Historias pequeñas sin continuación de Aegon II Targaryen y Jacaerys Velaryon.
Advertencia: En cada uno de los OS Jacaerys es Bottom y Aegon Top.
• Ninguno de los dos es un HDP. Aquí creemos en la superación a base de los errores y sin angustia.
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El temperamento de Aegon no suele ser explosivo, el príncipe no se caracteriza por eso y sin embargo esta ahí gritando y siendo retenido por un par de guardias para que no alcance el epicentro de su furia.
- ¡Dilo de nuevo! – Las personas solían subestimar a Aegon II Targaryen llamándolo flojo, pero su sorpresa fue inmensa cuando el príncipe aparto a un par de guardias sin mucho esfuerzo. El príncipe Aegon escondía una fuerza descomunal. – ¡Dilo de nuevo!
Ningún guardia podía hacerlo retroceder, pero si un par de voces pequeñas que se hicieron espacio a través de esa bruma de furia que inundaba su mente, mas halla del insignificante lord del que la sangre no dejaba de brotar en su cara estaba Jacaerys quien se mantenía agachado lo mejor que podía con su enorme vientre para consolar el llanto de su hijo Harhada que se había asustado por todo el alboroto en el campo de entrenamiento.
Aegon se rindió en los brazos de los guardias y estos también cedieron dejándolo libre, fue una escena terriblemente familiar, el príncipe mayor tomo en brazos a su hijo quien se oculto en su cuello y tomo la mano del príncipe heredero para llevarlos lo mas lejos del campo; Jacaerys guardo silencio en su camino a sus habitaciones, pero Aegon podía ver en que pensaba y que era lo que lo afligía.
Imágenes sobreponiéndose, sentimientos encontrados que no podían exteriorizarse porque seria peligroso. Jacaerys siempre fue un gran hijo, un hermano mayor ejemplar, un digno heredero y ahora un excelente padre, todos veían en él una esperanza de volver aun más brillante lo que su madre, la reina estaba puliendo y eso significaba... sentir en silencio.
- Lo siento – Aegon susurro y apretó significativamente la mano de Jacaerys. Su esposo solo lo miro con una pequeña sonrisa mientras pasaba su mano por su barriga.
Aegon y Jacaerys se convirtieron en el pasado por un momento, ese donde Ser Harwin Strong defendía a puño el nombre y dignidad de los pequeños príncipes, ese mismo que Ser Cole puso en duda y Aegon y Aemond se burlaron de ello.
Desde que Jacaerys y Aegon se casaran el príncipe mayor fue confidente del mayor miedo que su esposo albergaba.
- No quiero que se parezcan a mi – Jacaerys le susurro en la quietud de la noche cuando se fugaron por los pasillos para ser personas comunes en las calles de la ciudad.
Para Aegon fue difícil comprender sus palabras ya que su mayor ilusión era un bebé con ese cabello alborotado y esos suaves ojos que daban paz cuando no estaban enojados.
- Yo creo que seria hermoso si se parece a ti –. Ambos estaban sentados en una escalinata de un callejón donde compartían algunos dulces y una botella de vino barato. – Una mini copia del perfecto príncipe Jacaerys Velaryon.
- Un príncipe bastardo que no tiene ninguna característica de los Targaryen – mascullo Jacaerys antes de tomar un gran sorbo de la botella de vino. – cuando creces es fácil manejar ese estigma, pero cuando eres niño es difícil lidiar con los cuchicheos de los adultos, mi madre hizo un esfuerzo titánico para protegernos de ellos y luego mi padrastro y mis hermanastras también.
Aegon hizo una mueca ante las palabras de Jacaerys sintiéndose molesto, pero sin sentirse los suficientemente digno para rebatirlas porque él fue uno de los principales abanderados en manchar la reputación de su hermana y sobrinos.
Solo míralos.
Ese recuerdo no es tan ajeno a su actualidad donde tiene que morderse la lengua al escuchar a las personas alegando que su matrimonio es una medida desesperada para limpiar el linaje Targaryen.
- Trabaje tanto para enorgullecerlos y todo será en vano si se parece a mí –. El alcohol comenzaba a hacer estragos en el sistema de Jacaerys el cual lo dejaba sin contención ante sus sentimientos. – Si lo llegaran a insultar estoy seguro que me desquiciaría.
- Eso no pasara –. Aegon empujo la pierna de Jacaerys con la suya en un intento de consuelo ya que desconocía el protocolo para hacerlo. – Es nuestro y eso bastara.
Que equivocado estaba Aegon. Tan pronto su primogénito nació fue acechado por habladurías de bastardía alegando que era hijo de Cregan Stark. Las personas usaban la excusa del viaje del príncipe heredero Jacaerys al norte para saludar a su hermano jurado, lo que se les olvidaba era que Aegon también lo había acompañado porque ni loco iba a dejar que el señor del norte sembrara intriga en la mente de Jacaerys y lo convenciera para dejarlo.
Harhada era un bebé dulce, de cabello castaño como el de Jacaerys, su sonrisa era suave y sus mejillas redondas, sus pestañas muy largas y todas esas pecas en el rostro y su cuerpo lo hacían la cosa más adorable del mundo; sus ojos lilas tan deseosos de comerse al mundo, sin contar con la cría de dragón (Vermax y Jacaerys compartieron los placeres de engendrar al mismo tiempo) que nació el mismo día que el niño precioso. El niño era todo lo bueno de Jacaerys y Aegon, pero la gente no lo veía de esa manera, ellos solo veían el cabello marrón y ya.
Con el nacimiento del príncipe Harhada todos notaron un cambio drástico en los padres, el temperamento de Jacaerys se había transformado en algo más frío y su ingenio solo fue en aumento; Aegon se volvió un poco más serio para con cualquiera que no fuera su familia, pero las bromas o los comentarios mal intencionados jamás lo abandonaron, su tío Daemon dijo que eso provocaba el tener bebés.
Te das cuanta que ya no solo tienes que actuar por ti mismo sino por esa persona a la que le quieres dejar un mundo mejor en el cual no sufra y no existan peligros. Su hermana Rhaenyra estuvo de acuerdo confesando que cuando Jacaerys llego ella entendió que su orgullo solo lastimaría al ser más bonito de su mundo, que cuando Lucerys nació la vanidad no significaba nada para ella si su dulce niño era herido, que las estrategias debían ser bien planificadas para que Joffrey no fuera un efecto colateral y que el compromiso es una maldición si Aegon el menor, Viserys II y Visenya no tenían el amor que merecían.
Daemon dijo que cometió demasiados errores con sus hijas, pero que jamás les dio motivos para que no confiaran en él en cualquier situación de problemas.
Aegon se pregunta si su madre paso por ese arco de madurez al dar a luz.
Ya en sus habitaciones Aegon dejo sobre la cama a Harhada que aún hipaba y temblaba por lo ocurrido en el campo de entrenamiento y como si se sintiera derrotado, ante todo, Aegon cayo de rodillas frente a Jacaerys.
- Lo lamento mucho.
Jacaerys suspiro y paso sus dedos por el cabello de Aegon, masajeando y quitando la suciedad que se adhirió al involucrarse en la pelea con ese lord.
- No es tu culpa Egg, tal vez si yo...
Aegon negó con la cabeza en el regazo de su esposo y besaba su barriga, había lagrimas contenidas.
- No termines esa frase, ellos no saben ver que el tener esta apariencia solo significa destrucción para un reino, lo que le hace falta a ese trono es alguien como tú que no este obsesionado con la historia.
Jacaerys río por los recuerdos de su juventud, el pasado es importante, pero no vale la pena cuando lo que mas quieres se ve afectado por ello y Aegon también lo comprendió al sentirse en la piel de Harwin Strong.
Bueno, desde que empecé con el Jacegon moderno se me ha dificultado mucho volver a escribir en la línea de tiempo canónica, espero que no haya quedado tan mal.
Mi nuevo fetiche es que Vermax (en el canon Vermax es hembra) este pariendo casi al mismo tiempo que Jace. ¿Qué les pareció? Aegon viviendo la misma situación de Harwin Strong, vi un video del padre de los niños y no lo pude evitar, ese hombre me tiene mal, es tan bello, les dejo el link por si quiere ver el vídeo.
