterna oscuridad- ... -solto un suspiro antes de articular palabra- Conmigo no tiene caso! Está aferrado a pegar una vasija que ya esta completamente inservible... Tú aún no has sido quebrado y espero que él pueda evitar que eso llegue a suceder...