Machiatto Destinado

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Sisi tenía que secarse el sudor de la frente, era culpa suya que esto pasara ahora, bueno, siempre quiso estar a la moda y los cafés cosplay eran tendencia... Sólo por un mes, con el doble de sueldo y también obligados por Madame Yu, madre biológica así como adoptiva de Jiang Cheng y Wei Wuxian los convenció de usar indumentaria femenina.

Claro que Wei Ying no tenía tanto problema como Jiang Cheng, él... Odiaba que por el hecho de ser Omega le trataran delicadamente, así que usar un vestido de volantes quedó descartado, princesa también, Sisi quería un mes entero de cosplay, optó por lo más tradicional, trajes antiguos, además de vestidos de cada época en el país, así no iban a existir tantos peros...

El maquillaje fue de alguna forma también más sencillo, nada fuera de delineados, lápiz labial en colores suaves, un poco de polvo... En realidad con esos rostros no necesitaban tanto, eran apuestos, hermosos realmente, eso y que Yanli estaba emocionada por encargarse de ello, si no fuera por ella no tendrían maquillaje...

Pero jamás, jamás en la vida debían darle un cumplido sobre belleza a Jiang Wanyin a menos que quisieras un ojos morado, si alguien quiso hablar de paridad de género en alguna ocasión, el heredero de Yumeng era el indicado, no importaba qué fueras, te iba a dejar sin dientes.

Las ventas fueron excelentes, una cantidad casi insana de clientes inundaron el café, principalmente por las dos bellezas silenciosas que gracilmente atendían el lugar, bueno, Wei Wuxian era quien más lo hacía, desde repartir volantes como meserear, Jiang Cheng guiaba rechinando los dientes a las personas a sus mesas y preparaba las órdenes, pero esa combinación Caliente/fría era exactamente el secreto del éxito.

Mientras podías tener las sonrisas alegres o coquetas de la amistosa chica de negro, también el paso altivo y distante de la misteriosa pero elegante dama de morado. No mentía cuando observaba como alfas femeninas y masculinos se quedaban embobados viéndolos, gracias genes de Yu Ziyuan y Jiang Fengmian, gracias genes de sus fallecidos amigos CangSe y Wei... También las entradas se debían a que muchos comensales visitaron la cafetería más de una vez en el día.

Ya fuera un sencillo americano o un complejo preparado de más valor, todo sumaba al final. Y los muchachos no se podían quejar, también eran ávidos en dejar propinas sumamente generosas, por eso las últimas semanas eran menos complicadas.

Desde el día uno tenía mesas reservadas para su grata algarabía, una de ellas por ejemplo era diaria, dos personas, alfas, varones, de esos que parecen salidos de una revista o de una pasarela de moda, siempre en elegantes trajes grises, blancos o azulados claros. Catadores aparentemente de todo el té que había en la carta y uno que otro café, comida vegana eso sí...

Uno de ellos con ojos dorados era el novio de Wei Wuxian que iba a admirar y principalmente ahuyentar a los interesados en su pareja, el otro se le parecía y según presentó Wei Ying era hermano mayor de Lan Wangji, tampoco era difícil de adivinar, eran similares en rasgos y altura. La razón de su visita mucho menos se podía disimular, sucedió un día en que estaban realmente llenos, Wei Ying y ella apenas podían con todas las mesas, fue Jiang Cheng enfundado en ese vestido clásico abierto en ambos lados hasta los muslos que salió por su propia cuenta de la cocina para apoyarlos.

Así que llevó el té a la mesa, un descuidado cliente se puso de pie sin fijarse por estar saboreando las piernas torneadas de Wei Ying -Pobre, iba a costarle la vida por la cara que puso su Lan Zhan- y chocó con el Jiang que derramó la taza justo cuando la dejaba, la infusión caliente no sólo bañó la mesa, sino su mano.

Con la galantería propia de un caballero de finos modales el alfa llamado Xichen le tomó la mano herida y la envolvió con su pañuelo blanco de seda
-¿Se encuentra bien señorita? -Cuestionó con preocupación y una mirada de borrego enamorado con la que Wei Wuxian apenas podía contener la risa, sobretodo por lo de "señorita" vió las venas marcarse en la frente y cuello de Wanyin, pero, simplemente retiró la mano y con una ceja levantada se dispuso a limpiar la mesa y llevarse la taza... Su distante trato gélido no hizo más que encender la llama del amor más fuerte en ese pobre hombre...

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