Capítulo único

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Jaskier descendió la montaña, Jaskier lloró todo el camino hasta que no le quedaron lágrimas por derramar, llegó a la costa del Continente y se derrumbó en la tibia arena de la tarde. Durante mucho tiempo soñó con llegar allí, estar frente al inmenso mar azul. Cuando inició su viaje era su objetivo principal, pero luego algunas cosas sucedieron, conociendo en una taberna a un peculiar pero famoso brujo ¡El gran carnicero de Blaviken! Que ridículo, ahora puede burlarse de eso. Aunque Geralt resultaba ser aterrador, la verdad es que no era nada de lo que las historias contaban de él. Sin embargo, sí había resultado ser un completo imbecil sin corazón.

El comenzar a viajar en compañía de Geralt fue bastante excitante y arriesgado, pero le dió todo lo que buscaba; aventura, historias para contar, canciones para cantar, un incesante sentimiento de estar todo el tiempo al borde de la muerte, además de muchas situaciones de aprendizaje. Antes de Geralt, Jaskier no sabía ni encender una fogata, ahora podía fácilmente acampar en el bosque sin miedo a morir congelado. Podía morir atacado por alguna bestia, pero no por frío.

La verdad, antes de Geralt, su vida había sido demasiado aburrida. Sin embargo, antes de él, su corazón había permanecido intacto; sin daños ni dolores, sin sentimientos opresivos o asfixiantes. Antes de él, nadie le había lastimado al punto de romperlo. Oh, Geralt de Rivia, enorme bastardo sin cerebro.

Jaskier estaba tan estúpidamente enamorado de él. Surgió de la nada, pero si lo pensaba era predecible e inevitable. Dioses, Geralt también tenía tantas cosas buenas, sólo que estaban opacadas con su mala cara y su pésima actitud ante la vida. Demonios, incluso a él que se mantuvo a su lado durante largos periodos de tiempo, le costó darse cuenta. Y cuando lo hizo, se enamoró de esos pequeños detalles. Se cegó, mejor dicho. Por suerte Geralt mismo le había devuelto la visión, recordando lo que realmente era, un monstruo cruel sin sentimientos.

Jaskier podía decir que era un tanto masoquista, aún cuando le insultaba y le recordaba cuanto le molestaba su presencia, él decidía mantenerse a su lado. ¿Por qué? Porque era estúpido, porque sentía esperanza de que en algún momento Geralt se diera cuenta de sus esfuerzos y su cariño por él. Pero no, Geralt prefería tratarlo como un estorbo e ir tras una hechicera que le había demostrado más de una vez que no le importaba.

La discusión en la montaña rebasó sus límites, no podía soportarlo más. Geralt fue cruel y despreciable, demostrando que realmente nunca le tomaría en cuenta de la manera en que quería. Era tan patético, realmente creyó que... Incluso luego de...

Tomando un puñado de arena entre sus manos, la ve caer cuando abre sus palmas al subirlas hasta la altura de su rostro. Ahora que ha llegado a la Costa ¿qué hará?

Cuando la arena cae por completo, deja algo atrás. Observando, curioso y sorprendido, Jaskier se da cuenta de que en la palma de su mano queda una pequeña caracola; luce realmente delicada, guardandola con cuidado mientras ve el atardecer en el horizonte. La vida seguía con Geralt o sin Geralt, sólo debía volver a organizarla.

[...]

Los meses han pasado, Jaskier decidió seguir su camino, está vez su objetivo era regresar a Oxenfurt luego de explorar más del Continente por su cuenta. Sin embargo, ya no estaba exactamente solo. Bien, resultaba que él y Geralt sí tuvieron algo una sola vez. Fue antes de todo el asunto con el huevo de Dragón y Yennefer en la montaña.

Geralt había tenido una misión, algo "sencillo" que resultó en todo un problema cuando descubrieron que el veneno de las garras del monstruo causaba cierta reacción en el brujo. Como buen compañero y amigo, Jaskier ofreció su ayuda para aliviar a Geralt, quien estaba controlandose para no ceder ante el veneno. Sin embargo, no sólo había recibido un pequeño rasguño insignificante, sino varios en todo su cuerpo; la espalda era la más afectada.

Inesperado | Geraskier |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora