Cinco piratas y 30 millones de berries.

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Villa Syrup.

Usopp no debería sentirse intimidado por un adolescente que no le llega ni a la barbilla, pero lo hace. El trío está formado por un cazarrecompensas sanguinario, una chica con ojos astutos y este tipo bajito de pies inquietos; no sabe cómo es posible que el último pueda parecer más imponente que el resto.

"Él no tenía piernas," explica Nami sin sutileza mientras almuerzan. "Le robó los pies a un payaso."

Solo eso debería ser suficiente incentivo para no querer involucrarse con estos tipos, pero luego Luffy menciona a Yasopp, escuchan juntos la conspiración cliché del mayordomo de su amiga y Usopp se ve obligado a enfrentar sus miedos.

Y la pelea es lo más caótico que ha visto en su vida. Primero, Luffy se perdió. Luego diezmó a la tripulación enemiga, pero se quedó dormido bajo el mascarón de proa por culpa del hipnotista. Después, a la hora de enfrentar al Capitán Kuro, hizo un gesto para que se detuvieran y se sentó en el suelo.

"Buffon a veces se vuelve vago y hace que sus pies se detengan," dice mientras se quita los zapatos y empieza a hacerse cosquillas en la planta de los pies con cara seria. "Dame unos segundos."

Ver al chico haciéndose cosquillas a sí mismo con una expresión impasible es todo una experiencia, pero Usopp supone que no es lo más loco que ha visto en las horas que estos piratas llevan aquí. Cuando los pies del payaso ceden a las cosquillas y empiezan a agitarse, Luffy sonríe salvajemente, se levanta de un salto y empieza a caminar sin rumbo, guiado por sus pies incontrolables. Cuando la pelea al fin comienza, Luffy tiene que guiarse con el resto del cuerpo para acertar hacia Kuro.

El resto es historia, pues Usopp estaba demasiado ocupado protegiendo a Kaya como para ver la batalla por sí mismo. Sin embargo, una cosa está clara: Luffy es la persona más impresionante que ha tenido la oportunidad de conocer.

Esa misma noche, Usopp llena una enorme mochila. Su casa, que antes parecía casi inhabitada, ahora es una casa fantasma; solo guarda recuerdos de los que una vez estuvieron y ya no están. Usopp solo da una última mirada antes de salir.

Kaya ha preparado un barco hermoso. Es pequeño, pero por alguna razón le sienta de maravilla a la pequeña tripulación. A Usopp le resulta un poco discordante ver cómo los roles se han invertido; que Kaya está levantada sobre sus pies mientras que Luffy está en una silla de ruedas con los pies robados guardados en una caja sobre su regazo. Es más que impactante ver a Luffy de esa forma, con dos muñones en vez de pies, pero el chico sonríe ampliamente mientras agradece a la rubia por toda su ayuda.

"Al veros, decidí salir para ser un valiente guerrero del mar," les dice Usopp. "¡Cuidaos! ¡Volveremos a vernos?"

"¿Por qué?" Pregunta Luffy ladeando la cabeza con genuina curiosidad.

"¿Por qué? ¡Tal vez nos veamos en el mar!"

"¿De qué estás hablando?" Se burla Zoro. "Sube ya."

"Somos nakama, ¿no?" Dice Luffy.


Restaurante Marítimo Baratie.

Zeff es un hombre sin piedad que esclaviza hasta a una persona con una discapacidad física por cometer un error. Ese es el tipo de hombre que crio a Sanji. No puede acusar al hombre de ser cruel siendo que el mocoso del sombrero de paja parece haber cavado su propia tumba, pero ciertamente el chico torpe tiene poco que hacer en su restaurante.

Cuando Sanji está alimentando a un pirata moribundo, el chico loco le pide (obliga) que se una a su tripulación. Sabe que no está en lugar para juzgar al chico por ser pirata cuando su propio jefe es un hombre de temer incluso teniendo una pata de palo. Sin embargo, es difícil comparar la figura imponente de Zeff con el cuerpecito endeble que camina sobre una silla de ruedas.

One Step at a TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora