IN A BLACK OUT

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Damas y caballeros, sean bienvenidos a un nuevo one-shot de mi autoría!

Cómo están? Qué me pueden contar de sus vidas? Me pueden culpar por ser como una vieja chusma?

Bueno, dejando eso de lado, esta historia es más que nada para incursionar en otros géneros que poco a poco irán mejorando a medida que aprenda de ellos.

Por esto mismo solo les digo que sean pacientes, sumérjanse en la trama y al final de todo dejen un comentario al respecto.

Sin nada más que aportar, solo diré que ningún personaje me pertenece ya que para ello están sus respectivos creadores.

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IN A BLACK OUT


"Ya no sé dónde termina la espantosa realidad y dónde comienza la locura."

(Howard Phillip Lovecraft, 1890 - 1937)


Silencio.

Oscuridad

La penumbra tácita, devoradora, asfixiante.

Rodeando con sus etéreas extremidades, carentes de luz, por la espalda en un despliegue de inconmensurable fuerza, al punto de restringir las vías respiratorias y enloquecer hasta la persona más cuerda en su desesperado intento de liberación acongojante.

De lado a lado las orbes de tonalidad chocolate se movían, intentando hallar un perdido enfoque con el cual estabilizarse mientras la opresión se incrementaba sobre su caja torácica, casi como si alguien estuviese sentado allí.

Sentado y observándole detenidamente, sonriendo inclusive si no podía comprobarlo por las sombras avasalladoras, disfrutándolo ver sufrir la desesperación de no poder siquiera gritar por ayuda.

BONG!

'GASP!'

Un seco sonido de golpe contra el suelo libró de su prisión mental al desesperado hombre, reaccionando instintivamente a sentarse en tanto llevaba ambas manos contra su torso, hundiendo la falanges en la blanca tela de algodón que componía la camiseta usada como pijama durante las noches.

-Peter? - una femenina voz reconocida llamó desde la izquierda del asustado hombre.

Quien, de forma brusca, giró su cabeza en dicha dirección para toparse con la imagen de una lánguida mujer de cabello rojizo y abultado vientre que apenas si era cubierto por una sencilla blusa.

-Estás bien? Sudas...- irguiéndose con bastante esfuerzo debido a su estado actual, la dama de claros ojos inquirió en un tono preocupado, notando el descenso de algunas gotas translúcidas a lo largo del rostro masculino.

Sin saber por qué, en un fugaz movimiento instintivo, la mano izquierda del varón asió la muñeca de la mujer que intentaba acariciarle el rostro. No hubo fuerza en el aprisionamiento, mas las dilatadas pupilas y la respiración entrecortada demostraban el creciente pavor impregnado en el interior de su ser, como si desconociera todo lo que tenía a su alrededor por causa de una fuerza superior.

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