Abrí mis ojos lentamente despertando por un ruido que provenía de mi lado, era la alarma de mi móvil el que sonaba tanto a estas horas. Levanté medio cuerpo frotándome un ojo para agarrar el móvil y apagar la alarma algo molesto ya que no había dormido bien en la noche.
Lo primero que hice fue vestirme y prepararme para otro día más descansando de vacaciones. Me preparé bien como estos días a días, salí de la habitación sin nada más yendo hacia el lugar que quería adentrarme desde ayer por la noche.
Iba a abrir la puerta de la habitación médica en la que estaba el cabellos bicolores, antes de entrar escuchaba una conversación ya dentro. Era de Bachira y la otra voz era de Nagi- ¿Necesitas algo de comer? Perdón por lo de ayer. -al parecer se me adelantó otra vez, puse la oreja contra la puerta para poder escuchar todo.
- No te preocupes, en 10 minutos ellos me traerán algo para desayunar. -era la voz del ojos miel, ¿entro? ¿O me quedo esperando a que el otro salga?- Está bien, si quieres te acompaño, Reo de seguro sigue durmiendo. -mencionó el otro, al parecer se iba a quedar allí durante horas. No sabía lo que estaban haciendo, escuchaba pocas palabras y ya han pasado 5 minutos.
Sentía que debería de ser yo quién estuviera allí dentro, no el albino que está. ¿Por qué cojones ahora siempre está con él? Ah bueno no, siempre eran muy amigos también, solamente que antes ni me importaba mucho así que no me di cuenta. Pero ahora notaba en como si eran unidos del uno al otro.
Los pensamientos me estaban matando así que abrí la puerta en la que estaban ellos dos y en cuando se dieron cuenta me miraron sorprendidos. No me importaba mucho así que saqué al peliblanco de la habitación y cerré la puerta sin dejarle decir una sola palabra.
- ¿Isagi? ¿Que haces? ¿Por qué lo-. -el chico paró de hablar al ver mi expresión algo enfadado con el ceño fruncido. Me acerqué a este al saber que ya el albino debe de haberse ido. Bachira parecía estar midiendo su altura en la pared que te decía cuánto medías.
Acorralé a este contra la pared posando mis dos manos a cada lado suyo manteniendo mi mirada al frente mirándolo fijamente creando un breve silencio en la que rompí para hablarle con un tono más enfadado- ¿Por qué siempre tiene que estar él contigo? -le pregunté y este solo me miró algo confundido hasta que entendió mi pregunta- ¿Él? ¿Te refieres a Nagi? -me miraba y podía ver en como afirmaba con mis ojos- No es nada nuevo, hoy solamente me vino a ver, ya que después me dejarían salir por la tarde.
Chasqueé mi lengua al oír su respuesta, tal vez tenía razón, ¿pero por qué me sentía de esta manera? ¿Ellos tenían algo y lo están ocultando?- ¿Tú tienes algo con él? -la pregunta se me salió de la boca inconscientemente, estaba siendo muy directo esta vez y es lo que le sorprendía al peli teñido. Me miró por un rato hasta soltar una carcajada.
- ¿Qué te hace tanta gracia? -el contrario seguía soltando una que otras risitas como si la pregunta que hice fue de broma. Acerqué más mi rostro al de castaño y posé mis labios contra los suyos para que deje de reírse porque yo no veía la gracia de mi pregunta.
Me separé mirándolo para que me de una maldita respuesta de una vez por todas a lo que este entendió y dio un suspiro- Amistad, ¿querías que tuviera algo más? Idiota. -se cruzó de brazos mirándome con una sonrisa divertida.
- Entonces no pasaría nada si hiciera esto. -pasé una mano por su cintura pegando su cuerpo contra el mío para besarlo con algo más de profundidad. Este se aferró a mi cuello con sus dos brazos a lo que correspondió al beso. Al escuchar pasos caminando hacía aquí y girar el manillar de la puerta me separé, los dos estábamos sonrojados.
- Oh, Bachira te traigo el desayuno. Perdón por el retraso, hubo problemas. -le decía una enfermera que entraba- No te preocupes, déjalo en la mesa y ya te puedes retirar. -contestó el castaño- Las visitas se tienen que ir porque debes de descansar. -al escuchar a la chica rápidamente reaccioné y asentí varias veces con mi cabeza.
- Adiós Bachira... -me despedí yo del contrario estando en la puerta por la que la chica ya se había ido- Nos vemos I~sa~gi. -me guiñó un ojo con una sonrisa para yo cerrar la puerta después de salir. Al estar caminando hacía mi habitación estaba rojo de la vergüenza, ¿de verdad he hecho todo lo de antes? ¿Qué me pasó?
Estaba caminando por el pasillo largo que conducía a mi habitación así que me detuve en cuando llegué a mi puerta, antes de entrar vi al pelirrojo- Hola Chigiri. -le sonreí ligeramente a este ya que pasaba también por el pasillo- Que buenas acciones eh Isagi... -su sonrisa decía que escuchó o vio algo de antes por lo que entré rápidamente a la habitación para cerrar la puerta.
Escuché algunas risitas por parte del contrario a lo que no le di importancia y me tiré a mi cama abrazando al almohada escondiendo mi cara en ella. Que debía de pensar ahora, ¿qué somos yo y él? No entendía mucho pero tarde o temprano lo haría. O eso creo.
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