Capítulo 24

247 18 0
                                    

19 DE DICIEMBRE DE 2041

NUEVA ORDEN MUNDIAL

MIAMI, ESTADOS UNIDOS

Mire atenta mientras Camz colocaba con ilusión los pompones sobre el árbol de navidad.

Después de muchos intentos de obtener uno, lo logró. No aguantaría otro ruego salir de su voz.

"-Debes darle un árbol de navidad a tu bebé, Lern."

"-No puedes esperar a que pasemos esta navidad sin un árbol de navidad."

"-¿Dónde está tu espíritu navideño, Jauregui?"

"-Como tu prometida, te ordeno que compres un árbol de navidad."

Esos fueron unos pocos del montón que me dijo. Cada vez era más original e interesantes. Sin embargo, di mi brazo a torcer al amenazarme con hacerme dormir en el sofá.

Sí, había amenazado a la próxima líder del mundo entero.

Mientras nosotras estábamos aquí, relajadas, adornado un árbol de navidad; habían muchas personas haciendo todo lo posible para que mañana fuera un día espectacular y con mucha seguridad se llevará a cabo mi ascenso.

Camz me miró y sonrío extendiendo la estrella. Fruncí el ceño. Había olvidado la última vez que había adornado un árbol o simplemente la última vez que había pasado navidad en un lugar fijo.

-Debes ponerlo en la cima, Lern.

Murmuró al verme con tan solo el aparato en mis manos. ¿De dónde salen tantos cables?

Suspiré, me estiré y puse la estrella en el pico del árbol. Camz me abrazo por mi costado y admiro su obra de arte. Mientras ella adornaba a su gusto, yo le miraba y cuidaba. No quería que le pasara nada malo.

-La próxima navidad será diferente, Jauregui.

Dijo posando su mano sobre su abdomen un poco abultado. Sonreí y asentí.

-Será mucho mejor, te lo aseguro.

No podía dormir en paz, sabiendo que Alejandro estaba en Estados Unidos y estaba rondando a nuestro alrededor. Intentábamos con todas nuestras fuerzas localizarlo y agarrarlo, pero se había hecho muy escurridizo. Apenas y habíamos logrado capturar algunos de sus guardias. Todos preferían morir antes de confesar algo.

No quería entrar en presión, pero no podía dejar de pensar qué le podría pasar a mi mujer y a mi heredero si algo malo llegara a pasar.

La abracé con fuerza y besé su coronilla. Ella rió arrugando su nariz y beso mi mejilla.

-No me molestaría que fuera así, Lauren.

Sonreí y asentí. Haría todo lo posible para dársela sin miedo a que nos pasara algo.

La noche había caído y seguía esperando algunas noticias de mi compañía. Había llegado su padre y nadie mejor que ella estaba más capacitada para sacar información y hablar con él. Tenía más de dos horas allí dentro y no había noticias de su salida.

Intentaba estar tranquila para que Camz lo estuviera. No podía dejar que los nervios también tomarán poder de su cuerpo.

Miré el reloj, notando que era cerca a ser las ocho de la noche. Tomé mi celular y marqué el número de Chris, alejándome un poco de Camz. Contestó casi al instante.

-Sra. Jauregui.

-¿Dinah?

Fui directa a lo que quería.

¿Monógama?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora