𝖺𝗅𝗀𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝙖𝙢𝙖𝙨｜𝘳𝘰𝘪𝘦𝘳

𝘂𝗻𝗼

__ Me alegra poder hablar contigo, Ro. Hace días no sabía de tí y estaba muy preocupado.

__ Uh. Solo estuve un poco ocupado, nada de lo que preocuparse realmente-. El castaño hablo mientras ingresaba el código de la puerta para abrirla y dejar pasar al más alto.

__ Entiendo, no quiero meterme, pero nadie sabía de tí y mis pensamientos estaban por orillarme a buscarte por toda la isla.

Dejo escapar una leve risa, negando con la cabeza.

__ Eso suena exagerado.

__ No lo es cuando una persona querida ha desaparecido por más de cinco días.

__ Debo recordarte que tú también lo hiciste... Y por más tiempo.

__ ¡Pero yo me perdí! Y mínimo yo si estuve en contacto... Bueno, trate de estarlo.

Después de esa respuesta quedaron en silencio por unos cuantos segundos, un silencio algo incómodo.

__ Eh... Quiero ser directo, sigo enfadado por lo que me hiciste, Missa.
No entiendo porque me has buscado con tanta insistencia cuando has sido tú quien me abandono.

El de máscara bajo la cabeza y sintió el peso de sus acciones recaer en él, se apoyo en la mesa cercana a él y se preparó mentalmente para hablar.

Esto podía salir muy bien o muy mal

__ Es por eso que te he estado buscando.

__ No lo entiendo.

__ Quiero disculparme-. Hizo una pausa buscando las palabras y moviendo las manos con nervioso frenesí antes de conectar miradas con el castaño__. Actúe horrible al culparte y abandonarte. Yo... Yo no tome las cosas con madurez y hablé por mero impulso, no justificare de ninguna manera mi actuar.

El más bajo en estatura paso una de sus manos por detrás de cabeza.
Suspiro con fuerza, pero antes de poder decir algo el híbrido calaca volvió a hablar.

__ Eres mi amigo, nunca dejaras de ser aquella persona que me importa más que nadie, se que aquel día te mostré todo lo contrario, pero ahora mismo te hablo con total sinceridad-. Otra pausa, el castaño puso total atención a lo que hacía, sus ojos se abrieron en sorpresa cuando el contrarió por primera vez dejaba ver su rostro__. Ro, si necesitas tiempo para pensar, yo esperaré, se que no puedo revertir el dañó que te hice con unas cuantas palabras, es por ello que te daré tu tiempo y espacio si así me lo pides. Incluso si decides sacarme por completo de tu vida, voy a entenderlo.

Observo sus facciones, sus cejas estaban ligeramente curvadas, así como su nariz se fruncia un poco y mordía su labio de forma ansiosa.
Sus hombros cayeron e inconscientemente tomo una postura ligeramente curvada hacía delante.
Él se mostraba preocupado, culpable y casi temiendo a su rechazo.

Patético

Sonrío comprensivo.

Se acercó al mayor y lo enredó en un abrazo, cosa que tomo un poco desapercibido al mexicano, pero sin esperar, le correspondió.
El cuerpo del más alto tembló entre sus brazos, sin poder retenerse más empezó a llorar.

__ Missa, Missa, porfavor no llores.

__ No puedo no hacerlo, te trate tan mal. ¿De verdad puedes perdonarme por confiar ciegamente en alguien que te hirió?

Pego más su cuerpo con el contrario y acariciando su espalda con delicadeza trato de calmar los sollozos de su amigo.

__ Va ser un proceso difícil, pero por ahora basta con saber que estás siendo sincero y que te tomaste el tiempo para buscarme solo para hablar conmigo. No hay nada por lo que debas preocuparte.

__ ¿Enserio?

__ ¡Claro!

Se separó de aquel cálido abrazo, regalando una sonrisa al mayor.

Final capitulo uno: De creer ciegamente siempre será el candido