Capítulo 4

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5 DE JULIO DE 2041

ORDEN MUNDIAL

LONDRES, INGLATERRA

El clima en Londres era muy inestable, por lo que no nos sorprendió despertar con la ventana llena de gotitas.

Camila estaba acurrucada a mi lado buscando de mi calor corporal debido a la fría mañana.

Miré el reloj a mi lado y maldecí para mis adentros. Iba tarde a una cita médica rutinaria.

Me puse de pies con rapidez dejando a Camz totalmente sola y con frío en la cama. Lo lamenté, pero tenía que hacerlo.

En menos de veinte minutos tenía las llaves en las manos e intentaba despertar a Camz para despedirme. Parecía muy cómoda allí, no se inmutaba a mis llamados.

-Camz...

-Es temprano aún, bebé...

-Iré a mi cita rutinaria, volveré antes del almuerzo, ¿bien?

-Tráeme algo, por favor.

Sonreí y besé su frente.

Salí de allí y tomé rumbo al hospital privado de Londres. Estacione sin importarme mucho dónde, pero lo hice y entré a recepción. La recepcionista me reconoció en seguida y me miró completamente, parecía sorprendida.

-Sra... Jauregui.

-Tengo una cita a las ocho.

-Sra, disculpe, pero son las nueve y media. La doctora Allyson está atendiendo a otra persona.

-Entonces, que termine con esa persona y me atienda después.

Sonreí astuta. Ella me miró fascinada, pero negó lentamente mientras tragaba con dificultad.

-Tiene... Tiene la agenda llena, Sra. Jauregui.

Me acerqué al mostrador y la miré fijamente.

-Srta, no hay nadie más importante que yo a quien ella atienda.

Abrió la boca para responder, pero la voz de la doctora retumbó por la sala despidiéndose de su antiguo paciente. Sonreí y me acerqué, ella me miró confusa y luego miro su reloj.

-Sra. Jauregui, ¿nuevamente tarde?

-La mañana estaba fría, Doctora, debe entenderme.

-Créeme le entiendo, estoy desde muy temprano aquí.

Suspiró dándose media vuelta.

-Mónica, cancela la próxima cita.

Miré a la recepcionista y sonreí triunfadora, ella sonrío encantada. Giré los ojos, entendió mal mi sonrisa.

-Ya sabe que hacer, Sra. Jauregui.

Me extendió una bata y señaló el pequeño cuarto de cambio. Lo hice con rapidez y pronto estaba tumbada sobre la silla.

-Hoy viene con un ánimo arrasador, Sra. Jauregui.

La vi moverse por la sala buscando lo necesario para sacarme algo de sangre. Luego, haría una radiografía de mi cuerpo completo y por último preguntaría sobre mi vida sexual y revisaría si seguía teniendo la posibilidad de procrear. Al ser una mujer intersexual, poco se sabía de mi singularidad. Fue una sorpresa que no fuera estéril y gracias a eso era obligada a tener esta cita cada cuatro meses. La doctora estaba acostumbrada a mi persona y yo no me sentía incómoda con su presencia como al comienzo.

-Bueno no ha habido mucha mierda, así que me siento bien.

-¿Cómo está su novia?

Preparó mi brazo para la extracción. Sonreí al recordar a la dormilona que dejé en casa.

¿Monógama?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora