𝟎𝟑。resaca . . .

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Cuando Rosalinda despertó aquella mañana del veinticinco, o mejor dicho pasado el mediodía, porque se había despertado a razon de las tres de la tarde, un fuerte dolor de cabeza fue lo que la recibió. Sus ojos dolían debido a la claridad en la habitacion, y su cuello estaba más duro que una piedra debido a la posicion en la que habia dormido. Portaba marcas en toda su pálida piel, y las nauseas de la resaca eran enormes.

Sentia una sed inexplicable. Tenía mucho frio. Su pelo era una maraña, y sus ropas estaban mal colocadas —le faltaba uno de los titantes de su vestido, y su brasier estaba desperdigado por la habitación—. La acidez que sentía en su pecho era tal que le estaba dando ganas de matarse. Sin embargo, no importaba que tan mal se sintiera entonces, la curiosidad por saber que había ocurrido ma noche anterior era mucho mayor, por lo que simplemente extendió su mano hacia la mesa de noche de aquel cuarto de invitados para encontrarse que simplemente estaba enchufado un cargador, sin celular del otro lado.

Sus ojos se expandieron, y el terror crecio al pensar que se habria quedado sin bateria y no lo habia conectado. Mas todo fue aun peor cuando revolvió las sabanas sobre el colchón y no encontro su Iphone en toda su extension. Se levanto rapidamente, soltando una puteada ante el frio suelo, y comenzo a voltear la habitacion en busca de su telefono, dando por fallida la mision.

Coloco bien su vestido y salio de alli para comenzar q recorrer la moderna mansión que tanto conocia. Habia basura por todos lados, manchas de bebida y comida, guirnaldas y decoraciones por todos lados, e incluso alguna que otra persona que aun no se habia marchando. Estaban dormidos. O eso esperaba Rosalinda, porque sino que gran problema tendrian. Pero su celular no andaba por ningun lado. No lo encontraba. Ni a él, ni a la dueña de la casa.

No fue hasta que se aproximó al patio que la encontró a Camila roncando en una reposera a la par de la pileta. Pileta vacía, dicho sea de paso. Rosalinda puteo por el frio, y no pudo comprender como la mayor estaba tranquilamente gozando de su sueño sin congelarse. O al menos demostrarlo, porque en realidad sus labios se encontraban ya bastante morados.

───Camila ───la llamó Rosalinda, agitando su hombro───, Camila ───repitió───. ¡Despertate, Camila!

Y cuando el grito fue liberado por la menor, la mayor se sacudió, despertándose totalmente alterada.

───Dale boluda, parecías re muerta ───le soltó, recibiendo un quejido───. Estaba por llamar al Same. Re que no llegaban nunca. Pero roncabas como un animal, así que viva estabas. Adentro, dale, te vas a congelar sino. Una hipotermia te agarraba. Neumonía. Vas a andar toda la semana resfriada pedazo de boluda.

La tomó por el bíceps para levantarla de la reposera, para finalmente pasar el brazo de la chica sobre sus hombros y tomarla fuertemente de la cintura. Comenzaron a caminar juntas hacia la casa, con una danza digna de borrachos.

໑ 𝐑𝐎𝐒𝐀𝐋𝐈𝐍𝐃𝐀'𝐒 𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓 : paulo dybala & oriana sabatiniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora