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Hay tres leyes no escritas en el universo, leyes que protegen a las personas de arruinar su línea temporal o de cambiar eventos que deben suceder. La primera y la más importante es; si tienes la posibilidad de hablar con alguien del pasado, no lo hagas, porque tal cual lo explica la física, tan solo el movimiento de las alas de una mariposa puede alterar radicalmente el rumbo no solo de tu vida, sino también el de la humanidad entera, ahora imagina todo lo que podría cambiar una plática. La segunda, pero no menos importante, dice que no debes ser egoísta con tus deseos y ambiciones.

Y la tercera es un secreto que Luffy descubrió de la peor forma posible, pero para saber qué lo llevo a terminar así debemos retroceder en el tiempo, justo a la segunda llamada que se le concedió con la persona que decía ser él en diez años.

-¿Hola? - Su voz era algo temblorosa pues no sabía si nuevamente le respondería aquella persona o si solo había sido un juego de alguien complemente desconocido.

- ¡Hola! Estaba esperando - pudo respirar con tranquilidad al ver que sí, si era él - Sabía que volverías a llamar.

- ¿Lo sabías? - aún no podía creerse que estuviera hablando prácticamente con un espejo, con un reflejo de un futuro incierto.

- Ya te lo dije, soy tú -

- Es que no puedo creerlo -

Se aferraba al telefono lila, ya que todo aquello le parecía de lo más extraño, para comenzar estar en la casa de su padre no era algo que hubiera planeado de forma meticulosa, solo regresó, como hijo pródigo, tras una serie de eventos desafortunados.

Ahora que tenía veinte, su perspectiva sobre la vida había cambiado mucho, ya no se quejaba implorando al cielo que lo hiciera ser un alfa, o por lo menos un Omega, aceptó su destino como Beta y se sentía bien con eso; pero para llegar a tal nivel de madurez tuvieron que pasar muchas cosas, dentro de ellas el acontecimiento más importante que ocurrió cumplió diecinueve años, justo un año antes de volver a su hogar.

Hubo una época en su vida a la que él llama "el vacío" ests misma comenzó el día de su cumpleaños diesciceis cuando huyó de casa, y abandonó todo lo que conocía porque no se sentía cómodo cerca de su familia, según él, tomó aquella decisión por que lo juzgaban demasiado, aunque aquello no era del todo cierto, pero este punto recién lo entendió años después.

Durante su travesía conoció a su actual grupo de amigos; Zoro que era un alfa que solía ganarse la vida robando billeteras a personas que tenían mucho dinero, Nami una chica Omega que conoció, se aprovechaba de su aspecto refinado y dulce para hacer de las suyas, luego a su grupo se unió Usopp, su primer amigo beta, siempre estaba ahí para contarle historias falsas de un mundo nuevo, un mundo que era perfecto, llegaron a ser un grupo lleno de historias que contar, entre ellos se formó un vínculo único similar a la hermandad.

Pero lamentablemente no todo pudo ser color de rosas. Al parecer no importaba la sociedad, el universo o el mundo siempre habría personas malas.

Porque con diecinueve años fue secuestrado por unas horas, las suficientes para descubrir que no estaba listo para estar solo, ni siquiera recordaba cómo logró escaparse, en su pecho solo se guardaba el sentimiento de angustia que le dejó aquella noche.

Con mucha tristeza abandonó nuevamente todo lo que conoció esos años y volvió a casa, donde su familia lo esperaba con los brazos abiertos, en su reencuentro Luffy descubrió que ellos lo amaban y nunca lo habían juzgado, aún se reunía constantemente con sus amigos, tenía un techo seguro donde descansar y parecía estar todo mucho mejor; pero nuevamente, no todo puede ser color de rosa, las cosas comenzaron a cambiar cuando se percató de una cosa, su padre ya no estaba en casa, no estaban sus cosas, sus valijas importantes, nada.

Solía pensar demasiado en su paradero y sobre todo en el extraño comportamiento de sus hermanos cuando él mencionaba a su progenitor.

Sin embargo, los pensamientos sobre el señor desaparecían cuando se arropaba en su cama completamente feliz y tranquilo, admirando su habitación, porque él amaba esas cuatro paredes que ahora habían vuelto a ser su hogar, con el teléfono lila viejito, la comoda blanca, su cama, sus comics, sus cuentos, todo exactamente igual a cuando se fue años atrás.

Debemos aclarar que se trataba de Luffy, le hizo falta más de una semana notar que no todo era igual, que en su mesita de noche había un número tallado justo al costado del teléfono lila, cuando voo aquella diferencia marcó el número primero una vez por curiosidad, y al día siguiente, por necesidad, tenía preguntas que necesitaban respuesta inmediata.

- Si eres yo dime, ¿Donde esta mi padre? - preguntó.

Del otro lado se escuchó un suspiro largo que después de pensarlo unos segundos respondió.

- Hay cosas que no te puedo decir porque eso afectaría tu línea temporal y por lo tanto mi linea temporal, hay otras cosas que sí te puedo decir que son las mismas cosas que yo pregunté y me dijeron en su momento, eso no afectará nuestra línea -

- ¿Línea temporal? - cuestionó sentándose en su cama - ¿Qué es eso?

- Vives en una línea y... - la voz hizo una pausa - aunque te lo explique no entenderías.

- Pero quiero saber -

- Resumiendo, si yo te digo algo que no debo probablemente ese algo ya no pase -

- ¿Bajo ninguna circunstancia?

- Bajo ninguna, eso ya no pasará por mucho que lo quieras.

- Entiendo, ¡Era muy fácil de entender!

Luffy colgó la llamada, suponía que ya era demasiado para el dia, y también entendió que aunque preguntara por su padre no obtendría respuesta de su yo del futuro.

Tenía que buscar otra forma de encontrar información.

(...)

- ¿Qué está pasando? - el monito comía de su almuerzo mientras veía a sus dos hermanos tener algún tipo de desafío de miradas.

- Que bueno que eres beta y no cedes antes las feromonas, porque si pudieras olerlas ya te habrías desmayado - afirmó su abuelo quien se encontraba justo en frente de él comiendo de lo más tranquilo, completamente acostumbrado a la situación.

- Pero, ¿qué se supone que están haciendo? - cuestionó el monito al momento de tomar la última presa de pollo provocando que las dos miradas fijas de sus hermanos se despegaran y se fueran contra él.

- Probablemente luchando por quién se quedaba con el pollo - agregó el viejo soltando una carcajada.

Luffy también se rio y comió del pollo sin importarle nada, él se había ganado la presa por aguantarlos.

Hasta donde tenía entendido Sabo y Ace eran alfas dominantes, ambos tenían feromonas muy fuertes y un alfa muy competitivo, es por eso que el ambiente en los almuerzos solía ponerse de aquella forma.

Luffy percibía un poco los aromas de sus hermanos, únicamente cuando se encontraban así, desprendiendo feromonas al por mayor, intentando marcar un territorio invisible, hasta cierto punto le sorprendía que su abuelo tampoco comentara nada ya que a él si le afectaba.

De cualquier forma amaba a sus hermanos, amaba a su abuelo y amaba su vida actual, sentía que nada podía mejorarlo.

-
Sin corregir

Llamada - Lawlu (Omegaverse, M-preg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora