Capítulo 3

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Ahí con su aura angelical, mirada felina y cuerpo de diosa, estaba de pie la mujer más hermosa que hubiera visto en su vida, ( recordando que la belleza se ve y aprecia a través de los ojos de quien la ven)
-un gusto, --saludó efusivamente poniéndose de pie y tomando la mano enguantada de athena, rápidamente reaccionó con ésa acción y se arrepintió en el acto, cambiando su facciones al ogro amargado de siempre.
--iniciando con el itinerario para hoy....
-- dijo muy seria y profesional, ella sabe perfectamente como es él, la abuela Lombardo le dió un folder con todo lo que debe saber de él y sus fobias, gustos ect, y extrañamente athena siente que toda su vida se preparó para esto, para él.

No iba a fallar en nada, no iba a arruinar su sueño, él era su sueño, lo sintió en cuanto vió la foto en la carpeta que la linda anciana le entregó, ella sintió que aquella mujer le estaba obsequiando un regalo invaluable y muy preciado, y a pesar de lo difícil que iba a hacer el trabajo, Fabrizio Lombardo era un reto, y ella no se rendía jamás.

Athena entregó todos los documentos necesarios para la siguiente reunión con los socios de la empresa, las hojas muy impecables, sin una sola mancha, ella siempre procuraba cambiar seguidos los guantes y desecharlos, higienizar el ambiente con los sprays antibacteriales, el día anterior a su primer día de trabajo, consiguió un kit de aseo y antibacterial, junto con un termo muy práctico para poder tener a mano te fresco y cualquier cosa que necesite de emergencia médica para su jefe, era tan metódica y eficiente que en línea pidió unos productos extranjeros para mantener el ambiente de trabajo libre de bacterias y germenes.

Todo con aprobación de la familia Lombardo, ése día lo inició muy temprano, para poder ir al supermercado, dónde compran los alimentos que consume normalmente su jefe, abasteció con ricos productos orgánicos, saludables y muy variados para poder cocinarlos en las horas que su jefe no pueda salir a comer, definitivamente athena era más loca con el orden y la pulcritud que el mismo Fabrizio.

Él estaba realmente inquieto, su asistente le recordaba a alguien pero ni idea a quién.

--athena, lista la sala juntas?, -- habló al momento en que salía para la mencionada, colocándose los guantes y tomando un atomizador líquido en spray para el cuerpo mientras caminaba a su elevador.
-- si señor Lombardo, -- respondío en ése sexy acento griego mezclado con el italiano, haciendo que el lívido de Fabrizio subiera a mil.
Ella iba con todo y su hermoso bolso de mano equipado con todo lo necesario para su jefe, juntos iban distraídos leyendo los puntos a tratar en la reunión que se hace cada mes como dueño y socio mayoritario, que todos en el piso levantaron la cabeza para apreciar lo hermosos que se veían juntos, parecían dos modelos de pasarela y más ella, su peinado era una coleta alta, muy templada, un maquillaje muy suave y sofisticado, ése día llevaba puesto un elegante y sexy vestido negro ajustado hasta las rodillas con una cremallera metálica en la espalda que termina con una abertura e medio de sus piernas, resaltando ésos dos redondos, y bien proporcionados glúteos, de escote delicado, resaltando sus muy agraciadas tetas, (no existe otra palabra más propia para ello), y compañado de un bleiser rosa pálido y unos stiletos negros de 6 cm haciéndola lucir estilizada, elegante pero aun así se veía un poco más baja que Fabrizio, el hombre es un enorme ogro de sexy porte y un deleite visual.

Athena sabe cuál es su lugar, y rápidamente se dirige al elevador del personal en general, ante la atenta mirada de Fabrizio, él vío cuando las puertas se cerraron y subió al suyo para la reunión, que era unos 15 pisos más abajo, realmente no sabía porqué se molestó con athena, --acaso no podía seguirme y entrar conmigo juntos a la sala de juntas?, -- bufo molesto, ella no debería estar separada de él y si la allegase a necesitar o sufre un ataque de ansiedad o lo que sea y ella no está cerca?, -- maldita sea, un simple día y ya se está haciendo dependiente de la "corderita", río por como la llamó.

La sala quedó en completo silencio en cuanto vieron entrar a athena, era impresionante el porte distinción que irradiaba la nueva asistente de presidencia era exquisito, --muy hermosa se dijeron los presentes.

Cada miembro de la junta llevaba a sus secretarias o asistentes eran entre hombres y mujeres muy jóvenes, algunos se veían tan chicos que athena casí suelta un suspiro, en fin ella en lo suyo, rápidamente tomó el lugar de su jefe y lo limpió rápidamente, organizado su agua y todo pulcro y los demás un poco retirados de ellos, agradeció que ya estuvieron al tanto de la condición de su jefe, así como notó que si tenían instalado los equipos de oxígeno y purificadores de aire, desinfectó todo lo que Fabrizio pudiera tocar y ella rápidamente se quitó sus guantes para ubicarse un poco retirada de su jefe, no quería causarle ningún problema o malestar, definitivamente iba a ser un reto agotador el trabajo con él.

Fabrizio cómo siempre con su enorme presencia entro y con asentamiento de cabeza se sentó como rey al trono, y con un ademán dió inicio a la reunión, pero en cuanto llegó y vío cómo todos se idiotizaron con athena sintió un raro sentimiento de vacío en el estómago, quiso gritarles o no sé qué, pero al verla tan hermosa y educada, lo miró a él y ésa seriedad con la que miró a los presentes la eliminó en cuanto lo vió a él, una sencilla pero preciosa sonrisa le dedicó sólo a él, y Fabrizio casi corre a abrazarla, olvidándose de los demás.

--buenos tardes caballeros, damas, habló el encargado de hacer las presentaciones y exposiciones de la junta...

Y así cuatro horas con descansos de 15 minutos cada hora, en las que una muy dedicada athena, observó, hizo apuntes y notas más sobresalientes, escribió nombres, cargos de cada miembro y funciones importantes nombradas en el balance de la compañía.
Ellas anticipadamente, y con ayuda de betty organizó un pequeño buffet de aperitivos para los presentes y en cuanto a su jefe le llevaba herméticamente un Lunch delicioso y muy bien presentado, higiénico, junto a un delicioso te, y su agua mineral importada, todo bajo la atenta mirada de Fabrizio quién estaba más que felíz por el excelente trabajo de su corderita, ella era maravillosa y iba a ser suya.

--athena, necesito un informe sobre la reunión, lo más claro y detallado posible, para mañana, --dijo mirando la hora en su costoso reloj, y fijándose que aún no habían terminado y ya era muy tarde.

Espero media hora más y por fin la sala empezó a evacuarse y despidiéndose de todos igual que su jefe con asentamiento de cabeza para no tocar a nadie y no incomodar a su hermoso y elegante jefe.
Pero como las cosas no siempre salen cómo se espera, un rubio de ojos claros, guapo se podría decir se acercó a ella y tomándola desprevenida le tomó la mano y la jaló para darle un par de besos en saludo, era un empresario español, y su costumbre es ésa, así que muy sería y educadamente se alejó y sin emoción alguna, lo despidió, rápidamente se alejó al baño y sacó una toalla antibacterial y se limpió las mejillas y manos, obvio cuando el guapo pero atrevido rubio se había marchado, excéntrica pero jamás grosera o maleducada.

Fabrizio estaba realmente furioso, claramente vió el atrevimiento que su socio Gustavo tuvo con su asistente, odiaba sentirse así, eran unas nuevas sensaciones y todo estaba ocurriendo en un sólo día, iba a desmayarse de tanta ansiedad.
Esperó por athena fuera del baño, muy cabreado también con ella, -- porqué no le esquivaste los besos?, porqué dejaste que te tocara las manos?, -- le preguntó furioso en cuanto la vío salir del baño, y se arrepintió de haberle reclamado, ella salía con su preciosa cara completamente limpia, luciendo unas tiernas pecas y oliendo a un suave jabón de tocador junto con su aroma de vainilla, -- acaso ella se lavó en cuanto el español la tocó? --tanto le importa mi condición médica?

Son incógnitas que ya tienen respuesta, -- sí, ella realmente le importa él, Fabrizio Lombardo, el hombre de cuarenta años con su fobia a las bacterias, soltero amargado y celoso, y no el magnate multimillonario, dueño de media italia.

-- disculpeme señor, el caballero me tomó desprevenida, realmente fué incómodo, no volverá a ocurrir, se lo prometo, -- habló verdaderamente apenada, con las mejillas rojas y apretando sus manos nerviosas por el incidente, de verdad ella no quiere perder su trabajo y no poder seguir con él, así sea como empleada.

Él la miró fijamente, sintiéndose un idiota, ella es tan calmada y tranquila que verla así de tierna y jodidadamente sexy lo hicieron hacer algo que jamás había hecho, sin guantes, limpió una lágrima de las suaves mejillas de athena y le habló bajito, -- lo siento, no quería abrumarte así, está bien, no pasa nada, vamos a terminar la jornada de hoy, te parece?

Fabrizio Lombardo, tocó a una mujer después de 20 años y se sintió malditamente delicioso...

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