TORMENTO (TODODEKU)

Parte 1

La luz traspasó sus párpados cerrados impidiéndole continuar con su siesta. Sus brazos se sentían pesados, el frío aire calaba su torso seguramente desnudo, algo le hacía cosquillas en el pecho, sentía un ligero peso en el lado izquierdo de su cuerpo. Suspiró tomándose un tiempo antes de abrir los ojos, observó a su alrededor, aquello no era su habitación, entonces miró a sus costados descubriendo a una rubia completamente dormida sobre su pecho, rió dándose cuenta de que no recordaba nada de lo que había sucedido la noche anterior.

- Bien, debió ser fantástico - murmuró incorporándose y observando el esbelto cuerpo femenino.

Sonrió una vez más antes de levantarse y comenzar a buscar su ropa para vestirse, tenía que volver a su casa y cambiarse para ir a la oficina, si tuviera su propio departamento no tendría que dar explicaciones de sus "horas de llegada"  

- ¿Te vas? - la voz femenina a sus espaldas lo interrumpió, sonrió engreídamente antes de voltear hacia la chica.

- Así es - dijo simplemente, la rubia fingió tristeza mientras arrastraba su cuerpo hasta los pies de la cama, sus brazos envolvieron el cuello del chico acercándolo más hacia ella y fundiendo sus labios en un beso.

- ¿Me llamarás? - preguntó separándose de él, el chico tomó su chaqueta y sus pertenencias antes de sonreír hacia la rubia. 

- Desde luego- asintió depositando un casto beso en los labios femeninos - Todo está pagado, puedes tomar una ducha y después irte. - murmuró encaminándose hacia la puerta.   

- Gracias - chilló la mujer. Él la miró burlón antes de abrir la puerta del cuarto y salir.

- No habrá segunda ocasión - musitó una vez dentro de su auto - Shoto deberías ser actor - murmuró para sí mismo.

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- Izuku, Kai vendrá dentro de poco, por favor ayúdame a guardar los objetos peligrosos - pidió su madre mientras iba y venía por toda la casa levantando los objetos punzantes o peligrosos para su pequeño nieto. 

- Mamá, cuando el moquito viene nunca agarra cosas que no debe, su padre le ha enseñado bien - comentó el chico - Me tengo que ir, me veré con unos amigos - Inko hizo una pequeña mueca pero asintió - Espero llegar antes y ver a mi sobrino favorito.

- Es tu único sobrino - le recordó la mujer.

- No se sabe, no descartes la idea de que Katsuki pudo haber tenido una noche salvaje por ahí.

Inko negó, Izuku sonrió antes de tomar su mochila y salir de la casa 

* * * *

Sus pasos se detuvieron en cuanto llegó a su destino, sacando sus audífonos se los colocó en los oídos, la música invadió su cabeza, caminó unos pasos más hasta llegar a la orilla del barranco; ese lugar era su favorito, desde ahí se podía ver la ciudad, no se escuchaba nada más que el ruido del tráfico, a veces solía ir en la noche; en esas ocasiones veía la ciudad iluminada, y cuando iba en el día era antes del atardecer entonces se sentaba donde mismo y esperaba que la noche cubriera la ciudad a medida que el sol se iba ocultando.

¿Por qué iba a ese lugar en vez de hacer lo que le decía a su madre? simple, sus amigos casi no lo veían porque todos habían hecho su vida, nunca fue una persona social pero tampoco se cerraba cuando la oportunidad se presentaba.

Tomó su libro abriendo en la página donde se había quedado, a lo lejos, bueno, a unos metros de él pudo ver de reojo como un auto se detenía, el conductor parecía buscar lo mismo que Izuku puesto que nadie más iba a ese lugar si no era porque necesitaba tranquilidad, Izuku observó por un momento más pero al ver que nade bajaba del auto le restó importancia  y continuó con su lectura, lo menos que necesitaba era compañía, solo su libro, pero eso no impidió que mirara de vez en cuando solo para cerciorarse de que , quien sea que fuera aquella persona, no se tirara al vacío, Si bien eso no era de su incumbencia tampoco quería verse involucrado en una situación de ese tipo.