Inesperado | Geraskier |

Extra #3

Inmortal

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—Geralt. —sintiendo la mano de su hermano en el hombro, el brujo regresa a la realidad, dejando de torturarse por la charla que tuvo con Vesemir hace unas horas. —¿Estás bien? —Eskel le pregunta con una mirada preocupa. Desde que había salido de la biblioteca donde estuvo conversando con Vesemir, Geralt mantenía una expresión demasiado decaída, como si le hubiera dicho algo realmente doloroso. Incluso ahora, sentado con él y Lambert, Geralt parecía estar en cualquier otro lado menos allí con ellos. Siempre se reunian en el gran salón para ponerse al día, pero Geralt lo único que hacía era ver a la nada fingiendo que les escuchaba. Eskel esperó a que Lambert se fuera por las cervezas antes de preguntarle sobre lo que parecía atormentarlo.

Antes de que Geralt pueda pensar en decirle, Lambert regresa. —¿Por qué esas caras largas? —pregunta notando la incomodidad de sus hermanos, pasándoles sus cervezas a cada uno. —¿Alguien murió? —se ríe de manera escanalosa. Geralt hace una expresión de molestia, sintiéndose perturbado ante la mención de la muerte.

—Aún no. —Geralt dice con amargura y dolor.

—¿Qué? —Lambert detiene su risa para ver a Geralt. —¿Quién va a morir?

—Jaskier. —ante la mención del bardo, ambos hermanos se sobresaltan, con Lambert preguntando si estaba enfermo, si estaba metido en algún problema. Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por el bardo, en las semanas que llevaban allí, le había encontrado más que agradable.

Geralt, tomado de su cerveza de un solo sorbo, comienza a hablar.

Hace unas horas Vesemir le había pedido conversar sobre Jaskier y Ulf. Luego de contarle toda la historia, sobre sus sentimientos y arrepentimientos, sobre los errores que cometió y lo que aprendió de ellos, Vesemir le felicitó por su camino de crecimiento personal. Sin embargo, temía arruinarle su felicidad al recordarle que Jaskier era humano. —Lo recuerdas, ¿no, Geralt?

El mundo de Geralt se derrumbó al momento que se dió cuenta de tan importante detalle. Él no moriría, era un castigo para los brujos, pero Jaskier... Ulf... Los vería crecer y envecejer... Morir. Y él seguiría allí, sin ellos, sin lo más importante en su vida.

No podría, Geralt sabía que no podría seguir sin ellos.

Vesemir intentó calmarlo al mencionar que quizás Ulf, por ser mitad brujo, podría envejecer más lento, pero no quería darle esperanzas. Esa reunión era para prepararlo para lo inevitable.

—Geralt. —Eskel vuelve a colocar la mano sobre su hombro, intentando darle una mirada que no se viera tan mal como se sentía por él.

—Siempre lo he dicho. —Lambert toma de su cerveza. —Esta vida es una maldición. —dice. —Y el amor es sólo un peso más.

—Lambert. —Eskel le regaña dándole una mirada amenazante. Suspirando, el pelirrojo se siente mal por su hermano. Sin embargo... —Pero, a veces puede ser hermoso. —observa cerca de la chimenea, donde Jaskier yace con Ulf y Ciri. —No permitas que el incierto futuro opaque la belleza del ahora, Geralt. Disfruta al máximo a tu familia, se te ha concedido más de un milagro en esta vida. Tienes dos hijos preciosos, una persona que sinceramente te ama aún siendo... Bueno, tu.

Girando los ojos, Eskel suspira.

—Tienes razón. —Geralt acepta sus palabras. Aunque le costaba admitirlo, Lambert tenía razón. En lugar de asustarse por el futuro, podía abrazar el presente.

—Además. —Lambert interrumpe su pequeño momento de confort. —Aún falta mucho para eso. Quizás en el futuro podamos encontrar una razón para que mueras, o algo para que tú amado bardo e hijo vivan para siempre. —intenta animarle, eruptando en el proceso. Eskel le insulta, lo que comienza entre ellos una pequeña discusión entre hermanos. Geralt la escucha mientras toma de su cerveza, pensando en todo lo que le habían dicho las personas importantes en su vida. Desde Vesemir a Lambert.

...

—...las ratas no fueron tan malas. —Jaskier le cuenta a Ciri parte de sus aventuras. Están sentados cerca de la chimenea del gran salón, con Ciri sosteniendo a Ulf mientras Jaskier peina su cabello en hermosas trenzas.

—¿Les pusiste nombres? —ella pregunta observando con fascinación al bebé que ve hacia el fuego con curiosidad.

—Por supuesto. —Jaskier se ofende por la pregunta. Esta a punto de nombrar a cada una, pero Geralt se sienta a su lado en el piso, sorprendiendolo. —Hola. —le saluda con una sonrisa.

Geralt no dice nada, simplemente se abraza a su costado y recarga la cabeza sobre su hombro, lo que extraña a Jaskier. —Haría lo que fuera por ustedes. —murmura.

Jaskier se siente un poco inquieto por eso, pero prefiere no decir nada. Se mantiene peinando a Ciri mientras habla con ella, sintiendo el calor y la respiración de Geralt a su lado. Es agradable, pero siente que detrás de eso se oculta algo. Sin embargo sabe que Geralt no le dirá lo que le molesta, así que tendrá que utilizar sus trucos para descubrir que es.

Poco saben ambos, que lo que le atormenta al brujo es un problema inexistente.

El fin.

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