Esa vez.... +18

1.7K 47 8
                                    

Paulina junto a sus 2 hermanas estaba tomando una entrevista en publico. Tu eras parte de la audiencia. La veías y pensabas en que hermosa se veía en ese momento. Con esa blusa de botones que dejaba ver sus atributos. Y una falda un poco corta. No te importaba lo que ella estuviera diciendo. Estabas totalmente concentrada admirando su cuerpo. Le traías ganas. Muchas.

No podías esperar a que acabara la entrevista. Eras una persona muy impaciente. Ya querías demostrarle tu amor hacía ella de la mejor manera posible. Tanto pensabas en eso que ya estaba Paulina a lado tuyo avisándote que ya era hora de irse que ya había terminado todo. No le respondiste simplemente la callaste y la besaste.
—Ey! Aquí no. Alguien nos podría ver.— dijo Pau apartándose de ti. En ese preciso instante llegó Rudy a decirles —Chicas aquí no. Alguien las podría ver.—. Paulina asintió levantándote una ceja con una risa siguiente.

Ya tenían el plan de ir a tu departamento terminando lo entrevista. Eso era un milagro. No creías poder combatir con esa necesidad tu sola. Necesitabas a Paulina más que nada en este momento. Durante todo el camino hacía tu departamento tenías tu mano en su muslo y la suya arriba de la tuya. Luis (su papá) iba manejando, Mony (su mamá) iba de copiloto. Daniela, Paulina y Alejandra y tú atrás. Le empezabas a susurrar cosas a Pau. —Te veías muy bien en esa entrevista. Muy bonita.— esos susurros causaban nervios en Pau. —Me provocas. ¿Sabes? Con esa blusa y esta falda. Me caigo a tus pies. — le susurraste moviendo tu mano en su muslo. —Te ves mejor que yo. No puedo esperar a que veas lo que te voy a hacer una vez que lleguemos a tu departamento.— te susurró de regreso.

—Abajo chicas. Cuida de mi hija. Pórtate bien Paulina. ¡Adiós!— dijo Luis. Tú y Pau subieron corriendo hacía arriba agarradas de la mano. Abriste la puerta de tu departamento lo más rápido que pudiste. Una vez adentro, bloqueaste la puerta con candado. Fueron corriendo a tú habitación. Y cerraron la puerta.

Pau ya iba a empezar a besarte apasionadamente pero tú la detuviste. —Espera ¿Segura que quieres hacer esto? ¿Estás totalmente cómoda?— preguntaste antes de proseguir. —Si. Te amo y estoy dispuesta a entregarte mi cuerpo. Ahora cállate y sigue con esto. — te calló con unos cuántos besos los cuales solo paraban cuándo buscaban aire. Empezaste a desabrochar  los botones la blusa que tenías tantas ganas de quitarle desde hace una hora. Una vez fuera de su cuerpo lo aventaste hacía cualquier lugar de la habitación y pasaste tus manos por su cintura para seguirla besando.

Pau se separó de ti para decir —Hay que hacer esto justo— para también quitarte tu blusa delicadamente. Tu la acercabas más a ti agarrando su cintura y jalándola cómo si no estuviera literalmente comiéndote.

Ya tenías tu mano en el gancho de su sostén. —¿Puedo?— preguntaste —Si, linda, no tienes que preguntar.— Eso a ti no te importaba tú preguntarías para hacer lo que sea con su cuerpo aunque te rogara que no preguntaras. Inmediatamente cuándo su sostén cayó de su pecho tu dijiste —Eres hermosa. ¿Te lo he dicho antes?— no la dejaste responder y la callaste con un beso. Moviste tus manos de su cintura a sus pechos. Reposabas tus manos ahí.

Ella también te quitó tu sostén pero tú le tuviste que ayudar. Ella simplemente no podía desabrocharlo. Ella simplemente se quedó boquiabierta. —Ya Paulina, deja de poner esa cara. Me pones nerviosa.— dijiste dándole una pequeña cachetada en la mejilla. —Es que eres demasiado preciosa. Eres mucho para mi. — Tú simplemente sonreíste y la tiraste a la cama de forma que tu estuvieras arriba de ella.

—¿Todo bien? ¿Quieres seguir?— preguntaste antes de hacer cualquier cosa. —Ya deja de preguntar cosas y sigamos con esto.— dijo agarrando tu cara para seguir besándote pero tu la detuviste. —¿Si o no?— ese fue el momento en el que Paulina se tomó en serio tus preguntas. —Si, hazme tuya.— dijo acercándose a ti y plantando un beso en tus suaves labios.

Solo quedaba la corta falda que tenía Paulina y tus pantalones. Quitarles la falda y ropa interior era lo que más nervios te daba. Nunca habías hecho esto con una mujer. Paulina en general nunca lo había hecho . Ella las cambió de posición de forma que ahora ella estaba arriba de ti. Te tenía a horcajadas. Empezó a desabrochar los botones de tú pantalón para después bajarlo. Y por su propia cuenta quitarse su falda. Tu misma se la querías quitar pero respetabas su decisión.

Tú las volviste a cambiar de lado de forma que pudieras admirar el bello cuerpo que tenía Paulina. La mirabas se arriba hacía abajo y colocaste tus manos en su ropa interior. Antes de preguntar si podías. Ella puso sus manos arriba de las tuyas y ella misma lo bajó. —Alguien esta muy desesperada, hmm.— dijiste mientras también retirabas la tuya.

Era hermosa. Nunca la habías visto tan libre. Moviste tus manos desde su cara, dónde plantaste un beso hasta bajar hacía sus pechos, después hacía su estómago y finalmente terminar en sus partes íntimas. —¿Segura que puedo?— preguntaste antes de que tu lengua tuviera contacto ahí. —Hazlo, tienes mi consentimiento— dijo agarrando tu cabeza para acercarte más a esa área.

Empezaste metiendo tu lengua poco a poco lo cual causaba que Paulina hiciera unos leves gemidos. La empezaste a mover más bruscamente. Pau empezó a gritar — Mm-m-me vengo— dijo con el poco aire que le quedaba. Tu no la ibas a dejar hacer eso. Querías que fuera en un mejor momento.

—¿P-por que paras?— dijo mientras recuperaba aire. Empezaste a acercar tu mano hacía su vagina y le dijiste —Esto puede doler al principio pero prometo que dentro de poco sentirás placer. Ok?— le advertiste. —Si— respondió Pau.

Insertaste un dedo y Paulina hizo un gemido de dolor. —H-H-hhmm. A-ahh— mientras apretaba las sábanas con sus puños. —¿Paro? ¿Todo bien?— te alertase. —N-no. Sigue. Simplemente no te muevas.— Poco a poco el dolor dentro de Paulina cambió a placer. Tú empezaste a mover tu dedo un poco más rápido y acelerabas cuándo ella te lo pedía. —¿P-p-puedes.. ir más rápido?— preguntó con pena. —Cielo no puedo ir más rápido pero si puedo meter otro dedo. ¿Quieres eso?— preguntaste. Paulina solo asintió y tu agregaste un dedo. Esperaste a que se acostumbrara al tamaño y seguiste.

Esta vez los gemidos eran más fuertes. Casi que gritos. —AAAHHH. Ughhh.— gemía Paulina mientras movía sus caderas con el movimiento de tus dedos. —¡Me vengo!— gritó. Ella se vino sobre tus dedos. Sus jugos en tu mano fueron absorbidos por ti en su cara. Para que viera que tan bien sabía — Sabes muy bien— le enseñaste tus dedos y los chupaste. Paulina estaba recuperado aire. Era su primera vez y estaba aprendiendo.

La acostaste arriba de ti acariciando su largo pelo pelirrojo y tu otra mano reposando en su trasero. —¿Qué hay de ti? Me toca complacerte.— dijo Pau. —No, no pienses en mi. Yo ya fui lo suficientemente complacida
con darte placer a ti— dijiste —¿Segura?— lo quería estar más Paulina que tú. —Sí, segurísima. Ahora duerme mi niña. Te amo— le diste un delicado beso en la frente. —Te amo— dijo con un bostezo.


















Tardé 3 días en hacer este capítulo. Espero y les haya gustado. Primera vez escribiendo algo así.

Comenten ideas :)

Gracias por el apoyo!!!

Mi hermosa baterista Donde viven las historias. Descúbrelo ahora